Por Fernando Ortiz – DIARIO DE CUYO
La gestión de Marcelo Orrego cumplió los dos años de gobierno. Tuvo un punto fuerte: la capacidad para caminar en la cuerda floja de la Legislatura. El oficialismo, representado por el vicegobernador Fabián Martín, logró triunfos clave en la Cámara de Diputados de San Juan. El muñequeo decantó en leyes y designaciones de alto impacto: el Presupuesto 2026, la Ley de Transporte y el fiscal General, Guillermo Baigorrí. ¿Ahora qué? Las proyecciones para el año que viene y para el 2027 electoral.
La historia es conocida. El desdoblamiento del Tribunal Electoral Provincial del 2023 configuró una Legislatura asimétrica a las autoridades del Poder Ejecutivo. El 14 de mayo, junto con los intendentes, los sanjuaninos votaron a los diputados proporcionales y departamentales. El uñaquismo ganó de forma contundente. El exgobernador Sergio Uñac se ufanó de la mayoría automática en Diputados. Sin embargo, el 2 de julio, los mismos votantes cambiaron de preferencia y entronizaron a Orrego en el Sillón de Sarmiento.
El exintendente de Santa Lucía sabía que jugaba con la minoría y tuvo la muñeca suficiente para cambiar el esquema de relaciones de poder en el recinto. Esta columna bautizó al peronismo como el bloque mayoritario que nunca logró construir mayoría. Parecía que tenía todo para poner contra las cuerdas a Orrego, que estaba relegado a sólo doce diputados. El bloque Justicialista, presidido por Juan Carlos Quiroga Moyano, tenía todas las fichas con la suma de los aliados: el bloquismo, el Frente Renovador y Chimbas. No duró ni una sola sesión.
En el 2024, el operador Mauricio Ibarra logró algunos consensos con el oficialismo. Principalmente las designaciones del fiscal de Estado, Sebastián Dávila, y de la defensora del Pueblo, Florencia Peñaloza. Después, no hubo más nada. Ibarra cesó la prestación de servicios tras una discusión con Uñac por la sucesión de la banca del Mono Quiroga, del Frente Grande, que falleció y dejó vacante el escaño para Peñaloza, que no aceptó ocupar el puesto y dejó pasar al bloquista Federico Rizo. El bloque Bloquista, guiado por el exsecretario de Unidad de Gobernación, Luis Rueda, negoció con el orreguismo y pasó sus cuatro votos a engrosar al oficialismo en momentos importantes. La primera vez con la adhesión al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).
Con el bloquismo a favor de Orrego en la Legislatura, el peronismo evaluó estrategias -abstención, ausencia u ofensiva- pero no pudo concretar con éxito ninguna jugada. Las filas justicialistas están -en presente- revueltas. Algunos aseguraron que están “cansados de perder” votaciones y que por eso acompañaron al Gobierno en la reciente designación del fiscal General. El nombramiento del jefe del Ministerio Público (Fiscalía y Asesoría), Guillermo Baigorrí, el camarista laboral que tuvo el OK de la Casa de Gobierno y el cuerpeo personal de Roberto Basualdo, terminó bien para el Ejecutivo: 25 a 11.
La ayuda llegó desde el peronismo: el líder de la CGT San Juan, Eduardo Cabello, fue el primer en dejar clara la intención de aportar un grano de arena al oficialismo. Abrió las puertas al cauce de peronistas que estaban indecisos: los exintendentes de Calingasta y Valle Fértil, Jorge Cipriano Castañeda y Omar Ortiz, respectivamente; el massista Franco Aranda; el chimbero Gabriel Sánchez; el angaquero Marcelo Mallea y el ullunero Leopoldo Soler. Naturalmente, el bloquismo colaboró. Incluso La Libertad Avanza, de Fernando Patinella, dio luz verde, pese a la rivalidad del jefe José Peluc con el Gobernador. Ni siquiera el resultado positivo de las elecciones nacionales legislativas del 26 de octubre, que catapultaron a Cristian Andino al Congreso en primer lugar, pudieron frenar la sangría en el bloque Justicialista. Pero la sangre -todavía- no llegó al río. La bancada no se rompió pese a las ganas que tienen los distintos sectores internos.
No obstante, el Gobierno sanjuanino tendrá que aceitar los engranajes para el 2026. Pasado el tiempo electoral, terminada la alianza con el Partido Bloquista, empezó a haber roces menores, que luego fueron in crescendo. Hubo falta de comunicación, aseguraron fuentes legislativas. Se vio en la Ley de Transporte. Una normativa sustancial para la cotidianidad de los sanjuaninos que tuvo cambios de último minuto incluso durante la sesión misma en que se aprobó. Hubo reuniones y más reuniones con autoridades del Ministerio de Gobierno. Y la presencia de Fabián Martín, que había quedado electo como diputado nacional y renunció a la banca para continuar en la Vicegobernación, resultó importante. Retomó el diálogo con los bloques opositores dialoguistas. Es decir, con todos menos con el uñaquismo/giojismo.
