Por: Juan Carlos Lopresti
Pjclopresti @yahoo.com.ar

El 13 de mayo de 1917 la virgen se aparece ante los niños Lucía de Jesús, Francisco y Jacinta Marto, en la Cova da Iria. En ese lugar y tras conocerse esta aparición, reiterada el 13 de octubre del mismo año, comenzó a construirse en 1928 un santuario que se ha convertido en uno de los lugares religiosos más visitados del mundo. Desde ese momento la pequeña villa que ahora tiene 11.700 habitantes se transformó en un centro de peregrinación que le permitió crecer turística y económicamente.


Al llegar al santuario, imponente, la sensación es de paz y admiración, con miles de fieles marchando, algunos de rodillas, hacia la capilla donde descansa la imagen de la Virgen María y donde se realizó la primera misa el 13 de octubre de 1921. 

Finalizadas las obras en 1953, incluyen una explanada con capacidad para un millón de personas que suele llenarse en varias ocasiones, especialmente cuando se cumple algún aniversario de la aparición. Sobre el lateral izquierdo y mirando de frente al templo, había un árbol donde los tres pastorcitos vieron a la Virgen, pero los peregrinos se fueron llevando sus trozos como recuerdo. Ante esta situación, los administradores del predio plantaron un nuevo árbol al lado de la Capela Das Apariçoes en cuyo interior fueron sepultados Jacinta y Francisco, fallecidos tempranamente, mientras Lucia fue la encargada de ir develando los tres revelaciones que la Virgen le había confiado. Tres de sus costados están abiertos para permitir el ingreso masivo de fieles y en su interior se han colocado numerosos bancos de madera. La Capilla está integrada dentro de un gran recinto abierto cuya culminación, en la parte más alta y tras superar una gran escalinata esta la Basílica. Detrás de la explana se encuentra la Iglesia de la Santísima Trinidad donde también se ofician misas en distintos idiomas, según los horarios, tiene lugar para 10.000 a 200.000 personas. También en la explanada hay una Oficina de Turismo donde se puede consultar sobre alojamientos y restaurantes y al frente una interesante feria de objetos religiosos y artesanales. El Santuario que permanece abierto durante las 24 horas del día y no se obra entrada para visitarlo, cuenta con 15 altares que representan los 15 misterios del Rosario y los vitrales muestran escenas de las apariciones y fuera de la están representados en dos pequeñas estatuas las imágenes de Jacinta y Francisco.. Muy cerca de Fátima, está el pueblo de Aljustrel donde aún se pueden ver las viviendas de estos pastorcitos, bastante bien conservadas a pesar del tiempo transcurrido. Precisamente el 13 de Mayo de 2000 durante su visita al Santuario, el papa Juan Pablo II beatifico a ambos niños, estando presente Lucia, la única sobre viviente de aquella visión, quien falleció en 2005 a los 97 años de edad.

Recorrido por la ciudad


El centro de la ciudad está muy cerca del Santuario y se puede ir caminando por pequeñas calles especialmente la rúa Francisco Mato,en su totalidad colmadas de bares, restaurantes y locales de artesanías y recuerdos con la imagen de la Virgen. También hay hoteles y hospedajes, centro comercial y juegos para niños. Los portugueses, por lo general, son muy amables y ayudan a los visitantes cuando estos requieren y los precios bastante accesibles.

Cómo llegar
Por vía aérea hasta Lisboa, y desde allí a Fátima hay 128 km. por la autopista A1. En autobús el boleto ida y vuelta cuesta 20 euros y debe tomarse en la estación Sete Ríos, en la zona azul del Metro de la capital lusa y llega a la estación de la villa que queda a unos 5 minutos a pie del recinto religioso. El tren no es muy aconsejable porque su parada más cercana está a 10 km. y desde allí hay que tomarse un taxi o algún otro transporte adicional. De cualquier forma quienes opten por esta alternativa, deben abordarlo en las estaciones Santa Apolonia o de Oriente, está muy cerca del aeropuerto.

Dónde alojarse


Hay hoteles y hospedajes de todos los niveles y no tan caros como en el resto de Europa. Para citar solo algunos el Luna Fátima, 4 estrellas, cobra 70 euros la noche, el Hotel Fátima, 4 estrellas, 56 euros, y el Ribeiro Hotel, de 2 estrellas, 40 euros, todos con desayuno incluido.

Qué comer


La gastronomía portuguesa cuenta con exquisitos platos típicos como el Bacalahu a Lagareito, que sale con pequeñas papas con piel y ajos, o el Leitao do Bairrada que es un cerdo pequeño, también al horno, con papas y verduras.

Excursiones


Un tour de medio día desde Lisboa cuesta 2747 pesos argentinos y de día entero 3.470 pesos.
A 248 Km. de Fátima se encuentra Austral, el pueblo donde nacieron los tres pastorcitos. Sus casas pueden ser visitadas por los turistas. Un poco mas cerca, a 138 km. y sobre el Océano Atlántico esta Aveiro, un pintoresco pueblo de pescadores que recomiendo conocer.

Los tres misterios de Fátima 


Según fueron pasando los años, se fueron conociendo los secretos que la Virgen les contó a los pastorcitos. El primero de ellos era una visión del infierno tomado como sentido preventivo para poder tomar conciencia de la necesidad de una vida santa. El segundo incluyo instrucciones de cómo salvar las almas del infierno y reconvertir el mundo a la cristiandad. Este mensaje afirmaba que Rusia debía consagrarse al Corazón Inmaculado y que por ello sería concedido al mundo un tiempo de paz. El texto del tercer secreto fue develado por el papa Juan Pablo II el 26 de junio de 2000 aunque existen numerosas y variadas hipótesis y especulaciones respecto a su interpretación. Lo que sí se sabe, es que Lucía con votos desde 1934 convertida en la Hermana María Lucía de Jesús Santos lo escribió y entregó en un sobre lacrado a las autoridades eclesiásticas portuguesas en 1944, mientras vivía en España.

Importante / Para agendar


La imagen, réplica oficial de Nuestra Señora de Fátima estará mañana 5 de agosto en el Hospital Rawson a partir de las 9 de la mañana y permanecerá en el hall central hasta el mediodía. Los fieles podrán tocarla y participar de una misa que celebrara el padre Sebastián. Si el tiempo lo permite, la imagen será paseada por los pasillos de las habitaciones donde están los pacientes más complicados para que puedan sentir su presencia y amparo.