Cualquier habitante de El Encón sabe, por la simple razón de haber nacido allí, que el agua del lugar contiene altísimos niveles de arsénico, un elemento químico que en cantidades excesivas -como en este caso- puede llegar a provocar cáncer, problemas intestinales, dentición deficiente y eczemas en la piel, entre otras afecciones. Justamente ese planteo fue la base de la exposición que un alumno de la escuela albergue Juan Carlos Navarro (de esta localidad de 25 de mayo), levantó como bandera en la Conferencia Infanto Juvenil , que fue convocada por el Ministerio de Educación de la Nación y se realizó la semana pasada en un hotel de Capital Federal. La segunda parte de este encuentro que tiene una finalidad meramente educativa y de toma de conciencia, tendrá lugar en Brasil, en junio próximo.

En nombre de sus compañeros Matías Manuel Moyano, el abanderado de este establecimiento educativo sanjuanino, llegó a la gran ciudad munido de todos los conocimientos recabados desde hace un tiempo ya, su experiencia cada vez que falta agua en su casa del único barrio de El Encón además de varios afiches explicativos y folletos para repartir en el auditorio. El trabajo en definitiva había sido elaborado en equipo y sirvió para demostrar la problemática ambiental a la que está sumido el pueblo donde vive, a 130 kilómetros de la capital de San Juan.

"Nosotros, con la directora que me acompañó a Buenos Aires, explicamos que recién en el 2007 tuvimos una conexión de agua potable. Hasta ese momento bebíamos la que viene de los surgentes y que justamente por ser extraída de la zona contiene altísimos niveles de arsénico, un problema histórico en este lugar. Finalmente OSSE puso una bomba para sacar agua de una diferimiento de Camarico, a 30 kilómetros de El Encón. Pero no fue jamás una solución ya que la nueva cañería o la bomba, cada dos por tres y cada vez más seguido, se rompen. La municipalidad viene y lo arregla pero al poco tiempo volvemos con el mismo inconveniente. Entonces no nos queda otra solución que recurrir al agua con arsénico para no morirnos de sed", recuerda Matías.

Según los análisis realizados en distintas etapas, el agua de este paraje contiene 380 ppm de arsénico por millón, lo que representa un 200 por ciento más de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud, tal como expuso Matías en su conferencia. Además el agua tiene altos niveles de flúor. La consecuencia de estos elementos se evidencian en la salud.

Una de las soluciones que contó el chico es un proyecto compartido entre el Instituto de Ingeniería Química y el Departamento de Ingeniería Química de la UNSJ para crear plantines de laboratorio que puedan absorber o mejor dicho retener con hierro y cloro, el arsénico. "En eso se está trabajando", confió Matías, mientras se llevaba todos los aplausos ya que su ponencia resultó por demás novedosa para sus pares de otras provincias.

"La experiencia fue muy valiosa y nos da fuerza a grandes y chicos para seguir trabajando sobre el tema. No perdemos las esperanzas de que algún día El Encón tenga su planta potabilizadora para el tratamiento de agua del río San Juan, que pasa a tan solo dos kilómetros del pueblo. Esa sería la solución definitiva al arsénico, dice convencida Silvana González, la directora del establecimiento educativo.


Salvar el paraje, proteger el mundo

La escuela de El Encón no sólo representó a San Juan sino que además tuvo el privilegio de llegar al Hotel Bauen como el único establecimiento rural al encuentro que reunió por primera vez en el país a alumnos secundarios y docentes de establecimientos públicos de 19 provincias. Los únicos que faltaron a esta cita de compromiso con el medio ambiente fueron Santa Cruz, Formosa, La Rioja y Jujuy.

De entre todos los participantes, los mismos alumnos eligieron a quienes llevarían la problemática ambiental argentina a una próxima instancia en Brasil, prevista para principios del mes de junio próximo. Es que allí se celebra una especie de cumbre mundial y tiene una razón de ser: los ministerios de Educación y de Medio Ambiente del vecino país, asumieron en los años 2003, 2006, 2009 y este período esta iniciativa de promoción global de educación ambiental, entendiendo que los chicos son quienes pueden hacer cambiar las actitudes de los adultos.

Así, más de 600 estudiantes de todos los continentes discutirán en junio los inconvenientes socioambientales y propondrán acciones responsables comunes para la construcción de una sociedad ambientalmente sostenible y socialmente justa. Por Argentina irán los alumnos de Córdoba, Catamarca, Santa Fe y Tierra del Fuego, mientras que el sanjuanino quedó como suplente.

De todos modos, en El Encón no se desalientan y siguen haciendo tareas para resolver el problema, entre docentes, celadores y los más de 110 alumnos que conviven en el albergue. Como el vivero donde reproducen plantines de aguaribay y algarrobo para reforestar el desierto en donde viven, la huerta en la que plantan tomates, cebolla, ajo, habas y pimientos que luego consumen en el comedor escolar y el proyecto de lombricultura que sirve para abonar la huerta.

Ese es el granito de arena que aportan para vivir en un lugar menos contaminado y si todo florece, más verde.