Por naturaleza el vino es la bebida alcohólica más noble que se conoce, pero hay mucha gente en el mundo que demanda, además, que sea orgánico. Tanto es así que en los últimos cinco años las exportaciones de este tipo de vino se han quintuplicado. Un dato nada menor que habla de tendencias en algunas partes del mundo.

Para que un vino sea considerado orgánico debe ser elaborado con uvas cultivadas en suelos libres de todo tipo de pesticida y no se pueden usar levaduras manipuladas genéticamente para su fermentación. Todo debe ser natural.

En la provincia hay aproximadamente 500 hectáreas distribuidas en Caucete, Sarmiento y Pocito con todas las características que demandan las certificadoras internacionales que avalan y controlan periódicamente el cumplimiento de la normativa exigida para ser considerados cultivos orgánicos.

Son demandados por aquellas personas que cuidan a rajatabla la ecología y, a su vez, son amantes del buen vino.

La provincia cuenta con un par de elaboradores de estos productos que están dirigidos básicamente a ingleses, holandeses, suecos, belgas, alemanes, y sectores del país que también los eligen.

Lograr vinos que ingresen a esta categoría no es una tarea sencilla ya que los organismos que los certifican exigen estrictos controles de calidad, higiene y sometimiento a regímenes dictados por el Senasa, la Secretaría de Agricultura de la Nación, de Argencert (empresa dedicada a la certificación orgánica con aval mundial) y la IFOAM (organismo internacional que controla y certifica que los productos reúnan los requisitos para ser orgánicos).

La primera exigencia es implantar vides en suelos no contaminados, sin antecedentes de usos de herbicidas o pesticidas sintéticos. Y aun cumpliendo con esto recién se puede comenzar a utilizar las uvas de la tercera vendimia, previos controles nacionales e internacionales. Luego viene un estricto control del vino.

Se los podría llamar también vinos ecológicos teniendo en cuenta que está prohibido el uso de pesticidas, herbicidas, fertilizantes y cualquier otro producto tóxico. Sí se emplean productos permitidos para la prevención de enfermedades que tienen características naturales. Para la fertilización, por ejemplo, se recurre a productos naturales como el estiércol y el suelo se protege con coberturas vegetales.

La elaboración del vino orgánico no presenta grandes diferencias con las técnicas tradicionales de vinificación. Está autorizado el uso de levaduras indígenas o seleccionadas, sin modificaciones genéticas, el empleo de frío, la clarificación mediante proteínas naturales o bentonitas, la filtración con tierras filtrantes y el empleo restringido de dióxido de azufre, siendo ésta proporción prácticamente la misma que para la vinificación tradicional.

Una verdadera opción para aquellos que buscan productos elaborados con todos los cuidados necesarios para proteger al planeta.