Sus dueños hicieron de sus hobbies y sus propios gustos, un negocio. Así lograron sumarse al mercado gastronómico con dos alternativas diferentes, nunca antes vistas quizás en la provincia y sus alrededores y que, como si fuera poco, siguen una tendencia nacional: los restaurantes temáticos ganan cada vez más adeptos porque no solo la comida entra por los ojos (a veces también "engolosina” el nombre de cada plato, ya que muchas veces se recurre para denominar a cada opción del menú a la jerga o lenguaje propio que da sentido al lugar) sino además porque el enfoque elegido engloba a la estética y a todo elemento que es parte del restaurante, lo que sin lugar a dudas, le aporta un plus a su favor.
Siguiendo al pie de la letra estas premisas, desde no hace mucho tiempo abrieron sus puertas en San Juan, dos buenos ejemplos: el restaurante "Autos y Copas”, basado como su cartel lo indica en todo el mundo "tuerca" y "Flores Arte Bar”, un espacio para tomar un trago rodeado de obras de arte.
"Aquí se puede venir a tomar algo pero además a disfrutar del arte local y de la buena música a través de grandes referentes sanjuaninos o inclusive de la mano de artistas que todavía son desconocidos pero no por eso menos talentosos. De hecho, la propuesta está concebida no par que la gente venga y se siente solamente. sino que lo que buscamos es que deambule por las habitaciones observando las pinturas o hasta que se prueben prendas que los diseñadores de moda, muestran”, explica Sebastián Moreno desde su "Flores”.
La propuesta de "Autos y Copas” más "Mama Rosa” -un anexo gourmet- es más ambiciosa aún. De día es un concesionario de autos, motos y camionetas. De noche, se convierte en dos restaurantes, con todo un entorno visual y lúdico que al menos invita, a "subirse a dar una vuelta y saborearlo”, tal como define su propietario al espacio que siempre soñó, José Luis González.
Arrancaron motores
Se puede pedir desde un postre Interlagos -crepés de dulce de leche con chocolate y nueces- hasta un panini Ovalo 1 -con pechuga de pollo, lechuga, tomates desecados, queso y cebollas-, una pizza Maranello (calzone relleno con cebolla, orégano y mozzarella) ó una porción de "Papas cronometradas” (que no son otra cosa que papas fritas rústicas bañadas con salsa barbacoa).
Se puede, entre bocado y bocado, participar de una carrera en la pista de scalectric hecha a escala del autódromo Eduardo Copello de Zonda o si el comensal es más arriesgado, aventurarse a sentir la sensación y los movimientos que tiene un piloto en uno de los simuladores de Fórmula 1 que son parte de la decoración del lugar.
Se puede comer en una elegante mesa cuyo base es el esqueleto de un motor ó cómodamente sentado en un sillón cuyo respaldo es la parrilla antivuelco de una camioneta o inclusive en una butaca (de las de verdad) de un auto de carrera.
Se puede comprar un autito o moto de colección. Se puede ver en las pantallas un video de la última carrera del Rally Argentino o del Gran Premio de Mónaco.
Para eso no hace falta ir a las grandes ciudades del mundo. Aquí a la vuelta, en San Juan. Hay un restaurante que ofrece todo esto y más.
La génesis del restó fue de José Luis González, quien concentró en dos menúes -uno para fast food y otro para un paladar más exigente que incluye desde sopas francesas de cebolla con huevos de codorníz, ravioles de conejo, hasta goulash de jabalí por citar dos ejemplos – su pasión por autos, camionetas y motos (la que reforzó cuando se puso al frente hace 10 años de una concesionaria de camionetas) y su buen gusto por la comida, la que pone en práctica cada fin de semana en una mesa larga que reúne a la familia, según cuenta una rutina que llevan adelante los González desde chicos.
"Con mi padre siempre hablábamos de tener un restaurante como esos que tuvimos la suerte de ver en distintas partes del mundo. Restaurantes en donde se destacaba la calidad, la infraestructura y la propuesta gastronómica diferente. Eso es lo que hicimos en San Juan y con precios para los sanjuaninos”, asegura el propietario.
De mañana es agencia de autos, por la tarde, quien "pone la mesa” es Maximiliano Mesito, un porteño que hizo buena parte de su historia con las sartenes en los mejores restaurantes de Puerto Madero y más tarde, de la mano del chef Giorgio Fabrizio, desembarcó en el Hotel Potrero de Funes. De ahí el camino hasta San Juan, fue corto. Hace un mes llegó para hacerse cargo de la cocina de "Autos y Copas”, a la que le incorporará próximamente carnes difíciles de encontrar en un restaurante como caimán, yacaré, búfalo hasta kobe (considerada como la mejor carne del mundo, de origen japonés, obtenida de la raza bovina wagyu), entre otros sabores.
Es que la idea, en definitiva y siguiendo las premisas del dueño del lugar, es diferenciarse del resto. De hecho, para una segunda y próxima etapa, la propuesta se agrandará acoplándose a eventos internacionales vinculados al automovilismo (por ejemplo cuando se corra el Rally Argentino ofrecerán una opción de menú criollo) al mismo tiempo que ya piensan en otorgar franquicias: ya tienen pedidos de Rosario, Chile y Perú por replicar esta sabrosa y creativa propuesta.