Tiene una gracia especial a la hora de hacer humor, conjugado con imitaciones de artistas internacionales. Habla con el público con la tonada de un sanjuanino de pura cepa. Se trata de Orlando Balmaceda, un hombre que comparte dos profesiones: la de odontólogo y la de showman.

Esa beta artística la lleva consigo desde su niñez, cuando vivía en la zona capitalina de Concepción, en la tradicional calle Chile, cerca de lo que era la cancha de Peñarol. En la actualidad, con 52 años recuerda que eran tiempos de calle de tierra, dos arcos y a jugar a la pelota con los amigos. En medio de este cuadro de infancia, Orlando escuchaba los acordes de un piano, justo al lado de su casa. Fue allí donde quedó impactado, cuando recién tenía 5 años de edad. Es que las melodías que le sacaba a ese instrumento una profesora le llamaban mucho la atención.

Mi madre me decía "yo quisiera que estudiaras piano para que no sigas peloteando", cuenta entre risas. Ahí Orlando comenzó con sus primeros pasos en la música con la profesora Julia González y después con la profesora Lilia Licich de Zárate.

"Lo duro de estudiar era que a esta altura del año (diciembre), los chicos me esperaban afuera del conservatorio con la pelota y esperando que yo terminara de rendir".

A los 13 años se juntó con algunos amigos: Chichón Hernández, Luis Rodríguez, Caíto Podestá, Orlando. Entre todos hicieron su primer grupo musical: "Décadas", con el que tocaron temas de los Beatles.

Después de un par de años, los músicos emprendieron otros proyectos y Orlando siguió como solista interpretando baladas. Su público eran parientes y amigos en fiestas familiares. Además era abonado a tocar el piano en los actos escolares de la Escuela Normal Sarmiento.

Allí nacieron chistes, bromas sanas que pegaron entre los compañeros y que Orlando fue incorporando a sus dotes de músico. Eran los cimientos para construir ese hombre espectáculo que es en la actualidad.

Sus padres, como buenos trabajadores, le inculcaron a Orlando que estudiara y así lo hizo. Al terminar el secundario viajó a Córdoba para hacer la carrera de Odontología. En su estadía, además de estudiar, sumaba algunos pesos haciendo espectáculos en teatros y festivales, incluso, siendo estudiante fue telonero del reconocido humorista, Cacho Buenaventura. Actuó con Chichilo Viale, otro artista reconocido. Esos tiempos le sirvieron para crear personajes y perfeccionarlos.

De vuelta en San Juan comenzó con su carrera de odontólogo y de forma paralela el de artista. En este combo profesional, Orlando cuenta que sus pacientes se ríen con sus ocurrencias en el consultorio.

Orlando se define como "un tipo que me fascina ver divertirse a la gente con mis ocurrencias. Soy un artista que trata de hacer música y diversas humoradas".

A modo de reflexión, el artista dice que el público sanjuanino ha experimentado una especie de metamorfosis. Cambió mucho y para bien. Hasta hace unos 20 años el público no se reía o le costaba manifestarse. Ahora es otra cosa, la gente ha recuperado su autoestima, está más suelto y disfruta de los distintos espectáculos.

Por último, Orlando dice que tiene como proyectos el seguir con ambas carreras, porque ambas son sus vocaciones y tienen algo en común: el que la gente tenga una buena sonrisa.