Victoria Morales nació en Buenos Aires, casada y con cinco hijos. Es profesora de educación especial y trabajó durante 10 años con el cardenal Jorge Mario Bergoglio en la Vicaría Episcopal de Educación. En las elecciones del 2007 se incorporó a la política del PRO para integrar las listas a legisladores porteños. Durante 8 años fue diputada por la ciudad de Buenos Aires y desde entonces he venido trabajando en diferentes proyectos, vinculados especialmente al área de educación y desarrollo social. Desde hace 5 años se desempeña como Presidenta de la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología en la Legislatura Porteña. Y, desde el 10 de diciembre en que asumió el nuevo gobierno, es subsecretaria de responsabilidad social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. El viaje de ella merece sus halagos con motivo de la edición especial del Día Internacional de la Mujer, Victoria cuenta su paso por primera vez en tierra sanjuanina.

¿Cuál es el motivo de tu viaje?

Mi visita a San Juan y en específico al Ministerio de Desarrollo Humano es para crear un espacio de responsabilidad social que no existe, en realidad en la mayoría de las provincias no lo hay porque es nuevo para los Argentinos. Mantuve reuniones con el ministro Walberto Allende, y con otros actores dentro del gobierno para armar esta área, sobretodo como un lugar del Estado que pueda articular con los sectores sociales.

¿De qué se trata la nueva área?

La responsabilidad social surge en el mundo no hace muchos años y se empieza a desarrollar cada vez con mayor importancia en cada país. Sólo las multinacionales tienen esta área al trabajar con otros países del mundo.

Tiene que ver con el sentido de corresponsabilidad que debemos tener las personas con respecto a las comunidades o país. Entender que como individuos o como instituciones desde el lugar que ocupemos somos responsables de lo que le pasa al resto de nuestros conciudadanos o compatriotas. El trabajo que destinemos a eso es la responsabilidad social.

En el mundo y en Argentina también se empezó a trabajar la responsabilidad social empresaria, vale decir que las empresas se preocupen por la sociedad o comunidad donde impactan sus productos o servicios. Pero esta nueva forma de trabajo involucra los dos accionares, tanto lo social como lo empresario. A partir de ahí se empiezan a desarrollar muchos proyectos.

¿Cuál es el rol del Estado en esto y de la subsecretaria de Responsabilidad social?

El Estado debe ser un gran articulador en la conciencia de corresponsabilidad, es decir articular los esfuerzos del sector privado que se realizan en las empresas como de las organizaciones sociales y los esfuerzos de los estados provinciales, municipales, en resolver las problemáticas reales de la gente.

Desde mi lugar como subsecretaria, es poder articular todos esos actores que tienen la posibilidad de colaborar en las respuestas de la problemática de la gente, articulándolos en forma conjunta para que el rédito sea favorable. Que no haya tanto divorcio entre lo que hacen las organizaciones sociales, las empresas con responsabilidad social y lo que hace el estado. ‘Estuve en lugares donde hay casi tres actores distintos, una ONG, el estado y una empresa; es un claro ejemplo de cómo se pisan entre sí en la forma de accionar, cuando en realidad las tres podrían complementarse’.

¿Qué objetivo tiene la responsabilidad social?

Al crear esta área de responsabilidad social tiene una mirada más global, separada de de todas las acciones, puede llegar articular y potenciar todo lo bueno que se está haciendo, replicarlo en otros lugares, poner una inteligencia en los esfuerzos de todos los actores sociales.

La única manera de poder salir adelante es con una hermandad entre las provincias y un diálogo que tenemos como deuda importante en los últimos años los argentinos.

Hay un paradigma respecto a la igualdad erróneo, y esto tiene que ver con el accionar de la responsabilidad social. Hoy hablamos de la equidad, es decir cada quien lo que necesita. El Estado debe ser equitativo, le debe dar a todos los actores sociales sin excluir a ninguno. Tanto los empresarios como las poblaciones más vulnerables como las mujeres, los niños, etc, no hay clase social que no merezca una mirada del Estado. Éste debe estar presente para garantizar los derechos de todos, eso es equidad no igualdad, no es darle a todos lo mismo y menos sólo darle algunos. La distribución de oportunidades con herramientas necesarias, debe ser pensada, estudiada y no sólo repartir sin el sentido de ayuda y colaboración. La política debe estar al servicio del crecimiento del país y todos los actores sociales debemos acompañar ese proceso desde el lugar que nos toca trabajar o accionar. Comprometerse con lo que creemos y queremos, eso es responsabilidad social.

¿Podés contarnos algo acerca de tu cercanía al papa Francisco?

Trabajé en el Arzobispado de la ciudad de Buenos Aires con monseñor Bergoglio durante 20 años. En realidad yo trabajaba en donde él vivía. Pero tuve la suerte de escucharlo muchas veces como pastor. Para mí siempre fue una gran guía, sus homilías, palabras, mensajes y poco a poco él y los obispos nos enseñaban a involucrarnos en la vida en sociedad. Es un hombre de gran profundidad con la virtud de traducirlo en un lenguaje muy sencillo y cercano. No es sólo un lenguaje de palabras, a veces sus acciones no dice mucho más, es el lenguaje de la imagen. Tiene la grandeza de lo profundo pero que a su vez es fácil de captar por cualquier humano. Siempre será mí guía y más aún en estos momentos. Creo que él trasciende a la Iglesia Católica. Una persona que ha sabido calar en lo que esta era y la humanidad necesitan.

¿Cómo ves a la mujer entorno a la responsabilidad social?

A la mujer en general, ya que no conozco la realidad sanjuanina, la veo muy sola. La veo frente a la economía del hogar, frente a la crianza de los hijos, frente a la violencia, a las adicciones y sobretodo en los barrios más humildes, en las villas o los asentamientos, no vemos hombres.

La mujer es quien está a cargo de hijos, nietos y de la familia en general, atravesada por diferentes problemáticas. Frente a éstas y otras situaciones difíciles necesitamos un Estado que acompañe y accione, como fue el año pasado el accionar contra la violencia de género, el feticidio y otros. Creo que todos nos debemos una reflexión. Y, además debe haber una complementariedad entre el hombre y la mujer. Creo que el feminismo ha ido condenando a la mujer madre, ama de casa. Hoy es ella quien elige ese lugar, así como también elige el lugar de empresaria, docente y a veces pareciera que condenamos a la mujer de un extremo al otro. no logramos ponernos de acuerdo en los diferentes roles que puede realizar una mujer. Tanto el hombre como la mujer eligen donde estar, además que las oportunidades sean en igual medida y también quiero expresar que todas las actividades son dignas tanto para el hombre como para la mujer. El rol del cuidado de la familia es muy importante y es algo que veo que estamos como descuidando un poco y con esto no quiero decir que la mujer deba quedarse en su casa, todo lo contrario; de hecho yo soy mamá de cinco hijos, fui diputada ocho años, soy subsecretaria y tengo una profesión con una vida laboral intensa, pero también tengo una familia hermosa con hijos para educar y puedo congeniar ambas cosas. La receta es no subirse a la vara que otros te ponen, saber que soy una madre imperfecta como una profesional imperfecta, pero con grandes virtudes.