En pleno apogeo de la revolución tecnológica digital, el uso de la Inteligencia Artificial y el consumo masivo de teléfonos, televisores, heladeras, hasta autos con la denominación de “inteligente”, las sociedades modernas enfrentan una paradoja silenciosa. Los dispositivos electrónicos transforman y readecuan hábitos, costumbres y estilos de vida, incluso se vuelven herramientas indispensables para comunicarse, trabajar, entretenerse y resolver problemas, pero la obsolescencia programada, la rapidez con la que numerosos aparatos terminan siendo descartables, los desechos que se acumulan en consecuencia, resultan una gran amenaza invisible y creciente.

Se estima que en 2022 se generaron más de 62 millones de toneladas de residuos electrónicos en el planeta y menos del 20% fue reciclado formalmente. Esta cifra no solo revela una crisis ambiental, sino también una profunda desigualdad estructural: los países del norte global exportan sus desechos hacia regiones con menor capacidad regulatoria, convirtiendo territorios periféricos en “zonas de sacrificio tecnológico”.

La basura electrónica —que incluye desde celulares y computadoras hasta electrodomésticos— contiene materiales altamente tóxicos como plomo, mercurio y cadmio, capaces de contaminar suelos, aguas y cuerpos humanos por generaciones. Pero también encierra metales valiosos como oro, plata y cobre, lo que la convierte en una “mina urbana” que podría activar economías locales si se gestiona con justicia ambiental y laboral.

En este contexto general, las poblaciones locales no están exentas de esta problemática. La acumulación silenciosa de dispositivos obsoletos en hogares, escuelas y oficinas que en el territorio sanjuanino se va generando, empuja a tomar decisiones y políticas públicas urgentes para reconocer y afrontar la situación. Y en este camino, el rol de los municipios y las comunidades barriales, son fundamentales para tratar de mitigar el impacto ambiental que provoca los residuos eléctricos y electrónicos.

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Entendiendo que la basura electrónica no es solo un residuo más, sino que es un síntoma de un modelo de consumo acelerado y de exclusión digital, obliga a que los estados comunales se comprometan a trazar políticas para articular cuidado ambiental, educación y desarrollo territorial.

En este sentido, la Dirección de Ambiente, que depende de la Secretaría de Obras y Servicios Públicos de la Municipalidad de Rawson, lanzará una nueva campaña de recolección y concientización ambiental bajo el lema “¡Protegé Rawson, Reciclá tus RAEEs!”.

La actividad se desarrollará el sábado 13 de septiembre de 9 hs. a 16 hs. en el Complejo Cultural y Deportivo La Superiora (ubicado por Dr. Ortega entre Conector Sur y Paula Albarracín de Sarmiento).

El propósito de esta iniciativa es promover el manejo responsable de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE), para evitar la contaminación, recuperando materiales valiosos.

Quienes quieran participar, podrán aportar con la recolección de dispositivos de informática, ofimática, telecomunicaciones, electrodomésticos pequeños, equipos de entretenimiento, herramientas y baterías, siempre cumpliendo con las condiciones de tamaño (máximo 60 cm²), peso (máximo 50 kg) y estado (funcionando, averiados o en partes, pero limpios y seguros).

Quedarán excluidos de la recepción los aparatos de línea blanca (heladeras, lavarropas, hornos), materiales peligrosos (militares, médicos contaminados, nucleares), así como tóners, tintas y lámparas fluorescentes.

Durante la jornada, habrá una charla dinámica que empezará a las 9 hs. para tratar otros temas de interés como la prevención de dengue y chagas; el cuidado de árboles domiciliarios y la clasificación de RAEE en origen.

Como incentivo, los primeros 50 vecinos que participen recibirán un árbol de pistacho para plantar en sus hogares, fomentando también la forestación urbana.

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¿Por qué es importante el manejo responsable de los RAEE?

La recolección y reciclaje de residuos electrónicos no es solo una acción ambiental: es una estrategia crítica para proteger la salud pública, recuperar recursos valiosos y fomentar una economía social más justa y de carácter circular.

Cada acción implica varios enfoques a tener en cuenta:

Contaminación tóxica: Los residuos electrónicos (RAEE) contienen sustancias peligrosas como plomo, mercurio y cadmio, que pueden filtrarse al suelo y al agua si no se gestionan adecuadamente.

Riesgo para la salud: La exposición a estos materiales puede provocar enfermedades respiratorias, neurológicas y afectar el desarrollo infantil.

Cambio climático: La descomposición informal de estos residuos libera gases de efecto invernadero, agravando el calentamiento global.

Minería urbana: Muchos dispositivos contienen metales preciosos como oro, plata, cobre y platino. Reciclarlos permite recuperar estos materiales sin recurrir a la minería tradicional.

Reducción de costos: Reutilizar componentes electrónicos disminuye la necesidad de fabricar nuevos, ahorrando energía y recursos naturales.