Cuando una pareja se separa se rompe un ideal, y esa ruptura muchas veces genera en uno o en ambos un sentimiento de traición y de dolor muy profundo. Antes de una separación física siempre hay una separación emocional. Cuando la pareja decide separarse, ambos comienzan a cuestionar quiénes son sin el otro. En ese proceso suele haber retrocesos hacia el pasado, la persona recuerda, por momentos se siente culpable y por momentos no; es decir, hay un proceso de reconstrucción.
¿Por qué muchas parejas una vez que se separaron se encuentran para tener intimidad?
Lo que sucede con estas personas es que no pueden construir hacia afuera, no pueden formar un nuevo vínculo, entonces, vuelven al pasado. Esas parejas tuvieron un marco afectivo que se perdió, pero quedó lo sexual, y ante la dificultad para construir algo nuevo, los dos vuelven a buscar eso que aún perdura. En algún momento uno de los dos va a poder construir hacia afuera y va a cortar ese vínculo que es puramente sexual.
¿Qué sucede con esas personas que se separan y vuelven una y otra vez?
Este caso es distinto al anterior, porque la pareja está intentando construir hacia adentro, está tratando de construir un vínculo afectivo, pero no pueden. Estas son parejas ‘inestablemente estables’, por eso están en ese constante alejamiento y acercamiento.
Es importante tener presente que cuando una pareja se deshace, eso no significa que cada uno de sus miembros se deshaga como persona, porque muchas veces toman a sus hijos de botín y proyectan en ellos su frustración. El papá que no pasa la cuota alimentaria siente que dio mucho en esa pareja, que no debe nada y que ahora tiene derecho a ser feliz. Esa persona culpa a su familia por la infelicidad que siente, está resentido, entonces rompe el vínculo con su pareja, pero también deja de ver a sus hijos. Muchas veces, al sentirse traicionados, los miembros de la pareja comienzan una guerra, entran en una espiral de venganza que no tiene fin. Sin embargo, cuando una pareja se separa, los hijos no deben ser triangulados, porque aunque la pareja se rompa, nunca van a dejar de ser padres de sus hijos. Lo ideal es que las parejas que se separan mantengan un vínculo amigable e intenten recordar las cosas buenas que vivieron juntos, ya que esos buenos recuerdos son los que van a ayudarlos a cuidar, amar y criar juntos a sus hijos.
¿Cuáles son las causas más frecuentes en una separación?
Frustración personal: Hay personas que están frustradas en un área de su vida, pero como no pueden hacerse cargo de esa frustración personal, la proyectan a su pareja. ‘Es él / ella quien no me permite ser feliz’, y entonces la pareja comienza a distanciarse, ya que la otra persona no puede amortiguar y contener esa frustración, y la persona frustrada cree que si se separa de su pareja, cree que va a ser feliz.
Aparición de un tercero: Esta es una de las causas más frecuentes. La persona busca revivir el enamoramiento y las emociones perdidas en la pareja, entonces suele irse con ese tercero, después de un tiempo vuelve arrepentido a la casa.
Ruptura del vínculo: Esto sucede cuando la pareja se lleva mal, porque no han construido un vínculo sólido. Un vínculo puede ir creciendo o decreciendo, por eso se debe construir día a día.
Recordemos que la pareja es una relación dinámica que va cambiando con el tiempo, y sus miembros deberían evolucionar juntos. Una pareja puede romperse por diversos motivos, y cuando se opta por la separación, comienza una etapa de cambios y reacomodamientos que conviven con un mar de emociones encontradas de dolor, angustia o rencor. Sin embargo, en todos los casos, debemos recordar que reencaminar nuestra vida, aunque lleve un tiempo, es una tarea posible.
* Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a Bernardoresponde@gmail.com

