Soledad es híper activa. Eso se ve a simple vista. Sus grandes ojos celestes brillan y se mueven cuando habla sobre sus pasiones -la cocina y la acrobacia en tela-, y de los planes que siempre tiene para seguir haciendo cosas nuevas. Seguramente ese fue uno de los factores que influyó al momento de ser una de las 8 personas seleccionadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires entre 5.850 inscriptos de todo el país para trabajar allí durante 3 meses, con sueldo incluido, además de pasajes y estadía.

Todo comenzó cuando el Ente de Turismo de esa ciudad lanzó un concurso por Facebook, invitando -por primera vez- a jóvenes argentinos que quisieran hacer su práctica profesional en Buenos Aires a inscribirse adjuntando su curriculum ya que apuntaba estrictamente a las áreas de gastronomía, turismo, ambiente, cultura y comunicación, emprendedores, moda y diseño. Luego de un proceso de selección a cargo de un jurado especializado, se definieron los ganadores del certamen "Experiencia Buenos Aires", del que resultaron ganadores 6 hombres y sólo 2 mujeres, procedentes de San Juan, Entre Ríos, Mendoza, Misiones, Córdoba, Santa Fe, Corrientes y Jujuy. (Ver detalles en recuadro)

Soledad fue seleccionada como ayudante de cocina y trabajará en Tarquino, restaurante de Dante Liporace, ubicado en Recoleta.

En honor a la verdad, y más allá de su primera formación profesional como chef en el Instituto Borja Blázquez, fue su abuela materna, Juana Giner, quien le inculcó el amor por la cocina, sobre todo por la pastelería. Una herencia que primero recayó sobre su mamá Ana María, quien también aportó lo suyo para que Soledad se conectara de esa manera con

la gastronomía. Así fue que luego estudió pastelería en Mendoza en el Instituto Arrayanes, una experiencia que la motivó para pedir una ayuda al Gobierno provincial para jóvenes emprendedores que le permitió comprarse lo básico para comenzar con Brulée, su propia empresa pastelera.

Ni hablar del caos que provocó en su casa donde instaló como pudo un horno pastelero, una heladera y un freezer, sin medir las consecuencias de la demanda. Esto la obligó a trasladarse al garage de su abuela donde se acomodó de la mejor manera para satisfacer la demanda de tortas, masas dulces, tartas y todas las dulzuras que uno se pueda imaginar, pero con un plus adicional: el decorado. Son piezas únicas en azúcar, en los que resaltan cada detalle del personaje que pidan la mamá para sus chicos, algo que le demanda horas, y donde pone todo su arte.

"Fue duro cursar en Mendoza porque no me fui a vivir, viajaba los jueves a las 5 de la mañana y volvía el viernes cuando terminaba la clase porque en ese momento trabajaba en De Sánchez. De todos modos me alegra mucho haberlo hecho, tuve una profesora maravillosa de la que aprendí mucho, Ivana Aramayo", cuenta Soledad.

Sólo su hermana Sofía -tiene otra hermana más, Cecilia y un hermano menor, Nicolás-, comparte con ella el gusto por la cocina aunque decidió vivir en Buenos Aires para dedicarse a hotelería y turismo. De todos modos sigue siendo su consejera al momento de tomar decisiones o calcular el precio de sus productos.

Además de haber trabajado en varios restaurantes locales, también se dedicó de lleno a la acrobacia en telas, tanto que en la actualidad da clases en El Palomar. Ha participado en la Fiesta del Sol, incluso había sido seleccionada para la próxima que se realizará en febrero, pero surgió esta oportunidad que le demandará estar en Buenos Aires, hasta principios de marzo.

En su empresa pastelera se encarga absolutamente de todo, desde las compras hasta los detalles mínimos de decorado. "Me gusta hacer todo, pero sé que tengo que aprender a delegar. Acondicioné una bicicleta que me permite ir a comprar los ingredientes, siempre de primera calidad. Elijo con mucho cuidado lo que uso, por eso lo hago personalmente. No me importa demorarme aunque tenga que quedarme hasta las 5 de la mañana para terminar una torta", agrega Sole.

En Tarquino, el restó en el que trabajará en Buenos Aires, tendrá los días divididos para realizar junto al equipo de cocina la producción de los platos, desde la preparación de los alimentos hasta la disposición de las mesas. Además todos los ganadores de este concurso participarán en un programa de televisión especialmente creado para ese fin en el Canal de la Ciudad.

Soledad ya tenía pensado vivir una experiencia laboral en Buenos Aires, tanto que durante todo el mes de julio pasado estuvo en la casa de su hermana Sofía para tomar clases de tela, y hasta se animó a presentar curriculum en varios lugares. Sus antecedentes fueron suficientes para que la convocara la empresa de Maru Botana, pero decidió continuar con su emprendimiento local. "De todos modos, no descarto quedarme a vivir, me gustaría, porque hay muchas posibilidades tanto en lo gastronómico como en la parte de acrobacia en telas. Podría aprender, perfeccionarme en las dos cosas, pero tengo que ver. Quizá pueda continuar con mi pequeña empresa allí", agrega.

La idea es encontrar un punto de equilibrio entre las dos actividades, pero a juzgar por su ímpetu y su espíritu emprendedor, este camino repleto de trabajo recién empieza y, evidentemente, siempre estará lleno de nuevos emprendimientos que ella misma busca y consigue.