Quizá muchos sanjuaninos conozcan el monumento a Carlos Gardel en pleno barrio del Abasto en Buenos Aires, o el cacique Guaymallén en la capital mendocina y no sepan que su autor en un escultor sanjuanino que cosechó más reconocimientos afuera que en su propia provincia. Se trata de Mariano Pagés, quien falleció a los 87 años, hace menos de un mes (18 de diciembre de 2009), en Capital Federal, el mismo que también esculpió el mural del Hotel Provincial en San Juan y La Paloma en la Necrópolis de Flores en Capital Federal.
Fue reconocido por la crítica internacional, vivió en Italia pero luego regresó a la Argentina. Murió a los 87 años, casi 88, ya que nació un 6 de enero de 1922. Pagés se formó en la Universidad de Cuyo con Lorenzo Domínguez a quien siempre reconoció como su gran maestro. Llegó a destacarse en todas las técnicas especialmente la talla directa, es autor de elaboradas tallas de altos y bajos relieves en piedra, mármol y maderas como ébano y olivo.
"Fue escultor de una técnica y lenguaje refinados llevados por una independencia de espíritu admirable. Las obras atemporales del maestro Pagés de singular calidad y belleza están basadas en su propio sentido entusiasta de la vida", dice su hija Beatriz, quien puede sostenerlo con fundamentos ya que heredó de su padre el talento y se formó en Alemania donde residió desde 1990 hasta 2005.
La mujer y la maternidad constituyeron su temática favorita creando imágenes conmovedoras referidas a este tema y que la critica del mundo elogió.
A lo largo de 60 años Pagés realizó una obra basada en la plenitud, en el trabajo metódico y altamente profesional reconocido internacionalmente.
Rafael Squirru se encuentra entre los críticos que más lo admiraron, es autor del libro "Pagés" editado en 1987 y "Velar se debe la vida" (editado por Bacanelli 1987).
"Cada vez que Pagés se expresa a través de estos duros materiales en tallas directas que recorren desde el granito hasta el alabastro, lo que notamos es su gran fidelidad a la materia. Pero cuando damos paso a la madera, sobre todo a la más dúctil, aparece el Pagés barroco", dice parte de la crítica que aparece en el libro de Rafael Squirru sobre el escultor.
Mariano Pagés fue un hombre de vocación humanística y talento natural y que por sus obras, seguramente, permanecerá como uno de los nombres pilares de la cultura argentina.
En 1960 Fue becado por el Fondo Nacional de las Artes para realizar estudios en Europa y luego entre 1974 y 1975 residió junto a su esposa Nené en Milán, Italia. Desde allí llevo su obra a Alemania, España, Suecia y luego a Venezuela, Estados Unidos y Brasil. En 1995 y 1997 expuso en Alemania donde vivían sus hijos Pablo y Beatriz.
Las cerámicas de este período son piezas esmaltadas en blanco en finísima policromia y la antigua técnica japonesa +raku+ las que recuerdan a Lucca de la Robia.
De premios ni hablar porque obtuvo muchos, entre ellos el 3er Premio Salón Nacional Manuel Belgrano (1955); Premio Ministerio de Educación (1960); Gran Premio de Honor Presidencia de la Nación (1962); Premio Salón Municipal de Bs. As. (1961), entre tantos otros.
Dentro de sus muestras más importantes en Argentina se encuentran la del Museo E. Sívori en 1999 con cuarenta obras en diversas técnicas desde madera, bronce, mármol y cerámica. Su última fue un amplia y exitosa exposición retrospectiva en la Catedral de La Plata, Buenos Aires.