Barack Obama enviará más soldados a Afganistán con el objetivo de ganar la guerra, pero para que el plan funcione, necesita recuperar la relación con el presidente afgano, Hamid Karzai. Los soldados llegarían en un momento en que las relaciones de Washington con el presidente afgano se han deteriorado, algo que según expertos afganos sólo ayuda a los talibanes. Los países occidentales han criticado la corrupción extendida y la ineficacia del Gobierno de Karzai, así como sus alianzas con antiguos señores de la guerra para mantener el poder. La comunidad internacional destinó unos 250 millones de dólares para ayudar a celebrar las elecciones presidenciales en agosto, pero luego tuvo que ver cómo se llevó a cabo un fraude masivo a favor de Karzai. Una investigación patrocinada por la ONU determinó que casi un tercio de los votos que recibió eran fraudulentos. Por su parte, el presidente afgano acusa a Occidente de hacer poco para evitar las muertes de civiles en sus ataques, de fomentar la corrupción al gestionar equivocadamente miles de millones de dólares en ayuda y de obligarlo a marginar a los señores de la guerra sin tener en cuenta la realidad política. Ambas partes han intentado salvar sus diferencias en las últimas semanas. En la inauguración del nuevo mandato de Karzai, éste prometió acabar con la corrupción, lo que le valió las alabanzas de invitados como la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton. Obama todavía no ha visitado Afganistán desde que asumió la presidencia, pero el martes habló una hora por videoconferencia con su homólogo afgano, dijo la oficina de Karzai. Con todo, si ambas partes quieren trabajar juntos contra los talibanes, van a tener que colaborar más. Desde el comienzo de la campaña afgana, en octubre de 2001, han muerto en ese país 918 soldados estadounidenses, de ellos 660 en combate.