La casualidad quiso que Luciana y Claudio, llegaran hasta La Frontera, en Jáchal. Si bien un camino que desvía en una huella lleva a cualquier viajero hasta ese lugar, acceder no es algo sencillo. Ni siquiera Google sabe de su existencia. A veces tampoco quienes tienen responsabilidades o inclusive los mismos lugareños se acuerdan de las necesidades que viven 35 familias, a una hora de San José de Jáchal, pasando apenas 5 kilómetros de Villa Mercedes.

El destino quiso también que ellos llegaran con las manos llenas. Muchas y muy copiosas fueron las lluvias que azotaron todo el departamento del Norte en el 2015, las que, literalmente hablando, tiraron todo abajo. Fue la oportunidad para que Claudio Martínez se animara a tomar las riendas del mentado 'hacer algo por los demás'', motivado por su esposa para juntar donaciones para el lugar dónde había nacido. La tecnología fue fundamental para lograr su cometido: un mensaje de Whatsapp llegó a los celulares de amigos, conocidos, mamás de compañeritos del jardín de su hijo, compañeras de trabajo, parientes, amigos de la vida. Así fue como la ayuda materializada no se hizo esperar. Entonces con ropa, calzado, algunos juguetes y mercadería llenaron la camioneta. Y partieron para distribuir todo. Pero era tanta la ayuda en los puntos cabecera del municipio, que tomaron por la huella y llegaron a este destino impensado y por qué no invisibilizado hasta ese momento.

'Nos encontramos con 35 familias, 50 niños, unos 25-30 adolescentes y muchas necesidades de todo tipo: sus casitas precarias no tienen baños, no tienen trabajo, la escuela funciona de mañana como Primaria pero no tiene Secundaria. Allí entregan la leche y tienen un comedor sólo los lunes, martes y miércoles. Más allá de los faltantes también nos dimos cuenta del compañerismo y la solidaridad que reina en el lugar. Eso fue el motor principal para querer ayudarlos con algunos asuntos urgentes pero fundamentalmente para colaborar con algunas herramientas para que puedan salir adelante ellos mismos'', recuerda Luciana aquel primer contacto, al que le siguieron muchos más. Es que las ayudas de este grupo de amigos siguieron yendo y viendo.

De hecho, entre ella y su esposo, además de Mabel del Valle Rago, Celeste Olivares, Patricia Leiva, Pablo Araya, Germán Cortez, Alejandra Rodríguez, Karina Zamora, Sol Abecasis y los directivos y la comunidad educativa de la Escuela Fray Mamerto Esquiú, entre otros, lograron abrir el comedor comunitario para todos los chicos -incluidos los que no van a la escuela- durante los días restantes de la semana. Las mamás hacen la comida con la mercadería que les envían desde la ciudad y se utiliza la casa de Silvana Díaz, una de las mujeres del lugar, para servir la comida. El sueño ahora no sólo es mantener este espacio sino además mejorar las condiciones edilicias ya que se cayó el techo de la galería y una pared es de nylon. Por eso, quieren construirles un comedor. Pero también proyectan darles más herramientas como talleres de oficios y artesanías, alternativas para sembrar la tierra, ideas para concretar la unión vecinal, conctactos para promover la instalación de un secundario y hasta la posibilidad de que llegue un médico algún día a la semana.

'No queremos hacer asistencialismo. Queremos que ellos tengan la oportunidad'', dicen convencidos en el grupo.



Experiencia sin igual

Y si de oportunidades se trata, quizás el momento más importante vivido en tan poco tiempo entre la gente de Jáchal y este grupo 'ángel de la guarda'' fue la semana pasada, cuando lograron traer a los más pequeños y sus mamás a recorrer por primera vez la Capital de San Juan.

'Había una mamá que había visto una película en el cine cuando era chica. El resto, ninguno. Quedaron maravillados con la ciudad, el parque, la Legislatura. Y pensar que estamos a tan pocos kilómetros'', cuentan sobre la experiencia.

Claro que para lograr la travesía no estuvieron solos. Contaron con la colaboración de muchos: la empresa IO Total se ocupó del transporte, la Escuela Fray Mamerto Esquiú los recibió con un desayuno más actividades deportivas y juegos recreativos, la Legislatura les hizo su visita guiada, del almuerzo en Patio Alvear se ocupó Edgardo Rímolo de Casa de Gobierno, ese shopping les regaló la función de cine en 3D en Play Cinema, Neverland les donó una hora de juegos gratis y McDonalds, la merienda con hamburguesas, papas fritas y gaseosas. Además la fábrica de alfajores Tres Cumbres, la Panadería la Reina, Florería Del Carmen, Fiorentino Catering, Carolina Rodríguez, Ana María y Cristina Correa, Juan Ignacio Olivares, Súper fresco y el café-restó Mr Beer aportaron otros detalles. 'Entre todos les regalamos un día diferente'', resumen satisfechos estos amigos que ya trabajan para ofrecerles nuevas posibilidades de vida, en su lugar en el mundo.

Puertas abiertas

Los integrantes de San Juan sin Frontera se definen como un grupo de 'puertas abiertas'', dispuesto a sumar a todo aquel que quiera plegarse a su meta y ayudarlos a cumplirla. Es por eso que no sólo reciben donaciones de todo tipo, sino que están abiertos a escuchar propuestas y sumar voluntarios. Los interesados pueden contactarse con los teléfonos 264-5834866 (Luciana Rago) y 0264-5059946 (Patricia Leiva). También por Facebook con el nombre del grupo.