Bien dicen que la propia experiencia vale. Y si inspira a otros, mejor aún. De alguna manera, la profesora en Letras Alejandra Bondanza tomó esa premisa -ella participó en talleres y allí no sólo descubrió su talento sino que ganó amigos para toda la vida- para proponer a quien tenga algo para decir y no sepa cómo, sumarse a sus talleres de literatura y emociones. Hay un condimento más y no es un tema menor: están dirigidos para adolescentes, un público que no siempre es fácil de conformar y menos de atraer. Parece que ella, lo está logrando. Porque unos cuantos jóvenes de entre 13 y 20 años se dan cita los sábados para dejarse llevar por las palabras. Y si bien, estos encuentros comenzaron en junio pasado, aún hay tiempo de sumarse porque tienen fecha de cierre para fin de año.

Sentipensares es el nombre que le ha dado al espacio. La denominación, nobleza obliga decirlo, no es propia sino que la tomó prestada "de un creativo español, quien la usó para nombrar un modo de crear poniendo en juego tanto las emociones como la reflexión. Sentipensares literarios porque queremos sentir, pensar y vivir lo literario", dice.

Es que el eje de este taller propone, a través de textos universales y de autores provinciales, la creación literaria a través del juego y la reflexión. Alejandra lo explica así de sencillo: "Se propone que nos conectemos tanto a la reflexión como a la emotividad para dar cauce a esa potencialidad creadora de la palabra escrita. Respetando siempre la personalidad, estilo y nivel de escritura de cada participante".

"El trabajo con las emociones sigue la tendencia de las nuevas corrientes de aplicación de neurociencias: primero ponerles nombres, reconocerlas, reflexionar sobre ellas y ponerlas en contexto. Es una excelente manera de indagar en los textos literarios y de pensar qué emociones transmiten nuestros textos y qué estrategias usamos para lograrlo. La emocionalidad nos define como humanos de modo que todos tenemos algo para decir al respecto. Eso es parte del trabajo. El otro modo de abordaje es que se propone una instancia de respiración guiada para centrarnos en el aquí y ahora, para ser más receptivos a la experiencia literaria que vamos a compartir, ya sea escuchando, leyendo o escribiendo", detalla la coordinadora sobre el trabajo semanal. 

Cada encuentro plantea una emoción o grupo de emociones como excusa, válida por supuesto. Se usan textos literarios como disparadores motivacionales que generan reflexión y se busca la creación de un texto (lírico, narrativo o dramático). 

Por supuesto que no es necesario tener saberes previos, ni mayor experiencia. Sólo parecen ser necesarias las ganas de reunirse con otros adolescentes a leer algún texto e intercambiar ideas.

"En principio son sólo prácticas de escritura, pero si alguno de los asistentes se interesa en algún género en particular, o algún autor, estaré siempre encantada de proveerle material", asegura. 

El anhelo de los participantes y quien coordina -que es quien se ocupa de comentar, sugerir y dar devoluciones de los textos producidos- es lograr contener el material del taller en una antología. El sueño es poder concretarlo. "Dar visibilidad a las producciones de jóvenes es un estímulo para los participantes, especialmente para los novatos y para que los lectores puedan empezar a conocer el pulso de expresión de la juventud sanjuanina", se entusiasma Alejandra.

¿Por qué los jóvenes? 
 

Cuando Alejandra propuso el taller sabía que si bien había una oferta de espacios literarios en San Juan, con distintas modalidades y estilos según su coordinador, había un vacío que llenar y era el de contener a los adolescentes. Para ellos casi que no hay propuestas. "Me siento cómoda trabajando con los adolescentes porque creo que son voces genuinas. Me propuse ofrecerles la oportunidad de transitar la literatura desde lugares amorosos, cuidados, evitando lo que es más fácil para atraer a los chicos: el morbo, las emociones violentas. No las evitamos, muy por el contrario las abordamos, pero escuchamos las posturas de los participantes. De hecho, cuando pensé en impartir talleres me basé en mi propia experiencia: asistí a un taller literario donde conocí a las personas que fueron mis mejores amigos de la vida y allí tuve como compañeros a grandes escritores sanjuaninos, lo que me dejó para siempre enganchada a este mundo. Sueño con que los adolescentes encuentren en la literatura su modo de vida", propone.

El dato

Todos los sábados, de 16 a 18, tienen lugar los encuentros en los Espacios Compartidos del Ferro Urbanístico. Por protocolo y porque las salas son muy amplias, hay una capacidad de hasta veinte participantes para poder respetar las distancias. De todos modos, se ha previsto una opción de virtualidad para cuando la situación sanitaria así lo exija.

Paralelo a los días de encuentro, funciona un de Whatsapp que mantiene a los talleristas activos.

El taller cuenta con el apoyo del Ministerio de Turismo y Cultura, lo que garantiza que esta actividad sea gratuita para los interesados.

Para mayor información contactarse con sentipensaresliterarios @gmail.com o al 0264-4443489.

Dar vida a la historia

Entre tantas propuestas creativas, Alejandra Bondanza ha encarado otro nuevo desafío: ofrece sus servicios como escritora para volcar o convertir una historia familiar o personal, en "un libro de tu vida". Algo así como una biografía para recuperar el legado y la memoria de las familias, bajo la forma de un relato o una novela, según describe. 
Ella es profesora en Letras para Nivel Medio, fundadora y administradora de la editorial El Momo Editor y ha coordinado y dictado decenas de talleres (como la Fábrica de Escritores) así es que sabe cómo hacerlo.