Además de sueldos, proveedores de materias primas, la calidad de los productos o servicios que ofrecen para ser competitivos en el mercado, precios, cuestiones legales, planteos y necesidades de los empleados, entre tantos que hay en una compañía, a las empresas familiares se le suma el aditamento de las relaciones entre sus miembros y el traspaso de generación en generación de la firma para que no sólo siga funcionando como tal, sino además para que sea exitosa, rentable y hasta socialmente reconocida. 


Justamente en este punto es donde la sanjuanina Raquel Lucero, psicóloga, coach y consultora especializada en Empresas Familiares, se centró para escribir un capítulo del libro "Nuevas Generaciones en la Empresa Familiar". Su planteo hace pensar en el espacio real que hay para quienes siguen en la cadena generacional pero también en si ese lugar está disponible siempre y lo que es más paradójico aún, si ese "heredero" de tal o cual puesto tiene interés y compromiso para ocuparlo.


El libro en cuestión es una iniciativa del IADEF, el Instituto Argentino de la Empresa Familiar, una ONG que justamente se dedica a difundir acciones, capacitar y aportar herramientas claves para construir la cultura de la empresa familiar porque está considerada el motor de la economía no sólo en la Argentina, sino en todo el mundo. Aunque la temática de la publicación estaba definida con antelación, fue justamente la pandemia, el contexto en el que se escribió cada una de las páginas, en las que una veintena de especialistas argentinos y latinoamericanos en empresas familias aportaron sus experiencias, sus conocimientos, sus estrategias y sus visiones desde distintos capítulos que, entre otros temas, abordan aspectos como la transición con las nuevas generaciones, los aportes de los más jóvenes, relación y contribución de valor de las generaciones anteriores y de las nuevas, aspectos jurídicos.


En estos momentos el libro -que es el octavo surgido en la entidad- está en la etapa de edición.
En ese marco es que la experta local se basó, para escribir el apartado "Decidir ingresar a la empresa familiar o continuar un proyecto de vida fuera de ella. Equilibrio entre mandatos y elecciones", en tres casos, dos locales y uno foráneo, para a través de entrevistas a personas de la segunda generación, explayarse en las diferentes situaciones que se plantean dentro y fuera de la empresa. Estos ejemplos -que no están identificado con nombre ni apellido familiar ni comercial para preservar cuestiones e intereses personales y patrimoniales- le permitieron trabajar sobre "los dilemas que se les suele presentar a las nuevas generaciones, es el de ingresar o no a la empresa familiar. Aunque también puede pasar que no haya espacio para plantearse esta disyuntiva. Más allá de cada caso particular, entrar o no en una empresa familiar es una decisión que requiere reflexionar ya que hay mucho por ganar y también por perder", detalla.


¿Qué les pasa a los más jóvenes respecto de la empresa familiar? ¿Se sienten presionados por el mandato o el legado de los abuelos o padres? ¿Hay un espacio para pensarse desde lo individual, desde lo que cada uno desea, desde su proyecto de vida, desde su proyecto de carrera, desde sus capacidades? Son algunas de las preguntas que busca contestar la autora, teniendo en cuenta que no se puede generalizar y que cada empresa depende de las características de sus integrantes y de la funcionalidad en la compañía.


De todos modos, como conclusión resume que "es importante destacar la importancia de elegir desde la libertad, considerando todas las opciones posibles. También el permitirse transitar este proceso y este tiempo de discernimiento y dejar de lado decisiones impulsivas que lleven a caminos buceados por otros, interpelar patrones familiares y de la empresa y distinguir los deseos propios. Desde los alcances de este espacio de reflexión se postula la necesidad de transitar un tiempo introspectivo de indagación y conocimiento personal, familiar y de empresa, antes de la toma de cualquier decisión fundamental. Definir el proyecto de vida personal y profesional es saludable para los miembros de una familia y para la empresa que dirige esa familia".


