Ricardo Hara es un ingeniero agrónomo argentino hijo de inmigrantes japoneses y desde hace más de dos décadas visita San Juan ya sea por fines solidarios, profesionales o comerciales. Actualmente vive en Japón y recientemente visitó la provincia y dialogó con Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO sobre los potenciales negocios de productos orgánicos y alimentos con trazabilidad. con mercado nikkei.

"Básicamente estoy recorriendo empresas y productores orgánicos de vinos, aceites de oliva, pasas de uva y frutos secos porque recientemente, en noviembre pasado, hemos creado en Japón la primera empresa con capitales argentinos, llamada Biosophi", señaló el destacado profesional que asesorara a lo largo de su vida a la Sociedad Rural Argentina, el Foro de la Cadena Agroindustrial y expresidente de Solidagro y asesor económico de la Embajada japonesa en nuestro país.

Y agregó: "hemos encontrado un importante abanico de empresas interesadas en exportar y para nosotros es muy importante ya que las relaciones comerciales con los empresarios japoneses se construyen en base a una relación ganar-ganar para ambas partes, duradera a lo largo del tiempo".

"Buscamos por ello cuidar los primeros pasos y encontramos firmas con muy buen perfil exportador. Más allá de la alta calidad de sus alimentos, buscamos empresas sustentables a lo largo del tiempo. De ahí la importancia de la trazabilidad y su historia", dijo Hara afirmando luego: "estoy convencido del futuro de Argentina en el comercio de agroalimentos de con altísimo valor agregado".

"Venimos haciendo un camino de revinculación comercial de Argentina con Japón y a través de este país al resto de Asia. Un producto que ingresa al mercado japonés inmediatamente es visualizado como un alimento excelentes atributos comerciales en el resto de los mercados asiáticos", indicó el profesional, nombrando entre ellos a Corea del Sur, Singapur y Malasia entre ellos.

Hay gran interés en el país asiático, por alimentos con elaboración de calidad y siempre novedosos. 

TRAZABILIDAD

Biosophi busca detectar alimentos con trazabilidad implementada o certificada en su producción: "queremos saber quien lo elabora, como lo hace, si aplica buenas prácticas agrícola y de manufactura. En el caso de los productos orgánicos, si realmente están certificados con validez internacional".

"Los sofisticados consumidores japoneses al adquirir un producto por un precio, están comprando una experiencia. Necesitan saber más allá de su calidad, toda la información e historia de quién lo hace y su región, clima y suelo por ejemplo", marcó el ingeniero Hara destacando que por ello los códigos QR por ejemplo adquieren gran importancia en este mercado.

Y afirmó que "hemos encontrado, por ejemplo, excelentes aceites de olivas como el Oliovita de Solfrut y con una excelente bodega también. Espumantes y aceto balsámico muy buenos de Miguel Más y un buen vino también orgánico llamado "buenas ondas", de Fabril Alto Verde, bodega con experiencia comercial en Japón", destacó Hara entre otras empresas como las pasas de uvas orgánicas de Hugo Cresentino.

DESARROLLO

Finalmente consultamos su visión sobre la Argentina agroexportadora hoy: "trato de ver siempre el baso medio lleno. Desde esa visión mantengo la esperanza de que en algún momento finalmente acordemos y todos nos convenzamos de que el camino de crecimiento de Argentina es abriendo mercados y nunca cerrando mercados".

Y sentenció: "no se trata de conquistar mercados por que sí, sino de conquistar aquellos de productos con valor agregado y trazabilidad. Que generen mano de obra argentina y con ello desarrollo regional y federal donde cada provincia pueda tener su propia pujanza para el bienestar de un pueblo que así se lo merece".

 

  • Ventas externas

En el quinquenio dorado del comercio exterior sanjuanino, 2007-2011, San Juan llegó exportar anualmente más de U$S 10 millones al mercado nikkei.

Vinos fraccionados, pasas de uva, mosto de uva, aceite de oliva, semillas hortícolas, tomates en conserva, prendas de vestir, herramientas; carburos y polímeros de etileno conformaban parte de la oferta exportable local que transformó oportunidades en negocios.

 

 

> FRUTAS

 

  • Problemas con Rusia

El sector brasileño de fruta fresca ha interrumpido los envíos a Rusia tras las sanciones mundiales impuestas al país por la invasión de Ucrania. La fruta brasileña destinada a Rusia está siendo desviada a Europa, Reino Unido, Latinoamérica y al mercado nacional. "Las empresas navieras no están funcionando en Rusia, es imposible recibir dinero de ellas en este momento", según George Souza, director técnico de la organización brasileña del sector de productos frescos y de exportación, Abrafrutas. "En este momento, ya no estamos enviando a Rusia y las empresas navieras nos pidieron que no enviáramos ninguna fruta allí. Las negociaciones para el pago del flete son difíciles, pues no estamos seguros de que podamos recibir nuestro dinero. Las empresas navieras también nos pidieron que pagáramos todo en Brasil antes de que los barcos zarparan, o que nos detuviéramos y esperáramos hasta que la situación terminara o se relajara", continúa Souza. "Es muy complicado mientras la situación sea imprevisible. Si decidimos enviar la fruta, podría perderse con toda la incertidumbre. Además, la vida útil del producto no durará lo suficiente como para permanecer almacenado en otros países. Definitivamente, las actuales relaciones comerciales con Rusia se están viendo alteradas". "Sin embargo, nuestra exportación a Rusia es solo el 2-3% del total de nuestras exportaciones de fruta. El impacto en Brasil se limita a nuestros mangos y limas. Para hacerse una idea, el volumen de comercio entre Brasil y Rusia durante 2021 fue de unos 25 millones de dólares solamente. No es una cantidad tan grande comparada con nuestras exportaciones al Reino Unido, que son de unos 170 millones de dólares. La mayor parte de nuestras exportaciones son a Europa, Reino Unido y Estados Unidos", detalla Souza.

Souza agrega que ahora van a redirigir parte del volumen que estaba destinado a Rusia al mercado interno de Brasil, que tiene una población de más de 212 millones de habitantes. También están redirigiendo parcialmente la fruta a otros mercados, como Estados Unidos, Europa y, sobre todo, Latinoamérica.

Señala que desviar los productos brasileños destinados a Rusia será fácil. "Nuestros productos se producen cumpliendo con los LMR más estrictos de los mercados mundiales, debido a que los productores aplican las normas más estrictas desde el principio. Normalmente, tenemos algunas certificaciones y prácticas agrícolas que intentamos cumplir con los requisitos más exigentes", explica Souza.

"Esperamos que la guerra termine pronto y poder reanudar las exportaciones a Rusia, pues si la guerra se prolonga mucho más, nos contendremos y no exportaremos nada", concluye Souza.

Más info: www.abrafrutas.org