El incidente violento en Fort Hood del Ejército de EE.UU. ha puesto una vez más de actualidad el aumento de la violencia y los suicidios en las filas militares de este país.

Aunque todavía se desconoce el móvil del incidente de ayer, los expertos consideran posible que se deba al “desorden de estrés pos traumático” que sufren muchos soldados especialmente tras participar repetidamente en las guerras de Irán y Afganistán, y que es el culpable del incremento de los suicidios en las filas militares.

Según Robert Ursano, director del Departamento de Psiquiatría en la Universidad de Ciencias de la Salud, ese es el factor más importante.

Pero en su opinión, tampoco se deben olvidar los problemas económicos, los familiares y el abuso de alcohol entre los militares.

La situación ha llegado a tal punto de gravedad que el Pentágono ordenó un estudio de cinco años que a un costo de unos 50 millones de dólares investigará la salud mental y las causas de la muerte autoinflingida entre miembros del Ejército.

En el estudio incluirá a casi todo el más de medio millón de miembros de las Fuerzas Armadas.

A comienzos de este año, el Ejército confirmó el suicidio de 143 de sus miembros en 2008. Esa fue la cifra más alta en tres décadas desde que esa arma empezó a llevar a cabo registros.

Además, la cifra de 20,2 suicidios por cada 100.000 soldados es superior a la media civil de 19,5 por cada 100.000 personas registrada en 2005.

Poco después, el Ejército señaló que se creía que 24 soldados se habían suicidado en enero, una cifra seis veces superior a la registrada el mismo mes del año anterior. Once de ellos fueron suicidios confirmados y otros 17 están bajo investigación.