Nilda ha conquistado por décadas a la audiencia sanjuanina con su voz, que más allá de su bellísimo tono, cuenta con una capacidad natural de "abrazar" a quien la escucha. Sin ánimo de exagerar pueden corroborarlo sus seguidores de siempre, los mismos que podrán escucharla a partir de este mes en un nuevo ciclo que mantiene en secreto por algunos días hasta confirmar día y horario. Una locutora, en principio autodidacta, que supo adaptarse al medio, llegar a obtener su título de locutor nacional y ser reconocida por su trabajo en la provincia, en Mendoza, Neuquén y Miami en Estados Unidos. Además es la única sanjuanina que condujo la Fiesta Nacional de la Vendimia y presentó artistas de la talla de Richard Cleiderman, Roberto Carlos y Rafaela Carrá.

Actualmente también es docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSJ, en la carrera de Comunicación, ha comenzado un curso de francés y está lista para empezar otro de vinos en el Consejo de Enólogos.

En realidad sigue, de esta manera, los designios de su alma de docente, título que obtuvo y ejerció hasta en zonas alejadas como Sarmiento, lugar al que junto con otras maestras llegaba a dedo cuando todavía no cumplía los 20 años. Pero si bien es sabido que cada uno va forjando su propio destino, también es cierto que las circunstancias de la vida van señalando los pasos alternativos hasta decidir la huella que lo conducirá al futuro. Así Nilda, siendo muy jovencita y la mayor de tres hermanos, con un papá en un estado crítico de salud, advirtió que debía buscar nuevos ingresos para ayudar a sostener a su familia. En esa búsqueda llamó a DIARIO DE CUYO para solicitar trabajo, aprovechando que estaba haciendo un curso de mecanografía, un requisito fundamental para muchos empleos de la época, pero sin suerte. "De inmediato, y paso seguido, desde el mismo teléfono negro con fichas llamé a Radio Colón donde me dijeron que necesitaban artistas pero yo les contesté que no lo era. Igual me instaron a llamar nuevamente y así lo hice. Me dieron una entrevista y fui. Sólo había entrado a la radio con mis alumnos en una visita, luego me hicieron pruebas de voz y pasé a formar parte del banco de voces de Colón. Me dejaron inscripta, hacía algo de off…,y en ese lapso fallece mi padre. Ahí dije, sí o sí debo conseguir otro trabajo y fui a radio Sarmiento con el único entrenamiento de probar en off con las carpetas de tandas de Colón. Allí me dieron la posibilidad en el acto y solicitaron mi primera habilitación para trabajar en radio como se estilaba en ese momento. Nadie salía al aire sin cumplir con esa condición, así es que apenas llegó me avisaron y comencé. Recuerdo que era época de carnavales, de shows, orquestas en vivo, y así comenzó mi carrera en busca de una salida laboral que me ayudara a nivel económico en ese momento familiar por el que atravesaba", cuenta Nilda con una dicción en la que no falta ni una sola consonante, ni la cadencia que necesita cada frase para que el oyente mantenga la atención.

Es cierto, se puede decir que es puro talento, pero también es profesionalismo, que muchas veces no se encuentra en la actualidad. "Técnicamente me quedo con la FM y la radio virtual, son magníficas, pero a la par se han dejado de lado las emociones tanto de los protagonistas como de los receptores, ha bajado el nivel de exigencia, el perfeccionamiento de las voces, de los contenidos, no se exige nada y el panorama ha quedado vapuleado. Hay empresas en la que ninguno de sus locutores es profesional. Este es el panorama de un país con 20 mil radios, más de 150 en San Juan, donde los controles no alcanzan y cada uno hace lo quiere", asegura Nilda.

Si bien sus comienzos pertenecen a una época de oro del radioteatro sanjuanino, sólo fue apuntadora porque se reconoce como locutora, no como artista. Sin embargo una de sus grandes referentes de la radio fue Liliana Dávila, protagonista de muchas obras radiales, quien falleciera muy joven.

