Si hay un lugar en Neuquén ideal para desestrezarse y disfrutar de paisajes majestuosos, ese sitio es Villa Pehuenia. Está ubicado a 300 kilómetros al Oeste de la capital provincial y a 10 kilómetros del límite con Chile. Es un escenario ideal para sacarse el cansancio y los nervios de todo un año de trabajo, ideal para pasarla en familia o en pareja. Revista ¡OH! recorrió esa localidad, con la idea de conocer lo más destacado para los visitantes sanjuaninos.

La ruta 13 es por donde el turista tiene que transitar para llegar a Villa Pehuenia. Durante la travesía el viajero pasa por las localidades de Cutral Co y Zapala. El camino ofrece un paisaje desértico con manchones de vegetación agreste, típica de la Patagonia y un sin fin de pozos petroleros.

Desde Zapala hasta Pehuenia hay un tramo de unos 80 kilómetros de camino sin pavimentar, cuya calzada es ancha y está en muy buen estado. Para sorpresa del sanjuanino que se dirija a ese sitio, si se mira con atención, hay algunos paisajes muy similares a los que se pueden ver desde la ruta 40 que une Albardón con Jáchal. Es decir, al costado de la ruta, se notan planicies con fondos montañosos con un increíble parecido.

Por el camino se puede observar una geografía donde predominan las montañas con vegetación y árboles característicos de la Patagonia como araucarias y cipreses. Como parte de ese paisaje se pueden ver pequeñas manadas de ovejas y vacas que disfrutan de las pasturas blandas de primavera y verano. Al llegar a Villa Pehuenia hay que tener en cuenta que se está a 1.200 metros sobre el nivel del mar (msnm), pero sus efectos no se sienten demasiado.

Uno de los detalles que llaman la atención del visitante es que en toda la cartelería que publicitan los locales comerciales del lugar o bien oficinas públicas, son de madera de ciprés o de pino. Incluso todas las construcciones, ya sean de casas, establecimientos hoteleros y públicos, predomina la madera.

El clima es agradable, de unos 25 grados de promedio en verano. El silencio que hay por momentos se rompe con la brisa marina que llega desde el Océano Pacífico y que mueve el follaje de los árboles, entre ellas las milenarias araucarias, que dominan la geografía de ese paraíso; también se suelen escuchar las diversas especies de aves que hacen de sus cantos una sinfonía que da para relajarse a orillas del lago Aluminé. Este espejo natural de agua de deshielo es el más grande de la zona. Tiene 53 kilómetros cuadrados de superficie, en su interior contiene 17 islotes, la mayoría con vegetación. En ella sobresalen las araucarias, cipreses y caña caligüe. Es que además está el Moquehue y otras cinco lagunas del lado argentino.

Como será la tranquilidad del lugar que por momentos el turista se asombrará de poder escuchar los latidos del corazón e incluso su propia respiración.

Los visitantes

Si hay algo que distingue a Villa Pehuenia es el público diverso que la visita. En familia o en pareja. Todos en busca de esa anhelada tranquilidad que ofrece este destino.

Si se va en grupo familiar, los adultos pueden disfrutar de caminatas, excursiones o simplemente disfrutar de ese imponente paisaje desde distintos sectores. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las posadas tienen vista al lago. Mientras los menores de la familia, además de caminatas hay servicios de canotaje, rafting, canopy, entre otros.

Si se va en pareja, sin dudas que Pehuenia es el sitio ideal para pasarla bien. Se trata de un lugar donde el romanticismo emerge hasta llegar a flor de piel. Entre los distintos paisajes, la calidez de los bares e incluso la mayoría de los alojamientos, despiertan el romanticismo de hasta el más duro de los hombres, mientras que las mujeres pueden sentirse que están en un lugar soñado, con su pareja, en medio de una belleza de paisajes cordilleranos que parecen no tener fin.

Villa Pehuenia es un destino turístico emergente, como para tener en cuenta en la próximas vacaciones de verano.

(Agradecimientos: Le Mot Comunicaciones, Secretaría de Turismo de Villa Pehuenia y Cámara de Comercio de esa localidad).