San Juan, 6 de septiembre.- Vicente Sarmiento, un hombre de 39 años que trabajaba, cuidaba de su mujer e hijos, nunca pensó que una enfermedad le cambiaría la vida. Le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica y, a pesar de que no le dieron grandes esperanzas de vida, la familia decidió no bajar los brazos y luchar contra un gigante.

En Argentina, Vicente no tenía posibilidades de seguir un tratamiento adecuado y es por ello que su inquietud, que se define en tres palabras, "ganas de vivir", no lo dejaron bajar sus brazos.

Un viaje a Alemania, fue la primera luz que vio esta familia, pero que rápidamente se oscureció debido a que la clínica cerró.
Siguieron buscando y encontraron una clínica en China. Ésta le garantizaba mejorar su salud. Con la meta ya en la mira, la familia se encontró con otra dificultad, ya que no podían asimilar los gastos que el viaje y el tratamiento les demandaba mucho dinero.

La mujer de Vicente, Navidad Vidal, su compañera de toda la vida, comenzó a organizar tómbolas y bingos tratando de juntar dinero para el tratamiento, pero esto no fue suficiente y recurrieron al corazón de San Juan. Con los ojos llenos de lágrimas y un nudo en la garganta Navidad, pidió a cada sanjuanino de su solidaridad.

Peso tras peso fueron llegando y el sueño de viajar y comenzar con el tratamiento parecía estar cada día más cerca.

Y finalmente el tan esperado día llegó. Vicente partió rumbo a China y sus familiares fueron a despedirlo al aeropuerto. "Te queremos Vicente", "espero que Dios y la Virgen los ilumine", "te deseamos lo mejor", fueron algunas de las conmovedoras palabras que todos sus seres queridos le dijeron a Vicente al despedirse. Vicente, quien no perdió sus esperanzas nunca, hoy partió junto a su esposa para derribar a su gigante y volver.

Aquí lo esperan sus hijos y todo San Juan para recibirlo con la ilusión de verlo recuperado.