La astenia otoñal se trata de un cambio emocional transitorio, que se produce en las personas, que puede provocar apatía, desgano, falta de interés por las cosas, decaimiento, o cansancio en exceso. Aparece con el cambio de estación como la respuesta del organismo a los cambios medioambientales y personales.

Esta situación afecta sobre todo a las mujeres entre 25 y 55 años.

La causa fundamental de la astenia otoñal es la reducción de las horas de luz, propias de la estación.

Dependiendo de la luz solar existente, el cerebro envía órdenes a ciertas hormonas, sobre todo la melatonina, que se encargan de regular el sueño, la temperatura corporal o la sensación de hambre. La producción de la melatonina es mayor con la reducción de horas de luz, lo que hace que disminuya la cantidad de serotonina, otra hormona que tiene que ver con el estado de ánimo.

Los síntomas que se presentan son:

  • Debilidad generalizada.
  • Somnolencia o insomnio.
  • Bajo estado de ánimo.
  • Apatía.
  • Dificultad para la concentración.
  • Irritabilidad.
  • Reducción del apetito sexual.
  • Alteración del sistema inmune haciendo más propicios los procesos infecciosos.

consejos

  • Procurar hacer una alimentación sana y variada, respetando en la medida de lo posible los horarios de las comidas.
  • Realizar actividad física regular, prioritariamente al aire libre y durante las horas del día. La actividad física moderada como caminar una hora al día supondrá un mayor cansancio físico lo que mejorará la conciliación del sueño. Además la exposición a la luz del sol reducirá la presencia de melatonina, por lo que la sensación de cansancio durante el día será menor.
  • Es importante una actividad intelectual activa. Hacer tareas sencillas como los pasatiempos (crucigramas, rompecabezas, ajedrez, etcétera) o la lectura estimulan cognitivamente y evitan las ideas negativas que acompañan al sentimiento de tristeza propio de la melancolía otoñal.
  • Regular progresivamente los horarios y actividades para normalizarlos y adecuarlos a las jornadas laborales o académicas.
  • Dormir lo suficiente, procurando respetar las 8 horas de sueño.
  • Algunos especialistas recomiendan los complejos vitamínicos. Una alimentación adecuada aporta las vitaminas suficientes al organismo pero pueden ser necesarias para los que aun no han ajustado sus hábitos de alimentación.

Lo cierto es que los complejos vitamínicos suelen llevar sustancias como ginseng, taurina, cafeína o carnitina que estimulan el sistema nervioso, aliviando la sensación de cansancio y en ocasiones pueden ser una ayuda adicional, aunque no conviene abusar de estas sustancias.

Alimentos para mejorar el estado de ánimo.
Los alimentos ricos en vitaminas del grupo B, son un gran aliado para levantar el animo, ya que regulan el sistema nervioso.

Los nutrientes ricos en triptófano (garbanzos, arroz integral), tampoco deben olvidarse, ya que esta sustancia aumenta la cantidad de serotonina en el cerebro (hormona del placer y el buen humor).

Se deben también incorporar alimentos ricos en antioxidantes, ya que la vuelta a la rutina puede hacer que bajen las defensas. Frutas frescas, verduras y vegetales, son alimentos que no deben faltar en la dieta.

Evitar en la medida de lo posible el consumo de alcohol, café y tabaco, ya que pueden empeorar el problema.

Desde Europa Coaching recomiendan no dejarse llevar por esa sensación de decaimiento y tristeza.

Llevar una vida activa y encontrar nuevos puntos de motivación personal pueden ser claves para sobrellevar los nuevos hábitos y costumbres que llegan con el otoño.

(Fuente: Europa Coaching, www.europacoaching.com.ar).