Cuando leí que una red de escuelas “sin maestros” que enseñan principalmente con inteligencia artificial (IA) acababa de abrir sus puertas en Miami, contacté inmediatamente con sus directivos. Tenía curiosidad por saber si estas escuelas son algo revolucionario o una moda pasajera. Antes de señalar lo que dicen sus críticos, veamos lo que dicen estas nuevas instituciones educativas, llamadas escuelas Alpha.

Según su portal de Internet, son colegios privados de primaria y secundaria donde los niños aprenden competencias básicas como matemáticas y lenguaje en apenas dos horas por las mañanas, y dedican las tardes a talleres donde desarrollan “habilidades para la vida”.

No tienen profesores, sino “guías”, que son adultos que supervisan el aprendizaje con IA e imparten los talleres de oratoria, educación financiera, programación y emprendimiento.

Tasha Arnold, la directora de las escuelas Alpha, me explicó que “los guías no enseñan de la manera tradicional. Usan sus conocimientos de psicología, modelos de motivación y otras herramientas para ayudar a los niños a encontrar su pasión en los talleres”. Cuando le pregunté cómo pueden los niños aprender matemáticas, inglés y otras materias básicas en solo dos horas al día, me dijo que la IA permite personalizar la educación para cada niño, y eso permite que los alumnos aprendan mucho más rápido.

Muchas preguntas y pocas respuestas 

Pero si los niños aprenden con IA, ¿no van a copiar y pegar lo que encuentren en ChatGPT?, le pregunté. ¿No vamos a producir jóvenes que no usan la cabeza, y que se volverán cada vez más bobos?, insistí.

Un estudio reciente de la Universidad MIT descubrió que el uso de ChatGPT y otros chatbots probablemente reduzca las habilidades cognitivas de los estudiantes.

Arnold respondió que las escuelas Alpha no permiten que los estudiantes usen ChatGPT ni ningún otro chatbot, precisamente para evitar que copien y peguen sus respuestas. En cambio, los niños estudian con un programa de aprendizaje de IA especialmente diseñado para las escuelas, que les hace preguntas hasta que dan con las respuestas correctas, explicó.

En cuanto al rendimiento académico de las escuelas Alpha, Arnold me dijo que salen muy bien paradas en las pruebas estandarizadas.

“Tenemos que tener cuidado de no terminar produciendo generaciones de jóvenes obsesionados por el éxito económico, desalmados y robóticos”.

Los escépticos indican que esto podría deberse a que muchos de sus estudiantes provienen de familias adineradas y con un alto nivel educativo. La matrícula de estas escuelas es de US$40.000 anuales, o más, dependiendo de la ciudad.

En primer lugar, puede que funcione para alumnos cuyos padres tienen un alto nivel educativo, y les ayudan con sus tareas escolares. Pero probablemente no funcione tan bien en familias de bajos recursos. Emiliana Vegas, profesora de educación en Harvard, me comentó que los estudiantes de las escuelas Alpha “son claramente muy diferentes de la mayoría de los niños que van a escuelas públicas”.

En segundo lugar, incluso si los niños reciben clases con programas de IA educativos, si tienen acceso a ChatGPT, van a usar este último.

En tercer lugar, aprender con IA puede aumentar la adicción a las pantallas en los niños y perjudicar su bienestar emocional, dicen varios estudios.

Tecnología con cautela 

Desde que escribí hace algunos años un libro llamado “Basta de historias”, sobre las nuevas tendencias en la educación, siempre fui un gran defensor del uso de la tecnología en las aulas. Y lo sigo siendo, pero cautelosamente.

Me preocupa que las escuelas que enseñan con IA dediquen demasiado tiempo a desarrollar habilidades para el mundo del trabajo, y demasiado poco a enseñar valores morales, empatía y civilidad.

Puede que las escuelas Alpha sean la tendencia del futuro. Pero tenemos que tener cuidado de no terminar produciendo generaciones de jóvenes obsesionados por el éxito económico, desalmados y robóticos.