¿Cómo pasar un Día del Niño diferente? Bueno en la respuesta nos ayuda la Magíster en Psicología Silvana Bellotti quien además, es la autora del libro "Hacer Clic con los niños’. En sus temáticas de crianza sobre los hijos, trae hoy "Un día de la infancia diferente, lleno de sensaciones’ Y no traen un libro debajo del brazo… traen un pan. Bien, según la especialista es a la edad de los tres años y cuatro meses, cuando el niño comienza a guardar en su cabecita recuerdos con imágenes. Antes de esa edad se guardan las vivencias, ya que el cerebro no desarrolla la habilidad de almacenar memorias autobiográficas. De manera que guardan lo que perciben por los sentidos. ¿Y qué recuerdos guardamos? No guardamos la realidad tal cual la vivimos, sino la teñimos de subjetividad, para dos hermanitos una misma realidad puede ser almacenada en sus memorias de manera diferente. Y, también a partir de lo que se vive los niños arman creencias, siempre pongo el ejemplo de mi hijo: generalmente lo que más se guardan son las sensaciones percibidas, si ahora les pido que recuerden algo del jardín, me pueden decir: olor a manzana o los lápices de grasa. Es decir, guardamos principalmente lo vivido a través de los sentidos. Por ello la propuesta para este día especial, no son los juguetes, ni la tecnología, de regalo. Hoy puede ser un día lleno de sensaciones, motivaciones y vivencias únicas para hacerles vivir un Día del Niño diferente, lo más lindo posible junto a nuestro niño interior de los padres o adultos. Para ello debemos conectar con los sentidos, lleno de sensaciones desde que se levantan con un desayuno especial, por ejemplo, colocar globos, imágenes que les agrade, decorar la casa y preguntarles que ven, cómo se impactan y jugar a que se den cuenta de cada detalle preparado para ellos, otro sentido son los olores que nos evocan a una vivencia.
Para que no lo olvides jamás
Para que este Día del Niño sea inolvidable, no hace falta llenarlos de regalos materiales, sino de vivencias profundas, aquí dejo algunos ejemplos:
– Conectarlos todo el día con los sentidos:hacerles muy presente y consciente cada sentido. Desde que se levanten que jueguen a mirar (podemos preparar cosas vistosas y bellas para que vean: decorar la casa con globos, imágenes (les encantan los animalitos), que ese día admiren lo que ven. Y, jugar a que se den cuenta de cada detalle.
– Presentarles diferentes olores agradables:es increíble como los recuerdos después aparecen a partir de un olor. Perfumar la casa, el olor de comidita de mamá.
– Escuchar música:que los invite al disfrute, al movimiento, como es el baile.
– Los gestos de amor no pueden faltar: sensaciones que ayudan en su desarrollo como, por ejemplo, tocar sus manitos, caritas, que toquen sus peluchitos, un día de muchas caricias, que son el alimento del alma. Los niños necesitan el contacto físico; besos, abrazos, tocarle a cabecita. Así como necesitan la comida para crecer físicamente, necesitan el afecto para crecer psicológicamente. De este afecto físico sano, respetando lo que a ellos les gusta y los hace sentir bien, puede influir en la vida afectiva adulta. Hay personas grandes que no pueden disfrutar el contacto, ya que los agredieron físicamente o fueron pocos demostrativos con ellos.
– Ese día llenos de palabras que expresen amor:muchos papás no están acostumbrados porque con ellos no fueron demostrativos, u opinan mi hijo ya sabe que lo quiero. ¡Pero poner en palabras, que el otro lo escuche es tan satisfactorio! ¡Ese día no cansarnos de decir Hijo te amo! Te dije: ¡hijo que te amo!, ¿sabías que te amo? ¿Sabías que sos lo más hermoso en mi vida, el mayor regalo?, ¿Sabes quién te ama profundamente? Un amor incondicional, que es querido por quién y cómo es. No hace falta que haga nada, o que demuestre algo para que lo amemos.

¡Un día lleno de conexión con los sentidos!
Es una forma acompañar a nuestro hijo a que guarde en el baúl de los recuerdos las vivencias más hermosas, y que esos momentos sean mágicos y pueda luego rememorarlos desde la alegría. Y que pueda decir: ¡fue el mejor día del niño!.También es bueno tener en cuenta sus creencias, las que ellos arman, por eso explorar ¿que está pensando su cabecita? ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? ¿Necesitas algo? ¿Sos feliz? ¿Qué querés guardar en tu cabecita de este día? ¿Qué fue lo que más te gustó? Y, si surge algo que esta puede estar guardando incorrectamente, tratar de rectificarlo.Les brindemos un clima de armonía familiar, tengamos cuidado con las diferencias o peleas de los adultos.También podemos ese día trabajar la empatía, que es la habilidad social de entender o ponerse en el lugar del otro. El hacerlo nos hace sentir bien, agradecidos de la vida. Podemos proponerle a nuestro hijo que haga algo por alguien, por algún otro niño: regalarle un juguetito a alguien que lo necesita, o lo que la creatividad les sugiera. Por ejemplo: Un día de juegos, y, si se puede con los pares, va a ser maravilloso. Lo que hace más feliz a un niño es jugar. Y algunas golosinas, están permitidas.¡No olvidemos a nuestro pequeño que llevamos adentro! Ese día también es su día. Nos permitamos ser niños, que disfrutemos jugar, reírnos, hacer chistes, comer golosinas, ¡¡¡disfrutar!!! Que cada cosa pequeña y simple nos admire.¡Ese día y si podemos todos! Celebremos la infancia, celebremos nuestros niños y nuestro niño interior. Si hay infancias y niños interiores felices y sanos, habrá adultos satisfechos y plenos. ¡¡¡Y así vamos a ver la vida llena de panes!!!
Por: María Inés Montes
Fuente: Lic. Silvana Bellotti

