Cada proceso de crecimiento y aprendizaje de los niños está cargado de emociones positivas y negativas. Uno de ellos es sin duda la hora de la comida. Para evitar entrar en crisis cada vez que se sienta a la mesa, repasamos algunas sugerencias a tener en cuenta.

Evita las distracciones

Procura que la hora de la comida sea un momento para compartir. Evita distracciones tales como la televisión, el uso de celulares o tablet, entre otros, para que la mayor atención de los niños esté centrada en la comida.

Despierta su interés

Si el más pequeño de la casa tiene interés por los alimentos que se preparan, disfrutará más de ello. Siempre y cuando puedas, hazlo partícipe de la preparación, o arma platos creativos con formas o figuras que le sean amigables. Además, puede tener una vajilla especial, solo para utilizar a la hora de comer, como platos o vasos con imágenes de sus personajes favoritos, para que la comida tenga otro disfrute. 

Deja de lado las presiones

Hay que comprender en qué situación se encuentra el niño. A veces comen demasiado, otras veces muy poco, pero hay que evitar forzarlo. Si notas que come poco porque quiere volver a jugar, puedes proponerle una cierta cantidad de bocados antes de levantarse de la mesa.

Si lo presionas demasiado, puedes llegar a ocasionar un momento de tensión cargado de llanto, gritos y berrinches innecesarios.

Camufla algunos alimentos

La comida entra por los ojos, esa es una realidad. Si el aspecto no es atractivo para los niños, por lo general lo rechazan sin darle la oportunidad de probarlo. Para que eso no suceda y puedas incorporar alimentos sanos pero que no le son sabrosos, puedes camuflarlos, para disimular su sabor.

Permite que se divierta a la hora de comer

Cuando son muy chicos y están aprendiendo a comer, dejarlos que entren en contacto con la comida es positivo, pese al enchastre que puede llegar a quedar. Según algunos científicos, dejar que los más pequeños jueguen con su comida utilizando las manos incrementa las posibilidades de que luego acepten ingerirla. A medida que vaya creciendo, se le podrá indicar a los niños qué se puede hacer y qué no en la mesa a la hora de comer.

No intentes convencerlos con premios y castigos

A veces, para que los niños coman ciertas frutas o alimentos preparados, se cae en el círculo de premios o castigos, por ejemplo, si come brócoli tiene postre, y si no lo come pues no lo habrá. Evita eso, ya que solo estarás reforzando la idea de que ciertos alimentos son negativos. 

Mucha paciencia por sobre todas las cosas

A lo largo del proceso de aprendizaje del más pequeño no descartes que se manche, tire la comida, ensucie todo, llore, grite e incluso arme berrinche de la nada. Ante eso, hay que evitar ponerse nervioso o gritarle y tener mucha compresión. Además, es importante que elogies sus éxitos.