Con la llegada de los días más calurosos y extensos es normal pasar más tiempo al aire libre, en la piscina o bien buscar estar bronceados por las fiestas de fin de año. Parece una receta de economía, pero para el caso viene bien: "en cómodas cuotas y en horarios que no cause daños el sol’.

Es de sobra conocido que tomar el sol es excelente para la salud, ya que equilibra el sistema nervioso, tonifica los músculos y combate el cansancio, la depresión o el estrés. Pero, como todo, siempre hay que hacerlo con mesura y tomando unas medidas mínimas de seguridad para que el sol no se transforme de un estupendo amigo en un terrible enemigo.

Los rayos solares, en pequeñas dosis, favorecen la formación de la vitamina D en nuestro organismo, combaten los problemas de falta de calcio en los huesos y los dientes, y en general revitalizan la piel, el cuerpo y la mente. Sin embargo las radiaciones del sol también pueden ser perjudiciales para el organismo, y cada vez son más los casos de cáncer de piel o melanomas que se habrían podido evitar tomando las precauciones mínimas y necesarias, así lo afirman los especialistas en piel y la Organización Mundial de la Salud.

Lo cierto es, que es la época del año en que mayor cuidado debemos tener. El sol va mutando hacia el solsticio de verano por ello los rayos solares son más fuertes. El motivo es que llegan a la superficie terrestre en ángulo vertical, como consecuencia de la inclinación del eje terrestre y la traslación. De esta forma, la incidencia es mayor y se produce más calor. Por eso, es de vital importancia incrementar el cuidado de la piel.

La salud está primero


Estos consejos pretenden ayudarte para poder disfrutar del sol sin sus efectos nocivos:

1. Además de los fotoprotectores, usa gafas de sol, sombreros, gorras y ropa adecuada. Evita la exposición solar en las horas centrales del día (12 a 16 horas).

2. Los fotoprotectores proporcionan un aumento del tiempo de tolerancia al sol, pero no anulan los efectos de la radiación ultravioleta totalmente. Debes aplicar el fotoprotector 30 minutos antes de la exposición solar. Tras cada baño o cada 2 horas debes renovar la aplicación del fotoprotector. Incluso aunque sea "water resistant’. Los lunares deben protegerse igual que el resto de la piel, ni más ni menos.

3. Extrema los cuidados durante las primeras exposiciones al aire libre para ir creando una protección natural frente a la radiación ultravioleta. No son aconsejables las sesiones de rayos UVA para ponerse moreno antes de verano, ya que el moreno "artificial’ protege menos que el moreno "natural’. Sí ayudan las cremas autobronceadoras y los nutricosméticos. Estos últimos contienen vitaminas C, E, D, antioxidantes y carotenos que protegen nuestra piel frente al sol y nos darán un bronceado más duradero.

4. La quemadura solar (enrojecimiento, escozor y dolor) aparece varias horas después de la exposición al sol. Por lo tanto, evita pensar que no te has quemado porque aun no sientas ninguna molestia.

5. Los días nublados seguimos recibiendo radiación ultravioleta del sol, es cuando más debes protegerte.

6. No te olvides de proteger especialmente cara, escote, cuello y manos. Cada año los dermatólogos vemos aumentar el número de consultas por los efectos del fotoenvejecimiento en estas zonas corporales.

7. En general, no es recomendable la exposición al sol en verano en niños menores de un año.

8. Si tu piel presenta manchas (melasma, léntigos) que han aparecido con el paso de los años, no es el mejor momento para empezar tratamientos que las eliminen como son: el láser, IPL, peelings. En verano, procura protegerte del sol al máximo para no mancharte más. Evita también la depilación láser, ya que existe un aumento de riesgo de quemaduras y aparición de nuevas manchas (hiperpigmentaciones postinflamatorias). En cambio, no existe contraindicación para realizar tratamientos con toxina botulínica o rellenos de ácido hialurónico.

9. Si has descubierto alguna lesión en tu piel que crece o no tenías previamente, consulta con tu dermatólogo.