La osteoporosis literalmente significa "hueso con poros’ y se trata de una patología crónica y progresiva que afecta a hombres y mujeres, siendo este último grupo el más desfavorecido, especialmente por el factor hormonal.

Hasta aproximadamente los 30 años, una persona normalmente construye más hueso del que pierde. Después de los 35 años, la destrucción de hueso supera la construcción, resultando en una pérdida gradual de la masa ósea. Una vez que esta pérdida llega a un cierto punto, la persona tiene osteoporosis.

Hay tres tipos de osteoporosis:

-Postmenopáusica: Causada por la falta de estrógenos. Suele aparecer en mujeres de 51 a 75 años de edad.

-Senil: Resultado de una deficiencia de calcio relacionada con la edad y de un desequilibrio entre la velocidad de degradación y de regeneración ósea. Afecta por lo general, a mayores de 70 años.

-Secundaria: Consecuencia de enfermedades como insuficiencia renal crónica y ciertos trastornos hormonales, o de administración fármacos, como corticosteroides, barbitúricos, anticonvulsivos y cantidades excesivas de hormona tiroidea.

En esta enfermedad los huesos se debilitan, aumentando el riesgo de fracturas súbitas e inesperadas y provocando un aumento de la pérdida de masa y de fuerza ósea.

Muchas veces esta afección avanza sin síntomas ni dolor, y generalmente no se descubre hasta que los huesos debilitados causan fracturas dolorosas normalmente en la espalda, causando dolor crónico en esta zona o en las caderas.

Para obtener información acerca de la salud ósea antes de que los problemas comiencen lo conveniente es realizar una prueba de densidad mineral ósea (densitometría), o mediciones óseas. Esta prueba además puede determinar la severidad de cualquier osteoporosis.

Los fármacos que se emplean en la actualidad para combatir la osteoporosis son los llamados "inhibidores de la reabsorción’, y consiguen detener el proceso de pérdida de hueso, pero no generan nuevo. Un medicamento de desarrollo francés al que se le adjudica la doble acción de fomentar la formación ósea y disminuir su pérdida es el "ralenato de estroncio’, se toma vía oral diariamente y tiene muy buena tolerancia. "Denosumab’ es la droga más reciente, que se aplica en forma subcutánea, cada 6 meses.

Hay algunas medidas que ayudan a evitar la aparición de esta enfermedad:

Ejercicio: Hacen que los huesos y los músculos sean más fuertes y ayuda a prevenir la perdida ósea. También coopera a mantenerse activa y flexible. Los ejercicios donde se soporta el propio peso, hechos 3 o 4 veces a la semana, son los mejores para prevenir la osteoporosis. Caminar, trotar, nadar, jugar al tenis, subir y bajar escaleras y bailar son bien indicados. Los ejercicios de fuerza y equilibrio pueden ayudar a evitar caídas, bajando la probabilidad de romper un hueso.

Comer alimentos altos en calcio: La cantidad diaria de calcio recomendada para las personas entre 31 y 50 años es 1,200 mg diarios. Las personas de más de 50 años deben tomar 1,500 mg. Algunas de las fuentes excelentes de calcio son: la leche y los productos lácteos (se recomienda que se usen las versiones bajas en grasa); pescado enlatado con espinas como el salmón y las sardinas; vegetales de hojas verde oscuras; el jugo de naranja fortificado con calcio, la panificación hechas con harina fortificada con calcio, los frutos secos, especialmente las almendras.

Suplementos: El carbonato y citrato de calcio son formas buenas de suplementar el calcio. La dosis correcta debe administrarla el médico de cabecera.

La vitamina D: El cuerpo necesita vitamina D para absorber el calcio. Los baños de sol matinales (con la cabeza cubierta) durante 20 minutos todos los días suele ser suficiente para darle al organismo la vitamina D que precisa. Las fuentes de este nutriente también son huevos, pescados grasos, cereales y leche fortificada con vitamina D.

El estrógeno: El reemplazo del estrógeno perdido después de la menopausia disminuye la velocidad de pérdida ósea y aumenta la absorción y retención de calcio. Por esto al llegar a la menopausia es conveniente consultar con el ginecólogo sobre las terapias hormonales alternativas, y más indicadas para cada caso.

Evitar ciertos medicamentos: Los esteroides, corticoides y algunos fármacos anticonvulsivos, anticoagulantes y para la tiroides, aumentan la velocidad de pérdida ósea si no se usan correctamente. Por esa razón no se recomienda la automedicación con estas drogas, cuyas dosis y tiempo de uso deben estar controladas por el médico de cabecera.

Otros pasos preventivos: Limitar el consumo de alcohol, bebidas cola, café y tabaco que debilitan la absorción de calcio.