Hasta hace algún tiempo hablar de alguna actividad física en el agua en esta época del año parecía cosa de locos. Pero los tiempos cambian y ahora desde bebés hasta adultos mayores pueden disfrutar del agua tibia para conseguir efectos terapéuticos, o simplemente ejercitarse. Esta tendencia en alza quizás responda a que en la capital sanjuanina ya hay alrededor de seis piletas climatizadas en condiciones de recibir gente con propuestas que van más allá de la natación, como la gimnasia acuática o aqua gym, aqua dance y actividades específicas para personas obesas, bebés y embarazadas. La mayoría de estos natatorios funcionan por turno e inclusive la única que hasta hace poco estaba solo abierta para sus socios -la de Ausonia- ya recibe a cualquier persona que quiera acceder, según explicaron desde la administración del club.

A esta altura nadie duda de las ventajas de esta actividad física, menos aún para personas con sobrepeso, en proceso de recuperación, con lesiones traumatológicas, con problemas de movilidad y estabilidad articular en rodillas, tobillos o con problemas de espalda en general. También es un ejercicio muy indicado para mujeres embarazadas.

Lógicamente que a la par el número de personas que asisten en pleno invierno ha superado las temporadas anteriores por la diversidad de opciones.

Particularmente las personas con sobrepeso u obesidad son beneficiadas porque pueden trabajar todos los músculos sin sentir un impacto en sus articulaciones. En realidad todo el organismo se ve beneficiado por su práctica ya que debido a su carácter integral está indicado para cualquier persona.

Paula Guarnido, profesora de Educación Física de Hidrogym, destaca que "la gente ha perdido el miedo al invierno para ir a la pileta, por el contrario disfruta del agua tibia y sus efectos relajantes. Sólo debe tener cuidado, como en cualquier lugar en esta época, de secarse bien el pelo y ducharse para recuperar la temperatura corporal”.

Con ella coincide Marcela Arabel, encargada de la pileta Piscis que en su sucursal de calle Los Huarpes, en el barrio Chacabuco, despliegan una serie de alternativas para apoyar tratamientos médicos o como rehabilitación de intervenciones quirúrgicas, más allá que las obras sociales en general no lo consideren en sus coberturas como terapéuticos. "La actividad en la pileta no se corta por el frío. Al contrario, los nadadores vienen con sus secadores de pelo y apelan a todo el abrigo posible para no perder la constancia, ya que este es un factor fundamental especialmente para aquellos que eligen el agua como parte de sus tratamientos médicos. Este tipo de clientes, que recurren por alguna patología, va en creciente aumento. Por ejemplo, hay personas que sufrieron un ACV, fueron operados de la cadera o tienen sobrepeso y problemas de presión a las que se les recomienda hacer algún tipo de actividad acuática porque el agua provoca bajo impacto entonces el esfuerzo se percibe menos”, cuenta. En este natatorio se hace desde aquaerobic, natación y caminatas en el agua.

Una de las grandes ventajas es que el trabajo en el agua permite la disminución del impacto del cuerpo con el suelo y, con esto, la tensión sobre las articulaciones. Esta característica hace que los ejercicios en el agua puedan ser más duraderos y frecuentes. También permite que personas con movilidad reducida puedan beneficiarse de la liberación de peso que aporta el agua. El beneficio psicológico en este sentido es indudable.

Otro factor a tener en cuenta es que la presión hidrostática, que en un principio puede resultar incómoda por las molestias respiratorias que provoca, mejora finalmente los músculos y la capacidad de ventilación. Según Marcela Arabel, ‘los ciclistas también la eligen como complemento de ese deporte, precisamente para mejorar la capacidad respiratoria".

La natación facilita también la posición del cuerpo en posición vertical, algo muy interesante para personas que necesitan ayudas externas para mantener esta posición.

Como si todo esto fuera poco el medio acuático está indicado también para personas que quieran prevenir o tratar flebitis, ya que la presión hidrostática ayuda a mejorar la circulación sanguínea.

"La dificultad para moverse en el agua facilita el desarrollo de la resistencia y tonificación muscular, que puede complementarse además con la inclusión de complementos, como una pelota (que ayuda a adaptar el cuerpo a las necesidades de cada persona, ofreciendo mayor o menor resistencia) y, de la misma manera, mejora las cualidades y capacidades físicas, como el acondicionamiento físico general, aeróbico y muscular. Lógicamente, esta característica del agua la hace apropiada para personas con osteoporosis, que verán reforzada su resistencia muscular”, explica Paula.

El agua también aporta equilibrio muscular y una mejor termorregulación. La temperatura corporal es mucho más estable, lo que proporciona una mayor comodidad y hace que la sesión de ejercicios sea más agradable.