Atender, hablar, escuchar, acompañar y poner límites son parte de la tarea familiar y educacional. Desde primer grado hasta el último año del secundario, en todos los niveles y en todas las escuelas, mes a mes una preocupación se reitera "los deberes o tareas extraescolares’.

Educar es la suma de crianza, de ética y moral, de buenas costumbres, de respeto, de corrección y amor al prójimo y así puede tomar el nombre según criterios intelectuales, físicos y morales. Es lo supremo. Pero de nada valen las enseñanzas que se dictan en las escuelas, si en el seno de la familia, que es donde en primer término se debe aprender a actuar y donde primero se aprenden las normas de conductas, es donde muchas veces estas no se cumplen. Los vínculos de padres e hijos existen desde el seno materno y desde ese momento empieza la tarea responsable de saber acompañar y educar. Es que hoy la realidad nos marca situaciones cada vez más comprometidas en el acompañamiento educacional.

La contención, el seguimiento y la preparación de los hijos son lo primordial o acaso, ¿quién no sueña con que ese hijo/a logre algo mejor que lo propio? Para llegar a la meta es un largo camino minado sólo de semillas o dicho en otras palabras sólo hay que dar y formar. "La gran tarea’.

Los deberes extraescolares son uno de los tantos ítems de vínculos entre padres e hijos que llevan a moldear la preparación para hombres y mujeres del futuro. Frente a esta realidad ineludible como son los deberes escolares, Revista Oh! consultó a la Lic. en Psicopedagogía, Karina Barbero, quien aclara los distintos tipos de problemática más comunes que se encuentran en la actualidad. La profesional afirma que el acompañamiento o seguimiento de los padres en el tema de los deberes escolares, es fundamental. "Desde lo pedagógico y didáctico el error hace que aprendamos, por ello es que la educación es un espiral, es decir un ir y venir constructivo. Pero con frecuencia escucho en mi consultorio como se rompen los vínculos de fraternidad y amor del niño con sus papás a raíz del incumplimiento de responsabilidades que a cada edad atañen. La consulta con los profesionales de la escuela y posteriormente con el especialista deben ser el paso inicial antes de llegar a que el conflicto esté planteado. Hay que evitar las peleas o relaciones tortuosas entre padres e hijos a la hora de realizar las tareas. La apertura al diálogo y entendimiento deben estar presentes siempre, de este modo la comunicación hace al entendimiento del devenir de cada día y esto permite saber qué vivimos y qué sentimos, cosa fundamental en la edad escolar”.

Tarea para resolver

Hay algo que no se puede cambiar en estos tiempos: muchos papás trabajan todo el día y llegan muy cansados a la hora de hacer deberes. En estos casos no es aconsejable hacer esperar al niño hasta altas horas para comenzar a realizar el deber. El establecer horarios y orden es una estructura que ayuda a un individuo a que organice todas las actividades del día y permite alcanzar las diferentes metas propuestas y llegar con éxito a los resultados. En estos casos se aconseja a los padres que a la hora de compartir con sus hijos las obligaciones éstas sean constructivas y no destructivas. Leer un cuento o compartir una caminata son un buen ejemplo. Aquí la tarea debe estar delegada en algún familiar responsable o en su defecto pedir ayuda de apoyo escolar.

Contrario a esta realidad, encontramos otros papás sobreprotectores que les resuelven todo a sus hijos y hasta llegan a realizarle el deber. +Esto también es perjudicial para el chico, ya que el deber cumple la finalidad de ser el repaso de un día escolar y de esta forma no se cierra el proceso de aprendizaje, explica Karina.

También es común hoy aquellos chicos que poseen gran poder de resolución, donde ellos mandan y no hay autoridad de parte de los padres. "Yo sé lo que hago, quédate tranquila que la tarea la realizo yo en el horario que me conviene’, ellos manejan situaciones a su devenir, carentes de límites. Poner límites es decir "te estoy cuidando’, y además deben ser sostenibles y no perdurables en el tiempo. De este modo formamos individuos con escasa tolerancia frente a la frustración o impedimento de alguna acción de vida. Aconsejo ser padres presentes y no delegar en las fuerzas o capacidades de los menores.

Lo opuesto a esto son aquellos chicos que son responsables y no quieren ir a clase sin el deber cumplido, hay un impedimento ya sea de parte del niño o de los padres, una cuestión de no entender la consigna. Frente a esta realidad es aconsejable recurrir a la escuela, indagar su causa y pedir la orientación debida. En caso de no ser satisfecha la demanda, recurrir al profesional, así deja de ser una carga tortuosa para el niño y llega a la finalidad de saber sortear obstáculos.

Respetar los tiempos de cada individuo es construir en la educación. Cuando se deja librado al azar la responsabilidad de ellos y los padres no intervienen, es no cuidar y no cuidar a un niño o adolescente es maltrato infantil, afirma la psicopedagoga.

El deber es el repaso de un día escolar, cerrando así el espiral que hablé anteriormente, se cumple un proceso. El tiempo de juego en el niño es fundamental así como también la recreación y el deporte. Con el deber el chico construye, por ende este debe ser acorde a su edad, entendimiento y circunstancias, culmina Karina Barbero.