Los países y las empresas deben tomar medidas urgentes para proteger la salud de los trabajadores, cada vez más expuestos al calor extremo y a los efectos del denominado estrés térmico, según afirmó Naciones Unidas.
El cambio climático está haciendo que las olas de calor sean más frecuentes e intensas y los trabajadores de todo el mundo ya están experimentando sus efectos sobre la salud, según afirman los organismos en lo que describen como una “muy necesaria” actualización de un informe y unas orientaciones publicados por última vez en 1969.
Según el informe, la productividad de los trabajadores disminuye entre un 2% y un 3% por cada grado por encima de los 20ºC y la mitad de la población mundial ya sufre las consecuencias adversas de las altas temperaturas.
Los riesgos para la salud incluyen insolación, deshidratación, disfunción renal y trastornos neurológicos, señalaron la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Los trabajadores manuales de sectores como la agricultura, la construcción y la pesca, así como las poblaciones vulnerables como los niños y los adultos mayores de los países en desarrollo, corren especial riesgo, añadieron.
La situación en San Juan
Por las características que tiene la provincia de San Juan durante la temporada de verano se presentan muchos de los problemas que provocan las olas de calor. Los sectores más afectados son los de los trabajadores de la construcción y de los cultivos agrícola que deben pasar varias horas a la intemperie trabajando bajo el sol en condiciones que cada vez son mas contraproducentes para la efectividad de sus labores. El resto de la sociedad también sufre los efectos del calor extremo, especialmente en los horarios de la salida de sus actividades en que se han dado casos de deshidratación, golpes de calor o agotamiento que pueden llegar a afectar seriamente el organismo de las personas.
Hay otras actividades que se ven afectadas por el calor como los deportes o ejercicios físicos, a los que acuden muchas personas con el objeto de lograr un mejor estado físico y una mejor calidad de vida.
Hay un fenómeno en ciudades como San Juan o el área comprendida por el Gran San Juan donde la concentración de viviendas y población hacen que actúen como islas de calor, impidiendo que el aire fresco ingrese y exacerbando las altas temperaturas.
Una necesidad económica
“La protección de los trabajadores contra el calor extremo no es solo un imperativo sanitario, sino una necesidad económica”, declaró Ko Barrett, vicesecretaria general de la OMM.
En respuesta, los organismos pidieron planes de acción contra el calor adaptados a las regiones e industrias, elaborados junto con trabajadores, empresarios, sindicatos y expertos en salud pública. Los sindicatos de algunos países han presionado para que se establezcan temperaturas máximas legales de trabajo, por ejemplo, lo cual, según las agencias, es una opción aunque probablemente difiera globalmente en función del contexto.
También han pedido que se mejore la formación del personal sanitario y de primeros auxilios, ya que el estrés térmico suele diagnosticarse erróneamente.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) concluyó recientemente que más de 2.400 millones de trabajadores están expuestos a un calor excesivo en todo el mundo, lo que provoca más de 22,85 millones de lesiones laborales al año.
“Nadie debería correr el riesgo de sufrir una insuficiencia renal o un colapso solo por ganarse la vida”, declaró diger Krech, director temporal de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, en una rueda de prensa previa a la publicación del informe.
Por Jennifer Rigby e Irene Martínez
Agencia Reuters

