Las peripecias de un padre y un hijo por llegar al mar en marzo del 2020, desafiando la amenaza del coronavirus y el aislamiento impuesto como único remedio posible para combatirlo, es en pocas palabras, el material con que Nicolás Binaghi se presentó al primer Concurso de Escritura Viral. Su relato -por momentos divertido, por momentos con dejos de nostalgia y tristeza- fue un pase libre al podio en este contexto de encierro. Es que compitiendo con 400 participantes de distintas latitudes del país, su cuento de nueve páginas llegó a la final de la contienda y no sólo eso, mereció una mención especial y con ella, la publicación en una antología virtual.


Nicolás es de Buenos Aires. Allá vive toda su familia y los amigos de toda la vida, razón personal de peso, quizás la única, que lo afectó emocionalmente por la pandemia (eso si tener en cuenta las cuestiones sociales y comunitarias que alteraron la rutina de todos de una u otra forma). Después de terminar el secundario y luego de sus primeros trabajos, empezó a cuestionarse sobre el estilo de vida y el ritmo que le imponía la gran ciudad. Renunció a la formalidad laboral y con un amigo salió a recorrer el país, sin rumbo predeterminado. De Santa Cruz, pasó a Mendoza, directo por la ruta 40 en el 2016. Un tiempo más tarde se separaron y Nicolás siguió hacia el norte. Así llegó a San Juan. Y lo que era una escala técnica, pasó a ser un destino. 


Es que en Valle Fértil -dónde estuvo trabajando un año y medio- conoció a su compañera y desde entonces aquí está. Se mudó a San Juan, un lugar que disfruta mucho especialmente por el paisaje que lo inspira a despuntar el vicio de la escritura, ese hábito que ya había comenzado a transitar un tiempo antes.


Mientras tanto, colgó la bicicleta y convive entre borradores de sus relatos y su emprendimiento de semillas hortícolas y kits de germinados para producir brotes comestibles.


Un consejo visionario

Nobleza obliga decirlo: una entrevista de trabajo, aun cuando el viaje que lo trajo a Cuyo no era ni una remota idea, le abrió una puerta enorme. No consiguió el puesto laboral que pretendía, pero sí siguió al pie de la letra las palabras de su entrevistador de que "para convertirse en un mejor profesional", le recomendaba experimentar con otro tipo de escritura. Nicolás había estudiado la Licenciatura en Publicidad, con orientación a la Redacción Creativa. Por eso, hasta ese momento se había dedicado a escribir con fines comerciales, quizás un primer acercamiento a la escritura por placer. Pero fue a partir de esa propuesta que se animó a escribir pequeños relatos cortos de situaciones cotidianas. Esos textos comenzaron a poblar su blog y sus redes sociales. 


"Fue un punto de inflexión, el puntapié inicial para todo lo que pasó después. Fue un cambio importante que me permitió posicionarme en una transición entre la escritura como hobbie y un modo de vida. Si bien no trabajo de la escritura, es algo que acapara todos los días de mi vida. Después de la entrevista aquella, decidí hacer todo lo posible para ir mejorando la calidad de mi escritura y empecé a tomar cursos desde temas gramaticales y teoría hasta estilo y trabajo narrativo. Al final me volqué totalmente a la escritura como pasión", se autodefine.


En Valle Fértil dio un paso más. Publicó de manera independiente su primera recopilación de escritos. "Cuentos y relatos de magia cotidiana" -tal como se llama la publicación- nació íntegramente de la mano de Nicolás, ya que él mismo se ocupó de diseñarlo, diagramarlo e imprimir el libro con los recursos que tuvo al alcance de su mano. Su enamoramiento por el realismo mágico y el realismo sucio (corriente literaria que nació en Estados Unidos de estilo minimalista que lo cautiva) le acercaron nuevos desafíos. A fines del 2019 obtuvo el segundo premio del concurso San Juan Escribe (organizado por la Legislatura). La consecuencia directa de ese premio es que se va a publicar su libro "Que le habremos hecho al tiempo", que reúne 9 cuentos. Y ahora, una mención en este concurso de Escritura Viral, lanzado por la editorial autogestiva Milena Caserola, que este año había planeado festejar a lo grande sus 15 años, pero que aislamiento social, preventivo y obligatorio, tuvo que cambiar sus intenciones. A cambio, lanzó una convocatoria para concurso de escritura viral en las categorías cuentos, poesía, crónicas y ensayos, entre los que se eligieron 15 ganadores y 17 escritores con menciones. El cuento de Nicolás es uno de estos y será incluido en una antología digital que se va a lanzar en septiembre próximo.