La postergación en el tratamiento mostró que había algo que no estaba funcionando. “Quieren imponer el debate y todavía no modificaron lo que pedimos”, aseguraban fuentes del bloquismo, massismo y libertarias. Después, en el recinto, a la hora de la verdad, se plegaron a la iniciativa del Ejecutivo. Listo. Pero ahora apareció otro foco de conflicto: la designación del juez de la Sala IV de la Cámara Civil. Hay que nombrar al sucesor de María Josefina Nacif entre tres nombres: los jueces del Fuero de Familia, Esteban De la Torre y Marianela López, y el empleado de la Fiscalía de Estado, Javier Pacheco Aguiar.
Este diario reflejó el punteo en la Legislatura. Inicialmente, todo indicaba que López era la elegida. La jueza fue candidata a diputada en el 2015 por la lista de Rodolfo Colombo, fundador de Actuar y actual jefe de Asesores del Gobierno. La mujer además es la expresidenta del Foro de Abogados, cargo al que llegó en el 2011 bajo la bandera de no pertenecer a ningún partido político. Sin embargo, tiene sintonía con el oficialismo.
Además, recientemente, la hija de la jueza, Macarena Bravo López, participó de las elecciones de la misma institución e ingresó como vocal por la lista oficialista de Abogacía Activa (PRO y Actuar más bloquismo). Ergo, era posible inferir que al menos esos dos bloques podrían acompañar a López en la votación.
Pero ahora el oficialismo comunicó internamente que tiene otros planes, que el candidato es De la Torre y que los aliados de siempre deberían acompañarlo. El bloquismo, que tiene un compromiso con López, puso reparos. Al menos una queja en la Casa de Gobierno ante la falta de comunicación, que ya había notado en la Ley de Transporte. ¿Cambia el voto? Será cuestión de Martín y del Ejecutivo. Rueda y compañía están un poco disgustados por la renuncia de Rizo a la Cámara de Diputados de la Nación para que asuma el orreguista Carlos Jaime. No obstante, no renegaron públicamente por ahora. Al contrario, esperan un gesto de reciprocidad. ¿Con un puesto en Gabinete, con una segunda línea en el Gobierno, con una promesa para el 2027? Cómo saberlo.
De momento, dieron el OK al Presupuesto. Continúan alineados. También porque el peronismo tiene un caos interno que no le permite generar un interlocutor claro para negociar. Si el bloquismo o cualquier otro legislador quisiera retornar a una oposición dura o sólo en algunas votaciones, no podría porque no tiene con quién tender puentes. La charla debería darse con Uñac, en las afueras del Palacio legislativo y probablemente de la provincia. Es un factor que, queriendo o no, beneficia la postura oficialista. Del otro lado, no hay nada. Tal vez algunos palos en las ruedas, nada más que pirotecnia. El muñequeo, entonces, debería estar enfocado en los dialoguistas de siempre que pueden estar retobados por momentos y que pueden causar contratiempos como la postergación del nombramiento del camarista.
El 2026 estará marcado por discusiones que incidirán en las elecciones generales del 2027. Sobre todo si el Gobierno sanjuanino pretende el desdoblamiento de los comicios -potestad única del Ejecutivo- y debatir la reforma electoral. Ya tuvo una aproximación este año. DIARIO DE CUYO dio cuenta de la reunión en Casa de Gobierno del bloque oficialista con el secretario General de la Gobernación, Emilio Achem, para afinar el lápiz y considerar todos los aspectos de la modernización electoral con la boleta única papel, la eliminación de la Ley de Lemas y la incorporación de internas partidarias cerradas o abiertas. ¿Hay reforma? Es una promesa de campaña igual que el boleto escolar gratuito para alumnos y docentes. Una ya existe. La otra está en veremos. ¿Le conviene al Gobierno quitar los lemas? ¿Y si hay acuerdo con La Libertad Avanza no convendría que estén todos juntos bajo una misma agrupación? Son preguntas abiertas que nacieron de la fricción de la conversación política de fin de año.
No cabe duda, el Gobierno movió bien las fichas, apretó correctamente la botonera durante los dos primeros años de gestión. No hubiese conseguido los logros que tiene en materia legislativa. Supo caminar como un equilibrista en la cuerda floja que representa la adversidad. Los siguientes años, ya con la urna por la reelección cada vez más cerca, los movimientos deberían ser más precisos. Hoy no tiene nada de qué preocuparse por la disgregación del peronismo y el diálogo bloquista. Son activos orreguistas que Martín y la Casa de Gobierno pueden cuidar.