Para la profesional, estas acciones no están limitadas a los dueños de una empresa, sino que repercute en sus trabajadores, en los clientes y en definitiva en la economía toda. "La empresa familiar sigue vigente, pese a la pandemia, la situación económica, entre otras variables. Hay una estadística mundial, en la que hay diferencias mínimas de porcentajes según el país, pero es una tendencia universal que este tipo de compañías -surgidas como emprendimiento de una persona que apuesta a un trabajo independiente con mucha visión, trabajo, esfuerzo que se va consolidando a través del tiempo y el apuntalamiento de sus seres cercanos y en donde hay un legado y un deseo de continuidad- son las empresas generadoras de dinero en todo el mundo, que aportan significativamente al Producto Bruto Interno de cada país y son las generadoras de empleo. Por ende, si se apuntala a las empresas familiares vamos a estar colaborando en el sostenimiento de la economía y a la estabilidad del futuro de un país", asegura destacando que "hay que tener en cuenta que el mayor porcentaje de los fracasos en la continuidad de las empresas familiares se debe a quiebres, enojos y conflictos entre los miembros de la familia. Por eso es muy importante la formación de la familia empresaria, incluyendo a todas las generaciones".


Las estadísticas hablan por sí mismas: según Lucero de 100 empresas familiares que se crean, el 30 por ciento pasa a la segunda generación, el 10 por ciento a la tercera y el 1 por ciento a la cuarta.


Según la experiencia, la pandemia ha sido una oportunidad para el recambio generacional. "Hay una renovación y más con la pandemia: con los adultos mayores, generalmente los líderes de cada empresa, cuidándose al extremo y teniendo que quedarse en la casa, ha sido una gran oportunidad para las nuevas generaciones especialmente en los proceso de digitalización de la empresa. En otro momento, esto se hubiese retrasado pero la pandemia lo aceleró. Y como en todos los aspectos, la pandemia dejó a la vista si la organización estaba sólida o si la estructura es débil, si hay o no claridad en roles y funciones, si los proceso son muy frágiles, si la familia está muy indiscriminada entre lo que puede hacer y lo que permite hacer", explica Lucero.

Obviamente tarde o temprano se planteará el recambio, como en cualquier estructura de la familia, la clave está en cómo hacerlo para que sea lo más natural posible. "Así como individuos tenemos una serie de etapas en la vida, vamos envejeciendo; las empresas también. Entonces uno de los factores críticos en la continuidad de las empresas familiares es el relevo o traspaso generacional ya que no siempre los líderes van a poder seguir al frente. Hay que tener en cuenta que quien fundó la empresa, la vive como si fuese un hijo más. Por lo que es necesario trabajar el proceso de retiro del fundador, el proceso de ingreso de las nuevas generaciones y el proceso de trabajo intergeneracional, que es el espacio de transición compartido".



El dato


El libro fue pensado para que cualquier interesado adentrarse en este mundo de las empresas. Próximamente se podrá adquirir de manera on line en la Editorial Ad Hoc (www.adhoc-villela.com). Para mayor información contactarse vía mail a lic.rlucero@gmail.com



La experta


Raquel Lucero se recibió de psicóloga y con su título en mano empezó a incursionar en la clínica de parejas y familias. Hasta que en ese recorrido se encontró con la posibilidad de trabajar para una consultora dedicada a la implementación de normas de calidad. Coincidentemente buena parte de las organizaciones que requerían asesoramiento eran empresas familiares que el permitieron a la profesional indagar en sus dinámicas y adentrarse en un mundo que terminó fascinándola. Por eso no era de extrañar que en paralelo y para dar respuestas más asertivas se haya formado en recursos humanos, en economía y administración estratégica de negocios, en coaching ejecutivo y organizacional. Ni bien se creó el Instituto Argentino de la Empresa Familiar allí encontró un lugar y se graduó en la primer camada de consultores de Empresas Familiares certificados. Actualmente en esta ONG es Directora de Capacitación de su sede en la provincia. En ese ámbito ha tenido la oportunidad de escribir en coautoría varios libros como "La profesionalización en la Empresa Familiar", "La mujer en la Empresa Familiar" y ahora el que trata sobre las nuevas generaciones.