Hace pocos días, Facebook y Zynga, la empresa de desarrollo de juegos, modificaban su acuerdo. A partir de entonces, Zynga adquiría más libertad para crear contenidos y extenderse a otras plataformas, lo que a todas luces parecía anunciar que el gran beneficiado sería la propia empresa de juegos. Sin embargo, los inversores no lo entienden así, y creen que Zynga, lejos de Facebook, no vale demasiado. ¿El resultado? Las acciones de Zynga habían perdido, al final de la semana pasada, más de un 7 por ciento de su valor.