Los mismos golpes que en algún momento fueron considerados castigo por algunos, hoy son una manera efectiva (y muy popular) de sentir placer.  Los glúteos son una zona erógena poco explotada y en ellos hay suficientes terminaciones nerviosas como para llevarte al éxtasis. Si en lugar de caricias, recurres a las nalgadas tendrás la ventaja de que las vibraciones producidas por los golpes se extiendan hasta tus genitales. Y hay diferentes manera de hacerlo.

Importante diferenciación

Hay diversos motivos que explican por qué las nalgadas atraen tanto a hombres y mujeres. En la intimidad, los hombres necesitan sentir que pueden demostrar su virilidad, algo que es muy importante para ellos desde el inicio de la civilización.

Esto adquiere una connotación diferente en el ámbito sexual, donde la nalgada pasa a ser una exteriorización de su virilidad. Si sabe que su pareja le gusta, le excitará más. En cuanto a las mujeres, algunas se sienten erotizadas con está práctica y otras no. Las nalgadas pueden ocasionar placer tanto al darlas como al recibirlas y no importa el tipo de cuerpo que tengan el hombre o la mujer.

Como casi todo en relación al sexo, cada pareja sabrá cuándo y en qué posición disfrutarán más las nalgadas, pero pueden hacerse ciertas sugerencias. Con la mujer de espaldas y sostenida en cuatro, el hombre siente que tiene más cerca las nalgas, están bien a su alcance y los enciende más.

Esta posición favorece la visión, el tacto y por supuesto la imaginación y es ideal para que la temperatura suba en la habitación, tanto en él como en ella. Además, tiene una evidente connotación de dominación para el hombre, quien sentirá que ha tomado el control. Por supuesto, que los papeles pueden invertirse y la mujer pasar a asumir el rol dominante.

Las variantes son infinitas: por ejemplo, él sentado en una silla, ella se sienta en sus piernas, de frente o de espalda y él juega con sus nalgas con masajes o pequeños golpes.

Las nalgadas, también llamadas spanking, se hacen con el ritmo y la intensidad que ambos miembros de la pareja determinan como placentero, de común acuerdo.

Deben diferenciarse de los azotes, que se ubican en el área del sadomasoquismo. El grado de intensidad cambia, aunque hay hombres que para lograr mayor excitación necesitan aumentar la intensidad del golpe: si las nalgadas son suaves y delicadas no le excitan, deben hacerse con mayor energía e intensidad sí. Lo importante en estos casos es establecer claramente las condiciones y fijar las el punto de detención inmediato.

Ideas

Más allá de las implicaciones eróticas que tienen las nalgadas, puede haber una razón física por la que las nalgadas suaves son placenteras.

Gloria Brame, autora de "Amar diferente: el mundo de la dominación sexual y sumisión", considera que él éxito de las nalgadas se debe no solo al ligero dolor que se experimenta: : "Creo que tiene que ver con el delicioso ardor y el delicioso calor y las deliciosas vibraciones que manda por toda la región". 

Muchas de nosotras acumulamos tensión en los glúteos, tras las largas horas de estar sentadas en el trabajo. Los golpecitos ligeros pueden funcionar como una forma de masaje, que estimula la circulación del área y ayuda a relajar los músculos.

Fisiológicamente, la excitación sexual requiere, antes de que ocurra el orgasmo, que los genitales y áreas circundantes estén bien irrigados de sangre. Las nalgadas contribuyen a esto, ya que los impactos hacen que el flujo sanguíneo se concentre en las nalgas y en laz zonas cercanas a los genitales.

Por ello, los glúteos son ideales para las nalgadas: tienen músculos gruesos y de corta longitud, además de estar protegidos por una gran capa de tejido graso. Tampoco protegen ningún órgano hueco que pudiera resultar dañado por los golpes, siempre que estos sean sutiles.

Elementos importantes 

1. Si quieres intentarlo con tu pareja, lo primero es que los dos estén de acuerdo y que establezcan los límites hasta donde quieren llegar. Como las cosas pueden salirse de control en algún momento, lo más conveniente es establecer una palabra de seguridad a la que recurrir para detenerse cuando el dolor ya es insoportable. Al decir esta palabra, todo para en ese instante,

2. Para hacer algo nuevo, es importante que te atrevas, olvidándose de los prejuicios y animarte a pedirle a tu pareja una nalgada. Puedes también dársela a él, cuando el encuentro comience a subir de temperatura.

3. Si es la primera vez que lo harán y no se sienten tan atrevidos, pueden comenzar con masajes en el trasero, alternando momentos de mayor presión y velocidad con otros más suaves. Para cambiar las sensaciones, usa un aceite que eleve su temperatura con el tacto.

4. Tip de placer. Si tienes las uñas largas, puedes usarlas para unas eróticas caricias con ellas en las nalgas. Recuerda no ejercer mucha presión para no dañar la piel, ya que es una zona muy sensible.

5. Mantente lejos del coxis (la parte baja de la espalda) a la hora de nalguear, pues en vez de placer sentirás ( o harás sentir) un dolor indescriptible.

6. Si ambos descubren que les gustan las nalgadas y quieren alguna variación, pueden recurrir a los látigos, fuetes o paletas de madera. Te recordamos lo que dijimos en el punto 1, en referencia a la palabra de seguridad que lleva a la detención inmediata de todo.

7. Las nalgadas pueden ser de ida y vuelta, no son exclusivas de un género, lo mismo puedes recibirlas que darlas, siempre con el consentimiento correspondiente.

8. Si tu pareja no es muy afecto a los cambios en la cama, es importante hablar antes de cualquier experimento. En una conversación se puede hablar de los gustos de cada uno y demás detalles.

Según los expertos, las nalgadas pueden llevar a una pareja al clímax y ayudarlos a salir de la rutina o convertirse en un preámbulo recurrente para el sexo. Son importantes también porque se pueden intercambiar los roles entre quien da y quien las recibe.

Lo imprescindible es tomar todas las medidas necesarias para que nadie resulte lastimado (si se usará un látigo, se debe probar antes para no exagerar con la intensidad del golpe). Antes de realizar cualquier fantasía, ambos deben hablar al respecto, llegar a un acuerdo donde se fijan los límites y respetarlo.

Fuente: EnamoradoMe.