Inspiración de un encierro (y no tanto)


"A toda costa", es uno de los textos que le surgieron a este novel escritor en plena cuarentena. Requisito exigido para participar en el concurso. "En lo personal mi estilo de vida no cambió drásticamente durante el aislamiento porque trabajo desde mi casa y porque soy una persona que está acostumbrada a pasar bastante tiempo en soledad e inclusive a disfrutar de esos momentos. Sí tuve momentos angustiantes, como los que casi todos hemos vivido es porque somos conscientes de que hay gente que la está pasando realmente mal y por otro lado, por no poder ir a ver a mi familia y amigos a Buenos Aires. Eso sí, como la cuarentena nos obligó a recortar nuestra vida social, me encontré de pronto, con muchos espacios libres en mi día para dedicarle a la escritura. No fue fácil y hasta tuve que hacer un esfuerzo, un trabajo interno para esquivar todos los obstáculos que pone la quietud y el encierro, pero al final, me di cuenta que la mayoría de los textos surgidos durante este período resaltan el lado más esperanzador y humano que nos puede haber dejado la cuarentena y la pandemia", cuenta explicando cómo es su cuento ganador. Ese que relata la historia de un niño que después de perder a su madre va a tener sus primeras vacaciones en la costa, va a ver por primera vez el mar, en un viaje de padre e hijo. Con la mala suerte de que al llegar a la costa se decreta la cuarentena, así es que los dos se ven obligados a quedarse encerrados en una casa alquilada, que no es la suya. El texto transita los sentimientos que van surgiendo en la convivencia y en todo lo que intentarán para que el niño finalmente pueda o no, conocer el mar.
"Sin contar el final del cuento creo que en el alma de ese texto se refleja un poco mi forma de pensar la vida, que aunque suene trillado, en base a todo lo que he experimentado y en base al viaje que hice y a la gente que me crucé en el camino, puedo decir que la gente que hace bien las cosas, le llegan buenas cosas. Es un poco ese círculo, ese movimiento de bondades, lo que se refleja en este cuento", adelanta el autor.


Para leerlo

Muchos de los microrelatos o extractos de los cuentos de Nicolás están publicados en su Instagram lamagiacotidiana. Según detalla Nicolás, el cuento ganador -junto con los otros seleccionados- próximamente estará online en las redes y la página de la Editorial Milena Caserola. La preventa del material ya se lanzó en estos espacios virtuales. Cuesta 500 pesos.



San Juan literario

 


"Apenas llegué a San Juan no se me abrieron demasiadas puertas, porque además yo tampoco busqué abrirlas. Después hice un primer contacto con Alejandra Bondanza, quien hoy se ha convertido en una especie de asesora literaria y espiritual, y empecé a ver que había mucho trabajo independiente, mucha editorial independiente y comencé a interiorizarme en todo el mundo que rodea a los libros, que tiene que ver con las editoriales, los diseñadores, correctores, toda la parte que está detrás del papel. Y, al interiorizarme empecé a ver que todo ese mundo necesita visibilidad. Por eso estoy contento con la convocatoria para el Acuerdo San Juan que se ha realizado recientemente, que espero tenga resultados positivos para todo el colectivo literario, para todos los actores que participan de este mundo. Espero que de una vez por todas dejemos de funcionar como nodos independientes y se tejan redes que nos permitan crecer a todos".

Por Paulina Rotman


Fotos: colaboración Nicolás Binaghi


Colaboración: Alejandra Bondanza