‘Me duele el brazo y la pierna, pero no importa. Quiero ir a jugar porque me aburro’, dijo la nena mientras realizaba el quinto dibujo de la mañana, siguiendo un tutorial de Tiktok. Es que aún le cuesta moverse y tiene prohibido caminar hasta que comience con la rehabilitación en enero del 2026. Es Dana Celeste Velázquez, de 6 años e hija de una pareja de cartoneros, que el mes pasado fue atropellada por un auto en la Plaza del Barrio Los Toneles, en Chimbas, donde vive. Tras una triple cirugía con la colocación de clavos en el hombre, codo y rodilla izquierdos, ya se recupera en su casa.

 

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Dana se entretiene dibujando junto a sus hermanos que se turnan para hacerle compañía.

‘Ya estoy mejor, pero no me gusta usar pañales porque no soy una bebé’, dijo Dana. Es que sus padres decidieron que los usara para evitar moverla cada vez que quiera ir al baño. ‘Es muy difícil alzarla porque no sé de dónde ni cómo agarrarla para no hacerle doler las operaciones donde le pusieron los clavos. Sabemos que usar pañales es muy molesto, pero ella se lo aguanta porque le gusta hacer caso y porque quiere mejorarse rápido para salir a jugar con sus amigas y andas en bicicleta’, dijo Ricardo Velázquez, su papá.

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Como Dana no tiene silla de ruedas la deben alzar para movilizarla.

Entretener a Dana para que el día se le pase rápido, es una misión en la que participa toda su familia. Los hermanos, tanto los varones como las nenas, se turnan para acompañarla. Algunos dibujan con ella, mientras que otros le cuentan chistes cuando se ‘tiran’ en la frazada que su mamá les pone en el suelo para que todos estén más cómodos, especialmente ella. Es que la cama que ahora usa Dana es de una plaza y con espacio. Se la prestó una vecina después del accidente para que pudiera dormir sola.

Ya cuando el aburrimiento es insoportable para Dana, entra en acción Yésica, su mamá. La siente en el changuito que usaba su hija más chica, para llevarla hasta la plaza del barrio para darle un paseo. Aunque a veces no resulta tan buena opción. ‘Me da miedo salir a la calle, y cuando escucho el ruido de un auto me asusto. Pero me gusta ver a mis amigas jugando. Todas vienen a saludarme’, dijo la nena.

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‘Todo sería más fácil si Dana tuviera una silla de ruedas. La podría llevar a pasear, a visitar a sus amigas a la escuela y al baño cuando tenga ganas. Pero, no tenemos ninguna. De Acción Social del municipio de Chimbas nos prometieron ayuda, pero nunca nos trajeron nada. La preocupación es cómo vamos a ser para llevarla a rehabilitación porque con el trabajo de cartonero no ganamos mucha plata para pagar un remís, ya que llevarla en colectivo va a ser imposible por los cuidados que tiene que tener. Igual, vamos a ser todo lo necesario para que ella se recupere y vuelva a tener la misma alegría que antes del accidente’, dijo su mamá.

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Dana también se divierte con un cachorro que adoptó y bautizó simba.

Cabe recordar que Dana fue arrollada en la noche de pasado 5 de noviembre mientras jugaba con una prima de 9 años y otros niños en la plaza del Barrio Los Toneles, cerca de su casa. Las dos nenas fueron alcanzadas por el Fiat 147, pero la menor fue la que se llevó la peor parte. La nena había quedado bajo el auto. El conductor, un joven identificado como José Agustín ‘Perrito’ Balmaceda (22), se había dado a la fuga.

Además de golpes y cortes en casi todo el cuerpo, Dana tuvo fracturas en la pierna izquierda y en el hombro y codo izquierdos, por las que quedó totalmente inmovilizada. Hace un par de semanas la operaron y le colocaron prótesis gestionadas a través del Gobierno provincial. Cabe recordar que sus padres vendieron hasta sus zapatillas para costear los gastos de traslado mientras su hija estuvo internada, ya que el trabajo de cartoneros sólo les alcanza para sobrevivir junto a sus 6 hijos.