Los niños esperan con ansias la época de vacaciones y es que al igual que los adultos necesitan de ellas para despejarse de las tareas habituales que han tenido durante el año escolar para vivir nuevas experiencias. Por otro lado existe la preocupación de los padres sobre qué hacer con sus hijos mientras muchos de ellos trabajan, es indudable el temor de que este periodo del año se convierta en una época de descontrol, difícil de manejar puesto que dejarán de estar ocupados y donde la tecnología avanza a pasos agigantados. Para algunos la pregunta es "¿Qué hago? Está todo el día con el celu, la play o la tele. ¿Qué hago? Porque no quiere ir a una colonia de vacaciones. ¿Qué hago? Se pasa todo el tiempo diciendo "estoy aburrido". Otros se preocuparán y preferirán inscribir a sus niños en varios cursos y talleres bajo la premisa de "aprovechar el tiempo libre". En fin, lo cierto es que cada familia buscará la alternativa que le parezca más adecuada, teniendo en cuenta su situación y las necesidades e intereses de sus hijos. Pero consultamos a una profesional del medio para ser conducidos en una respuesta satisfactoria y crear vínculos sanos y de desarrollo en la época más ansiada por todos, "las vacaciones".
María Belén Moreno es Técnica Superior en recreación y tiempo libre y Coach ontológica (estudio del ser, entendimiento, potencialidades, etc.). Se desarrolla en esta temática desde el año 2009 en el Del Bono Beach y es la fundadora del equipo de recreación llamado "Kudén" (jugar en Mapuche). Actualmente su trabajo se desarrolla en el Club Del Bono Beach y en el Club Ausonia.
En los tiempos actuales todos los seres humanos tenemos un tiempo de trabajo y otro tiempo libre. Pero no hacer nada tampoco es bueno, el ocio. Es verdad que somos seres del consumo, es habitual pretender tener casi todo resuelto tanto en el hogar, con los hijos e inclusive con otras tareas. La famosa frase "Qué hago, estoy aburrido" es recomendada por los médicos y profesionales de hoy. El fundamento base está, en que en esa situación, es cuando surge la capacidad creativa del ser humano. Pero muchas veces solos no pueden, entonces los adultos (llámese padres), tenemos que poner a prueba nuestras capacidades conductuales y somos los responsables de crear niños felices y creativos. Para algunos, la recreación sirve para desarrollarnos integralmente como personas, cuyo objetivo es el pensar, hacer y sentir.
La recreación es la actividad humana libremente asumida, que transforma al individuo y al medio al actualizar el potencial creativo, abarcando la totalidad de su expresión, relacionando al hombre con su contexto histórico social y aportando sus valores para enriquecerlos.
Los padres o adultos deben preguntarles a los chicos qué les gusta hacer, en qué están interesados, qué los entretiene, qué los distrae, qué les gustaría aprender. Por supuesto que las respuestas serán variadas y algunas casi imposibles. Entablar el diálogo y predisponerse a colaborar en dicha tarea es esencial. En realidad es llegar a ser hilo conductor para despertar el ingenio de cada uno. El tiempo libre también se educa, y es necesario aprenderlo desde niño, no de adulto.
La mejor manera que tiene el niño de recrearse es poder descubrirse a sí mismo, pensar cuál es su interés o necesidad, sin que alguien extraño se lo imponga. Por tal motivo los adultos estamos para esto: preguntarles, dialogar y comunicarse acerca de sus inquietudes. Sólo así podrán desarrollarse como personas y no serán consumistas del ahora. Entonces, la recreación es la reflexión después de la acción. Tiene un sentido y un objetivo claro que el niño hace.
A partir de lo dicho, podríamos esbozar que la recreación es:
– Una actividad (o conjunto de ellas);
– Que tiene lugar en un tiempo liberado de obligaciones exteriores;
– Que el sujeto elige (opta, decide) y …
– Que le provoca placer (diversión, entretenimiento, alegría).