Fue inevitable. Se le quebró la voz y no pudo contener las lágrimas. Pero, tras respirar profundo, finalmente dijo: “Estoy muy triste, no me imagino cómo será esta Navidad sin llevarles alegría a los niños internados”. Es Carlos Alberto Jorquera que por 37 años consecutivos vistió el traje de Papá Noel para visitar en Noche Buena y Navidad a los chicos en los hospitales para entregarles los regalos. Usó las redes sociales para anunciar su retiro y agradecer a toda la gente que lo ayudó en su cruzada solidaria. Habló con DIARIO DE CUYO sobre su historia y de los problemas de salud que lo llevaron a colgar los guantes.

Papá Noel visitaba los hospitales en Noche Buena y Navidad para repartir regalos y alegría a los niños. “Ya estoy un poco viejo y con algunos problemitas de salud. Mi espíritu navideño y solidario está intacto, como hace 37 años, pero el cuerpo ya no me acompaña como entonces. Sólo por eso decidí jubilar a Papá Noel”, dijo Jorquera para comenzar a explicar las razones de su retiro. Actualmente tiene 68 años y padece una trombosis en el ojo derecho, principales limitaciones que lo llevaron a tomar esta decisión. “Las personas que me acompañaron también están complicadas con la edad y los problemas de salud, y yo no veo bien por el problema ocular que, además, hace que se me desvié la mirada involuntariamente. No quiero asustar a los niños con esta apariencia, por eso no los visitaré más en Navidad”, dijo el hombre.
Pero la edad y sus ‘achaques’ no le afectaron la memoria a Jorquera. Recuerda perfectamente cómo se convirtió en Papá Noel hace 37 años y las numerosas anécdotas que vivió a los largo de su misión. Contó que se convirtió en Santa por casualidad, luego de que lo invitaran a representar a este personaje en una obra de teatro llamada “Milagro de Nochebuena” que protagonizó junto a su hija mayor que en ese entonces tenía 6 años. La puesta en escena duró sólo 16 minutos, pero le cambió la vida para siempre.

Jorquera recordó que tras su actuación lo invitaron a un programa radial para que hablara. Fue, vestido de Papá Noel para no salirse del personaje. “Durante la entrevista hubo mucha gente que llamó emocionada por la obra y cuando salí, me habían dejado en la radio 200 panes dulces. Con mi esposa nos preguntábamos qué íbamos a hacer con estos panes. Ahí decidimos con ella tener una Navidad diferente. En Noche Buena, a la medianoche en punto, ingresamos al Hospital Rawson para repartir los panes entre los chicos internados y los que esperaban ser atendidos. De ahí, no paramos más. Hasta ahora”, dijo el hombre.

Jorquera contó que ni siquiera la pandemia frenó a Papá Noel que movió cielo y tierra para conseguir los permisos necesarios para visitar en Noche Buena a los niños en el Hospital Rawson y en Casa Cuna, y en Navidad a los chicos en el Hospital Marcial Quiroga. Siempre acompañado de su esposa y de sus 4 hijos que nunca se quejaron por no quedarse en casa. Y que reforzaron los valores inculcados por su padre. “Empezamos a conseguir muchísimas donaciones de juguetes, leche y pañales para entregarles a los niños. Y comenzábamos una semana antes de la Navidad a acomodar todo en bolsas. Yo le decía a mis hijos que eligieran algún juguete para ellos, y elegía un yoyó o una pelota, siempre algo sencillo. Ellos fueron los pilares para mi misión”, dijo Jorquera.
Unos minutos antes de la medianoche en Navidad, la familia Jorquera llegaba al Hospital Rawson. Y los niños tenían a su cargo la logística. Con el permiso correspondiente recorrían las salas para saber qué cantidad de nenas y varones había internados para organizar la entrega de juguetes. “Me acuerdo un año que una juguetería me donaron un helicóptero a control remoto que era espectacular. Le dije a mi hijo que era para él por su buen corazón. Pero, él se lo regaló a un nene que estaba en silla de ruedas”, dijo el hombre.

La misión de Jorquera como Papá Noel traspasó la época navideña y no terminaba cuando se quitaba el traje rojo. Su buen corazón no descansó a lo largo de estos 37 años. “Una Navidad que visitamos el Hospital Marcial Quiroga me tomé fotos junto a un nene que estaba bastante delicado. Como a los 5 meses después me golpean la puerta y era los jóvenes papás de ese niño. Me contaron que había fallecido y que querían saber si yo tenía esa foto que me saqué con él, ya que era la última imagen suya que tendrían. Le dije que la iba a buscar y se fueron. La encontré, le hice hacer una copia ampliada y se las regalé. Los tres lloramos de emoción”, dijo Papá Noel.
Ante la pregunta sobre cómo imagina que será esta primera Navidad sin vestir el traje rojo y visitar los hospitales, ‘rara’ contestó. Ya no vivirá el trajín previo de arreglar los regalos para repartir ni la adrenalina de subirse a la moto vestido de Santa para visitar a los chicos. Pero, con la satisfacción de haber repartido alegría y esperanza por más de 3 décadas. “Me encantaría seguir, pero ya no puedo. Me quedo con la satisfacción de compartir con mis seres queridos y amigos la emoción de representar Papá Noel”, sostuvo Jorquera.
