El Museo Histórico Provincial "Agustín Gnecco" abrió -literalmente hablando- sus puertas para empezar a celebrar el Bicentenario de la Patria, mostrando cómo eran las puertas, las ventanas, las rejas y las fachadas de algunas casas, casonas y edificios fundamentales para ese momento del San Juan de 1810. La propuesta se planteó como un verdadero desafío ya que más allá de que se apeló a algunos elementos ya existentes en el museo, se tuvo que reedificar a través de testimonios escritos y sólo dos fotos posteriores a esta fecha clave, los frentes de las viviendas (una acomodada y otra no tanto) y de los edificios fundantes de la vida institucional de la provincia. Con esta idea se pretende hacer revivir la historia a través de las paredes.
La muestra se inauguró el martes pasado con una puesta en escena más que interesante ya que participó un actor que, en su búsqueda del principal cabildante de San Juan fue relatando hechos, posturas políticas y, por supuesto, mostrando los elementos arquitectónicos seleccionados y especialmente hechos escenografía para la ocasión. Probablemente este recorrido con un plus actoral se repita -todo depende de la decisión de las autoridades de Cultura- una única vez más para el 7 de julio, fecha en que la provincia (según interpreta la Junta de Estudios Históricos) dio el sí hace 200 años para apoyar a los patriotas de Mayo en la destitución del Virrey Cisneros. De todos modos, la exposición de objetos y bocetos puede visitarse en cualquier momento del año porque permanecerá vigente con el detalle de que, desde la organización, se le irán incorporando a través de sucesivas muestras, otros objetos de la vida cotidiana de aquellos años en los que se luchó hasta conseguir el primer gobierno patrio.
Al menos ocho puertas, una par de ventanas o enrejados más las fachadas de la Catedral que con ladrillos construyeron los jesuitas a partir de 1712 (se inauguró en 1717 y terminó por destruirse con el terremoto de 1944), el Cabildo de San Juan y dos viviendas son los testimonios que se muestran en esta oportunidad.
¿Dónde vive el cabildante sanjuanino?
En un ambiente tenue por las luces bajas, ataviado con un poncho y un sombrero, el actor Julio Mercado, se metió en la piel de un enviado de la gobernación de Córdoba del Tucumán. Así apareció, el martes pasado, en el salón principal del Museo Gnecco, trayendo una noticia muy importante para un sanjuanino: Plácido Fernández Maradona, el cabildante más reconocido de San Juan por ostentar el cargo de Alcalde de Primer Voto. Pero no sabía dónde vivía ese caballero pese a que había deambulado en otras oportunidades por la ciudad, según dijo. Buscando concretar su objetivo el de informarle que no debía apoyar a la Primera Junta presidida por Cornelio Saavedra para que en cambio siguiesen gobernando los españoles, pese a que el mensajero pensaba lo contrario- es que comenzó a preguntarle a cada uno de los presentes si sabía la dirección o al menos alguna característica de la edificación que lo orientase en su pesquisa.
Así fue recorriendo imágenes gigantes -dibujadas a mano y luego ploteadas- de la Catedral, el mismísimo Cabildo y dos casas, una muy sencilla y otra de una familia de mayor posición social. Pese a no encontrarse con el cabildante, este mensajero sirvió de excusa para hacer un viaje imaginario por la entonces ciudad de San Juan.
"Hicimos una representación a través de personajes ficticios de lo que sucedió en la realidad, ya que San Juan fue muy prudente hasta dar su apoyo al gobierno patrio. Así contamos la historia y mostramos cómo era el San Juan de entonces ya que nosotros no tenemos memoria colectiva ni siquiera una somera imagen porque el terremoto de 1944 terminó por sepultar los últimos vestigios de la ciudad colonial", coinciden María Julia Gnecco (directora del museo) y Rosita Escobar (coordinadora de salas de la Subsecretaría de Cultura), dos de las organizadoras de la muestra.
Edificios que ya no están
En su recorrido, el actor guió al público hasta la antigua Catedral: una gigantografía de casi 5 metros de alto y de ancho que fue el resultado de horas y horas de lectura sobre documentos de la época. Ese era prácticamente el único material en el que la escenógrafa sanjuanina Maureen Rotman pudo basarse para diseñar y hacer su trabajo de reconstrucción dibujada. "Nadie puede contar cómo era la iglesia matriz en 1810 porque no hay imágenes de entonces. Ni siquiera se sabe si con el correr del tiempo se le hicieron reformas. Lo único que tenemos son los relatos y dos fotos que son de 1873 y 1894 del archivo fotográfico de un profesional brasilero, Cristiano Junior, que pasó por varias provincias tomando imágenes. Así entonces supimos que tenía dos pisos, que era de ladrillos (era el único edifico construido en este material) y tenía dos cúpulas que se cayeron con el terremoto. Estaba en el mismo lugar que ahora y fue una obra de los jesuitas. El valor del trabajo es que se hicieron bocetos para tratar de recrear lo más fielmente posible cómo era este iglesia", cuenta Gnecco.
Los bocetos realizados con aguadas se repitieron con el Cabildo y las casas que en general eran amplias, de una sola planta, con paredes de adobe, techos de caña recubiertos de barro y paja, con frentes pintados a la cal. Se usaban las rejas y las puertas de algarrobo. Y en todas, fuesen del nivel que fuesen, había en el fondo una huerta y un potrero.
"Quisimos hacer un aporte para reconstruir la ciudad colonial. En algunos casos están incompletas dejando lugar a la imaginación o a los datos verídicos. Además se apeló a utilizar aquellos objetos que desde siempre adornan y dan sentido a las paredes del museo, salvo que se los despejó de otros elementos y se les dio un tratamiento especial con luces para darles notoriedad y jerarquizarlos. Hay que destacar que estos elementos se conservan desde el 1800 en el museo. Son los testigos silenciosos que han marcado una época", agregó la directora del museo.
Una muestra incompleta
Bajo el nombre de "San Juan en los albores de la Patria" se presentó esta muestra que por ahora sólo se enfocó en el aspecto exterior de las viviendas, pero según adelantaron desde la organización, se irá complementando con otros elementos de la vida cotidiana de la época. "Queríamos que los elementos del museo cobraran protagonismo en este Bicentenario", explica Rosita Escobar.
No sólo los elementos de las viviendas darán vida a la historia. Las efemérides y las tendencias tendrán su espacio. En junio, por ejemplo, y en concordancia con el 7 de ese mes que se celebra el Día del Periodista, en el museo desempolvarán algunos de los miles de ejemplares de diarios que guardan para hablar del nacimiento del periodismo en San Juan y homenajear a Mariano Moreno.
Mientras que en noviembre han pensado en hacer una exposición con desfile de modas con la ropa que usó en cada período de la moda en estos últimos doscientos años de la Argentina. Para eso están pidiendo a las familias sanjuaninas que quien tenga alguna prenda clásica y determinante de una época la preste para poder mostrarla en este espacio (los interesados sólo deben ponerse en contacto con las autoridades del museo que queda sobre Avenida Rawson antes de 9 de Julio).
Antes de esta última muestra, en septiembre y coincidiendo con el Congreso de Cultura que se realizará en la provincia, le adosarán a la muestra aquellos elementos del interior de una vivienda colonial.