El rubro de la producción a campo y posterior elaboración en fábrica del tomate denominado perita, en San Juan, está apostando fuerte. Y los cambios se vienen sucediendo en los últimos años, logrando un paquete tecnológico exitoso que ha llevado a los productores de punta a lograr los rendimientos por hectárea -en promedio- más altos del país. Y lo que es más, en los valores top (los mayores) hay agricultores que obtienen la misma cantidad de frutos rojos naturales en el campo, que la gente que trabaja en California, Estado norteamericano líder en el segmento.
En estas dos últimas semanas Suplemento Verde estuvo recorriendo plantaciones tempranas de tomate para industria por el departamento de Pocito, el que congrega la mayor cantidad de adeptos a esta actividad y superficie provincial.
Hay una gran atracción actualmente por la producción de tomate para conserveras y uno de los motivos es que con la Asociación Tomate 2000, entidad que coordina las acciones en la región productora nacional, se le ha encontrado el pack productivo para llegar a la alta producción. El kit incluye: elección correcta del terreno (preferentemente los ingenieros agrónomos hacen análisis de suelo para conocer fertilidad de macronutrientes y salinidad) y preparación temprana de tierras, subsolado cruzado, incorporación de guano natural, riego, transplante en fecha de las variedades más aptas de acuerdo a los ensayos realizados en la campaña anterior, manejo correcto del agua (el riego por goteo es fundamental), pasando por crecimiento, desarrollo, floración, cuaje y maduración de frutos, hasta la cosecha; esta última, muchas veces, mecanizada, con todas las ventajas de tiempo y simpleza en la labor, que acarrea.
A esto se suma que otros sectores vienen penando mal a nivel de comercialización, como es el ajo sanjuanino, que además del blanco exportador, se suman los morados y chinos más precoces; un sector que fue brillante y hoy está de capa caída.
Ni hablar de los cebolleros que años atrás enviaban en camiones bulbos tempranos de Valencianita a todas las grandes capitales de Argentina y más tarde, con las tardías Sintética 14 y Grano de Oro, sacaban camiones hacia Brasil en cantidades sorprendentes. Hoy sólo se venden cantidades contadas, hacia provincias vecinas y alguno que otro viaje a Formosa, Chaco, Tucumán y Córdoba.
Los viñateros se han sumado a los interesados en hacer tomate perita, adicionándose a los ajeros y cebolleros, dada su magra rentabilidad por los altos costos de los insumos y mano de obra, además de los accidentes climáticos que afectaron seriamente las producciones.
Y los semilleros también se han sumado. Hay antiguos productores de simientes de alfalfa y de varias hortalizas que han buscado diversificar su producción y están preparando tierras para comenzar con esta actividad. Llama la atención este giro, pero se debe fundamentalmente a la quietud del mercado nacional de semillas y a la disminución en el hectareaje destinado a la exportación.
Así, el tomate es una buena opción. Y si se busca adelantarse lo máximo posible, quizás… mejor.