Cuando todavía queda en el ambiente los frescos recuerdos y el aroma del Festival y Mundial de tango que finalizó el 26 de agosto último, llega la Noche de las milongas, programada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para el próximo sábado 27. La idea es que estos espacios permanezcan abiertos durante toda la noche en los todos los barrios porteños para que tanto turistas como locales puedan disfrutar de un encuentro que se realiza por primera vez y promete repetirse año tras año. Para ello dispondrán de colectivos turísticos -estilo londinense-, que contarán con orquestas en su interior para que los amantes del 2×4 puedan trasladarse de un punto a otro de la ciudad en medio de un clima siempre tanguero, según indicó el Ministro de Cultura de esa ciudad, Hernán Lombardi.

"Invitamos a todo el país a la nueva creación, la noche de las milongas. Se construirán dos caravanas: una en Pompeya y otra en La Boca, que confluirán en el gran salón de baile de La Rural de Palermo", señaló el ministro en la final del Mundial de tango en la que DIARIO DE CUYO estuvo presente.

Las milongas son generalmente de aspecto austero, pintorescas y llenas de personajes arrabaleros, donde además de bailar también se dictan clases de tango, generalmente de 2 horas, en las que se enseñan los pasos básicos, y luego se larga el baile hasta entrada la noche.

Sin duda que este nuevo hito no hace más que reafirmar a Buenos Aires como la Capital Mundial del Tango. Precisamente por ese motivo es que cualquier persona que llega a la gran ciudad puede tener acceso a distintos itinerarios en los barrios especialmente tangueros para vivir de cerca esta pasión argentina que ha llegado a diferentes puntos del planeta. Así lo demuestra cada Mundial de Tango que recibió centenares de parejas de Colombia, Japón, Rusia, Chile, Alemania, Francia, Uruguay, Estados Unidos, entre otros.

Recorridos tangueros

En cualquier época del año los recorridos tangueros están disponibles para hacerlos y vivirlos a pleno. Desde el área de Turismo de la Ciudad recomiendan los barrios más emblemáticos del tango, además de una serie de milongas en las que se pueden pasar muy buenos momentos. El primero de la lista es Boedo, que por su tradición literaria y su repertorio de cafés y bares históricos es uno de los más destacados. Allí se encuentra la famosísima esquina porteña: San Juan y Boedo, inmortalizada por el poeta Homero Manzi en el tango "Sur".

También se puede visitar el Espacio de Teatro Boedo, una sala teatral que presenta espectáculos infantiles y para adultos donde se combina el teatro con el tango.

El Café notable Margot en avenida Boedo 857 donde se ubicaba la confitería Trianón y hoy alberga el típico café donde se reúnen los poetas de Boedo, es otro de los imperdibles. Muy cerca se encuentra la Esquina Osvaldo Pugliese y la escuela de tango Boedo, entre otros tantos espacios temáticos.

Abasto

El espíritu del "Zorzal Criollo", mote que se le daba a Carlos Gardel, sigue intacto en el Barrio del Abasto en el que se descubre su antigua casa y también el pasaje que lleva su nombre, donde está su monumento. Este recorrido es muy interesante ya que cuenta con audio guía y circuitos autoguiados (Ver recuadro), que orientan al visitante durante el paseo. Allí se puede ver también el Bar Progreso, tradicional porque conserva características de los bares de principio de Siglo XX; la tanguería Carlos Gardel fundada en 1893 con el nombre de "Chanta Cuatro", el favorito del cantante, ahora convertido en una de las casas de tango más importantes de la ciudad.

Como si fuera poco en este recorrido incluye la Casa de Aníbal Troilo (Cabrera al 2937), quien con su bandoneón fue tan decisivo para el tango como Gardel con su canto. Pichuco nació en esa casa el 11 de Julio, fecha elegida para festejar el "Día del bandoneón", en su homenaje.

El Paseo del Filete (Jean Jaurés), es un lugar en que toda su pintura es fileteada -algo típicamente porteño-, que allí se puede ver en su máxima expresión.