Hace 4 años, la vida de Vicente Sarmiento (42) cambió totalmente. Tuvo que dejar su pasión por los autos y dedicarse a buscar la mejor forma de vivir. Es que le detectaron que padecía Esclerosis Lateral Amiotrófica. Viajó a China en busca de un tratamiento que le mejorara la calidad de vida, sin embargo la enfermedad avanzó y hoy casi no habla y no puede moverse por sí solo. Su familia se mostró feliz por la campaña del baldazo de agua helada y dijo que eso es lo que sintieron ellos cuando les informaron que Vicente padecía ELA.

Su caso se hizo famoso en 2011 cuando la provincia se movilizó para recaudar fondos para que pudiera viajar a China. Es que debía someterse a un tratamiento para que le inyectaran células madre. ’Nosotros sabíamos que íbamos como conejitos de Indias, pero siempre hacemos hasta lo imposible para que él esté bien’, dijo Navidad Vidal, la esposa de Vicente y aseguró que siempre estuvo agradecida de muchas personas que los ayudaron aún cuando la obra social, PAMI, los ‘dejaba desamparados‘, remarcó.

Vicente bajó tantos kilos que su familia ya perdió la cuenta. Pasa de la cama a la silla de ruedas ayudado por sus hijos y casi no habla. Y aunque es prácticamente imposible que lleven una vida normal tratan de hacerlo. Discute, se ríen y hablan todo como cualquier otra familia. ’Hay días que no le entiendo qué me dice y me mira con cara de enojado’, dijo con una mezcla de risa y llanto la mujer y explicó que cada mañana agradece a Dios que su compañero (están juntos desde los 17 años) esté un día más despierto.

Navidad contó que sus hijos son los que más sufren. Es que eran muy pequeños cuando su papá se enfermó y se perdieron de muchos juegos. Es más, Vicente notó que algo andaba mal cuando le comenzó a doler el cuerpo mientras jugaba a la pelota con sus dos varones. ’La ELA es una enfermedad que hace que todos estén pendientes del paciente. Y yo dejé de lado muchas cosas de mis hijos y hoy entiendo que les cueste mucho la escuela’, dijo la mujer y contó que como esposa y madre siente que todo lo que hace no es suficiente para calmar el dolor de su marido y sus tres hijos. A la vez, se mostró feliz por la campaña mundial del baldazo de agua helada, no sólo por el dinero, sino también para que ‘el mundo sepa que existe esta enfermedad que es muy cruel‘.