Los tomates cultivados a campo tienen más vitamina E que los de invernadero, comprobaron investigadores del Conicet y del INTA, quienes descubrieron el mecanismo que regula la producción de la vitamina en esos frutos. Fué publicado en la revista Nature Communications. La vitamina E, también conocida como tocoferol, es un poderoso antioxidante que protege a las células contra el daño causado por radicales libres y disminuye la oxidación de "colesterol malo", que interviene en la obstrucción de las arterias. Además, fortalece el sistema inmune contra virus y bacterias y reduce la incidencia de enfermedades como cáncer, diabetes y patologías cardiovasculares, factores que la convierten en una vitamina esencial para una vida saludable.

El equipo de Fernando Carrari, investigador independiente del Conicet en el Centro de Investigaciones en Ciencias Veterinarias y Agronómicas del INTA, trabaja en descifrar el genoma del tomate. Con esa información se pueden identificar los genes involucrados en los frutos, e implementar estrategias para fomentar cualidades como color, sabor o nutrición. La mejor manera de obtener los 30 miligramos diarios de vitamina E que componen la dosis diaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es a través del consumo de alimentos ricos.