Cientos de pasajeros ayer viajaban de pie y pegados a las puertas de los vagones para saltar al andén en la populosa estación de Once, una de las tres más importantes de la ciudad, utilizada cada día por miles de viajeros.

El secretario argentino de Transporte del Gobierno argentino, Juan Pablo Schiavi, adelantó que en los dos primeros vagones -los más afectados por el impacto- había más gente que la capacidad estipulada. Más de un centenar de ambulancias y dos helicópteros participaron en las tareas de rescate para evacuar a los heridos a distintos hospitales de la ciudad.

Los equipos de rescate trabajaron durante más de cuatro horas en la estación y tuvieron que cortar los techos de los vagones para evacuar a las víctimas de la tragedia, ocurrida en la misma zona porteña donde ocurrió el incendio mortal del boliche Cromañón.

Dirigentes sindicales se apresuraron a declarar que el tren siniestrado forma parte de un lote de la marca Toshiba con entre 40 y 50 años de antigüedad. En tanto, una gran cantidad de personas llegaba a la Morgue Judicial de la calle Junín 765, donde intentaban anoticiarse si el ser querido que buscaban estaba entre los cuerpos.