El fenómeno es similar en todo el mundo y a medida que crece la sociedad de consumo también aumenta la cantidad de residuos, sobre todo inorgánicos. En San Juan, los más de 600 mil sanjuaninos producen entre 700 y 800 toneladas de basura por día, de los cuales gran parte es cartón, papel, plástico y otros productos que demandan cientos de años para su biodegradación. Indudablemente que las consecuencias en el medio ambiente son cada vez más preocupantes por lo que resulta de gran utilidad el aporte que pueda realizar cada persona. Desde el que reutiliza los materiales, el que separa deshechos para su venta, el que da nueva función a esos recursos, hasta quien aplica políticas de Estado para recuperar la basura y transformarla en dinero.
Si a esto se suma que en la provincia se reaprovecha menos del 5 por ciento del total de residuos, la necesidad de tomar medidas es urgente. Así lo entiende la Secretaría de Medio Ambiento que a través de la Dirección de Gestión de Residuos Sólidos, a cargo del ingeniero Víctor Más, lanzará antes de fin de año un programa en los departamentos del Gran San Juan y Pocito para comenzar a separar los residuos orgánicos e inorgánicos. "La primera etapa comprenderá 80 cuadras de cada municipio para lo cual se están preparando promotores que visitarán casa por casa para que la gente sepa como proceder. Será muy sencillo en una bolsa todo lo inorgánico y en otra lo orgánico. Ni siquiera se pedirá que los plásticos vayan por un lado, los vidrios por otro para simplificar el trabajo. Con eso nos alcanza para realizar la separación ya que de otro modo es muy difícil hacerla. Esto ayudará muchísimo a bajar la contaminación y permitirá tener ingresos para seguir adelante con los proyectos destinados al tratamiento de residuos", explicó Más.
Si la población colabora de esta manera tan sencilla, alcanzará con la redistribución de los recursos actuales e islas de separación en las que la gente podrá colocar las bolsas para ser retiradas por el camión recolector. En el caso de la Capital, la comuna apoyará con los contenedores dispuestos en la actualidad.
Esto permitirá optimizar la tarea cuando los deshechos lleguen al Parque de Tecnologías Ambientales (PTA) ubicado en Rivadavia. Actualmente se reciben mezclados lo que genera un problema a la hora de la compactación y reaprovechamiento de los recursos. No obstante desde la creación del PTA, en abril de 2011, se han realizado 8 ventas de alrededor de 400 toneladas a empresas recicladoras por un monto de 2 millones y medio de pesos. Un número, si se quiere, nada menor si se multiplica por lo que todavía queda por hacer. "Estos ingresos permiten seguir realizando trabajos para el tratamiento de residuos, compra de insumos y diversas operaciones vinculadas a este tema", agregó el director.
Vale destacar que hasta ahora Jáchal es el único departamento sanjuanino que ya ha comenzado con la separación de residuos, además cuenta también con una planta de tratamiento que pronto quedará en manos de la gestión municipal.
"Para lograr estos objetivos es de suma importancia que cada sanjuanino tome conciencia y se comprometa. Por este motivo es que valoramos profundamente a aquellas personas que reutilizan materiales porque son granitos de arena que van sumando. En este sentido también será imprescindible que los vecinos colaboren en la clasificación para reaprovechar esos recursos. No hay que olvidar que son materiales que tardan demasiados años en degradarse", indicó el funcionario.
Buenos ejemplos
Más allá de las acciones y los proyectos a futuro en materia medio ambiental, hay una opinión generalizada al respecto de que la toma de conciencia empieza por casa. Y para ello, la escuela es un aliado fundamental en este caso. De hecho, hay varios establecimientos educativos locales en los que se incentiva la investigación y el estudio de la basura que se genera a diario en la provincia, el manejo que se hace y debería hacerse de ella, sus consecuencias y las posibilidades de aprovechamiento en los diferentes niveles educativos. Un claro ejemplo de esto es lo que hace un tiempo ya que vienen poniendo en práctica en el Colegio Central Universitario Mariano Moreno, dependiente de la UNSJ. Allí no sólo abrieron las puertas a la comunidad en dos oportunidades para recolectar todo el material tecnológico que ya no se ocupa en viviendas, oficinas o instituciones, para luego reciclarlo o enviarlo a Mendoza para su tratamiento, sino que además llevan adelante especialmente con los alumnos de la orientación Arte, una política escolar de utilización de los papeles afiches que se usan en clase, de los vidrios que se cambian en las aulas y de todo elemento de descarte. Con todo esto hacen no solo obras de arte sino además objetos concretos que la escuela regala para que otros los imiten.
"La propuesta está basada en un artículo que escribieron en 1995, Hicks y Holden en el que la tesis central promueve que si los estudiantes van a ser ciudadanos responsables, capaces de participar en la toma de decisiones, no se les debe ocultar los dilemas y desafíos, para eso es preciso que se les proporcionen ocasiones para analizar los problemas y las posibles soluciones. Consideramos que era importante empezar por la situación del planeta y qué mejor que ver que se hace actualmente con la basura”, resumen la experiencia las profesoras Liliana Scalia, Myriam González y Alejandra Alborch, algunas de las docentes que encabezaron este proyecto que involucró a toda la escuela, de 1º a 6º años.
Además de las propuestas públicas de toda índole, de a poco y con mucho esfuerzo, hay varios emprendedores que también se involucraron en el camino de "reconvertir los desechos en algo útil y con sentido estético”. Son pocos todavía. Pero un buen ejemplo de cómo aportar algo al espacio dónde vivimos y no generar más basura.