A lo largo de los cuatro años desde el Mundial pasada a la actualidad, Messi vivió lo mejor que le puede ocurrir a un ser humano: ser padre. Junto a su pareja desde la adolescencia, Antonella Roccuzzo, rosarina igual que él, tuvieron a Thiago el 2 de noviembre del 2012. Como muestra de cariño por su único heredero hasta el momento, la Pulga se tatuó su nombre y unas manitos en una de sus pantorrillas.