Decenas de chicos riendo, jugando, caminando, corriendo, disfrutando la naturaleza y el sinuoso suelo sanjuanino. Así es la postal de los niños que periódicamente salen a la montaña con sus padres o tíos -ya acostumbrados al trekking-, y el asesoramiento de los profesores de Educación Física y entrenadores, Mario Chávez y Diego Palomar. La idea que surgió hace un par de años no sólo apunta a fomentar el deporte y la vida al aire libre sino también a que los papás disfruten este tipo de actividades con sus hijos y compartan más tiempo juntos.

Es un verdadero deleite ver a chicos muy pequeños como Clarita (11 meses) a upa de sus padres hasta los más grandecitos de unos 13 años, que participan de todos los juegos y llevan la delantera.

En este caso la salida comenzó a las 10 de la mañana del lunes pasado, aprovechando el feriado nacional-, desde el playón ubicado frente al Parque Faunístico. Adultos y niños llegan ataviados para la ocasión, con sus cabezas cubiertas, agua en mano y algunos dulces en los bolsillos. Para emparejar las diferentes edades y niveles de entrenamiento, los profes arman juegos sencillos como por ejemplo anunciar con silbatos cuando comienza una caminata o trote, o descansos mínimos para seguir adelante. Así los juegos se repiten lo que permite que la hora y media de aventura pase volando.

Esta historia se remonta a unos dos años atrás cuando los profes y amigos de siempre decidieron crear el grupo ‘Actitud Extrema’, dedicado al entrenamiento de adultos en el Parque de Mayo -por ese entonces-, y ahora en la Plaza Ejercito Argentino, ubicada en calle Urquiza en Barrio Parque de Mayo, todos los días de 14,30 a 15,30. Claro está que hay gente que entrena sólo dos o tres veces por semana, además de una salida a la montaña el fin de semana, ya sea sábado o domingo, según las condiciones climáticas.

Al principio eran 12 personas las que asistían a sus clases al aire libre, y ahora son alrededor de 80 deportistas, siendo una gran mayoría de mujeres. Y ese es precisamente el punto. Muchas de ellas asistían con sus hijos que comenzaron a jugar y hacerse amigos, por lo que pronto surgió la idea de armar salidas a la montaña con los chicos acompañados de sus padres o un familiar adulto.

Así muchos de los pequeños que ahora participan llevan dos años de trekking lo que les ha permitido avanzar no sólo con caminatas sino también con trote, aunque la principal premisa es divertirse, pasar un momento social agradable, estar en contacto con la naturaleza y finalmente evitar el sedentarismo de un modo recreativo.

‘Tiene muchas ventajas hacer estas salidas ya que mejora la locomoción, es bueno para la circulación, entre decenas de cosas más, pero sobre todo es muy buena distracción, se reduce el estrés, y ni hablar de lo social. Acá tanto grandes como chicos se hacen amigos, nos reunimos mucho’, indica Diego, que junto con Mario aspiran a tener su propio gimnasio para entrenamiento general.

El y Mario trabajan mucho con chicos especiales en diferentes escuelas, aunque cada uno tiene especialidades -además de la aventura en la montaña-, pero siempre persiguiendo el objetivo de generar bienestar y buena calidad de vida en las personas.

‘En el caso de los chicos es muy importante porque la salida a la montaña les permite conocer la naturaleza, compartir una actividad con sus padres, aprenden valores, en definitiva es enriquecedor. En honor a la verdad nunca pensamos que esto iba a crecer tanto, es un desafío de todos los días al que se puede seguir sumando gente. Armamos las clases de tal manera que las personas que recién comienzan alcancen sus primeros objetivos y los muy avanzados eleven su nivel’, dice Mario.

Desde este grupo que ha logrado aglutinar a tantas personas también han surgido charlas sobre primeros auxilios, reanimación cardio pulmonar (RCP), hidratación, entre otras que son fundamentales al momento de esta práctica deportiva en la montaña.

Además cuentan con un seguro para cubrir cualquier inconveniente que pueda surgir.

La caminata se inicia en forma puntual, algunos trotan con el aval del tiempo de entrenamiento previo. También están los que no caminan aún, como Clarita de 11 meses que va con su mamá Agostina Frau y su papá José Gremoliche, quien la lleva en una mochila.

Algunos, apenas pasan los dos años y a paso lento avanzan sin dudar ni poner objeciones, aunque los papás saben que deberán cargarlos llegado el momento.

Contacto con la naturaleza

Esta actividad, y así lo sostienen los expertos, al estar vinculada directamente con la naturaleza ofrece muchos estímulos para los chicos. Con sólo pensar que están en un espacio abierto, con sensación de libertad, con capacidad de moverse libremente, de observar lo que sucede alrededor, entre otros aspectos, ya comienzan a observar el mundo de otro modo.

Eso es fundamental para el desarrollo de las habilidades motrices pero también un estímulo para sus neuronas.

Como si esto fuera poco, para los niños sanjuaninos es fundamental porque implica estar en contacto con las montañas y conocer de cerca su geografía y parte de su flora y fauna. Una aventura digna de compartir en familia.