Vió nacer la Frecuencia Modulada (FM), trabajó por años compartiendo ondas en AM, e hizo radio virtual. Conoce y es referente del profesionalismo en este medio al que "no se puede abandonar nunca, se vuelve parte de tu vida, te lleva por diferentes mundos", dice Nilda.

La falda de su mamá quizá haya sido una de las grandes motivaciones. Es allí donde se sentaba desde chiquita para escuchar la radio. Luego fueron las ondas de las AM chilenas que por la nochecita llegaban a San Juan, con gran lujo musical y voces altamente entrenadas. "Sin dudas que eso inspiró mis comienzos, las tenía presente al momento de elaborar mis guiones, de seleccionar la música en discos, los rankings tan típicos de la época".

Mientras estaba en Colón también surgió la posibilidad de trabajar en una agencia en Buenos Aires que realizaba producciones para Radio Mitre con Nenucha Mengual, Betty Elizalde y otros grandes de la radiofonía argentina. De hecho quedó elegida pero no pudo ser. "Hicimos una producción excelente pero cuando me quisieron contratar me pidieron el carnet de locutor y si bien ya tenía aprobada la máxima categoría, era la época de Isabel Perón y no firmaba ni actualizaba la información necesaria. Así perdí esa oportunidad. Volví a San Juan, luego estuve en otras ciudades hasta que llegué a Estados Unidos donde mi voz salió al aire en radio Familia Stereo en Miami, pero al tiempo regresé porque extrañaba mucho", relata.

Su vocación docente (que nunca perdió), retomó vigencia en 1984, fecha en la que comenzó a trabajar como jefa de trabajos prácticos de radio, primero con el profesor Barchilón, luego con Roldán Moreno y actualmente con Rosita Mercado en los talleres de Publicidad y Propaganda, siempre en la carrera de Comunicación Social.

"Como docentes debemos comprometernos para exigir a los alumnos más búsqueda de recursos para llegar a encontrar su talento, su perfil, aunque noto que a los chicos les falta curiosidad. Hay que inculcar que el lenguaje es un recurso que embellece cualquier actividad, que hay que tener compromiso con la vocación y aprovechar al máximo esta posibilidad que brinda la Universidad pública para dar más de lo que nosotros pudimos dar".

Fue protagonista de las primeras emisiones de FM en Radio Nihuil en Mendoza desde donde se transmitió por esta frecuencia para todo Cuyo. La televisión no le fue ajena porque en esa provincia y en Neuquén condujo noticieros en diferentes horarios.

Hace un año, Nilda recibió otro título, pero esta vez otorgado por la vida: Fue abuela de Lautaro, hijo de Maximiliano, su único hijo, recibido de abogado. "He cumplido con una etapa de mi vida, es hora de recuperar mi voz en el aire en un momento muy especial: Cuento con otra experiencia, veo las cosas de otra manera, me preocupan aún más los contenidos. Por eso este mes vuelvo a la radio que es lo que más me gusta".

"Hola Mujer" y "Música para soñar", fueron sus programas más exitosos, tanto que el primero tuvo su jingle propio en la radio, algo inusual para la época (1969-1974), y mucha gente todavía lo recuerda. La música fue y es su debilidad, sobre todo el Pop de los 80, por lo que su estilo se basa en esa conjunción sinfónica de música y palabras.

No obstante, durante su estadía en Miami también formó parte del equipo de producción de Don Francisco, el exitoso conductor chileno que tenía el sábado un programa de TV en Santiago y el domingo en Estados Unidos.

Entre las falencias actuales de la radiofonía local, ella precisamente señala la falta de producción. "no hay que olvidar que la radio no sólo se hace con voces, sino también con técnica, con operadores, con ingenieros, con áreas de prensa y con una muy buena producción. Debe ser un gran equipo de trabajo".