En el departamento Iglesia, cada vez hay más turistas que llegan para practicar el wakeaboard. Se trata básicamente de un deporte en que un esquiador va tomado de una cuerda y es tirado por una lancha en un lago o mar. En este caso, se lleva a cabo en Cuesta del Viento, el único espejo de agua que quedó habilitado en San Juan para la práctica de deportes náuticos, debido a la escasez hídrica. En ese sitio, esta actividad cada vez crece más, de la mano de turistas y fanáticos de este tipo de deportes, cuenta Nicolás Meglioli, instructor, que desde el pasado verano comenzó a trabajar de forma más intensa con una escuela para niños a quienes se suelen sumar adolescentes y jóvenes adultos.
Es que en este dique iglesiano, se dan las condiciones ideales para la práctica del wakeaboard-esquí acuático. Esta posibilidad se da por lo general en la mañana desde la salida del sol hasta el medio día, que es el momento cuando por lo general comienza a entrar el viento, tradicional a esa hora. Este espejo de agua es ideal para navegar en lancha y remolcar un esquiador al comenzar el día, ya que al no haber viento, tampoco hay olas.
Para hacer esta actividad, los alumnos tienen a disposición una lancha que aporta el parador "La Morada". Esta embarcación es especial para el deporte. La principal diferencia con el resto de las embarcaciones es que cuenta con una +torre+ (barra de acero por arriba de la lancha). Esto hace que el esquiador sea tirado desde arriba, permitiendo a los wakeboarders avanzados, el poder saltar mas alto, además, la embarcación tiene capacidad para 8 personas, lo que hace que varias personas puedan participar de la experiencia.
La enseñanza de wakeaboard en Iglesia, no está sola, porque "estamos en contacto con las principales escuelas del país, con el fin de sumar conocimientos de manera permanente para transmitir a los alumnos", cuenta el instructor.
Al aprendizaje de wakeaboard (una sola tabla), también se le suma el esquí acuático (dos esquíes), mono esquí (un sólo esquí) y de wake skate (una tabla pero sin fijaciones).
Una clase de wakeaboard consiste en que la parte teórica se hace sobre la lancha. Allí se ven los equipos, se los analiza, se aprende para qué sirven y cómo utilizarlos, sus diversas posiciones y por supuesto la seguridad, que es una de las partes fundamentales para aprender. Por otro lado está la parte práctica que se lleva a cabo dentro del agua con la tabla puesta.
Meglioli cuenta que este año en la escuelita de wakeaboard, la alumna de menor edad tenía 7 años. Mientras que el resto de los alumnos formaba un grupo de entre 8 a 16 años. Esta escuela no tiene límite de edad. Por eso, además de dedicarle tiempo a la enseñanza del deporte a los niños, también instruye a adolescentes y adultos que se entusiasman con la posibilidad de esquiar en el agua del dique ubicado en el Norte de la provincia.
La temporada para la práctica de este deporte es desde septiembre hasta mediados de año. En Semana Santa el que se llevó los laureles fue precisamente el wakeaboard, una tendencia que está en pleno crecimiento.
Hay que tener en cuenta que este deporte se complementa muy bien con el windsurf y el kitesurf, ya que estas actividades se practican por la tarde y el wakeaboard por la mañana cuando no hay viento.
El aprendizaje del deporte está dando sus frutos. "A un niño o adolescente, le resulta más fácil aprender este tipo de deporte, en especial si se trata de hacerlo sobre una tabla" cuenta el instructor.
Un día de wakeaboard comienza a las 9 de la mañana cuando el grupo de alumnos y dos instructores embarcan en la lancha. Es uno de los profesores conduce la lancha y el otro observa y se ocupa de todos los detalles que conciernen al esquiador: lo corrige si es necesario y se ocupa de la seguridad del alumno ante todo.
Antes de entrar al agua, se para la embarcación en el medio del lago y mate de por medio, se comienza la charla técnica. A pesar de que es un deporte con mucha adrenalina, se quiere que la gente realmente tome contacto y sepa apreciar lo que ofrece la naturaleza.
Luego va el esquiador al agua, generalmente en la primera clase logran pararse en la tabla y disfrutar de la sensación de esquiar arriba del agua, la idea es pasar toda la mañana dentro del lago.
"En San Juan hay buen nivel de wakeaboard, lo que no había era una escuelita. Esta es la única en Cuyo, por eso el wakeaboard se transforma cada vez más en furor para los turistas ", resume el instructor.
