El 22 de diciembre se conmemorarán 47 años: aquel día de 1978, Argentina y Chile estuvieron a pocas horas de entrar en guerra por el llamado “conflicto del Beagle”. Iba a ser una guerra total en la que se preveían 20.000 muertos sólo en la primera semana, pero un télex enviado en clave secreta al despacho del papa Juan Pablo II evitó la catástrofe.
La historia y la geografía son contundentes, los límites entre Chile y Argentina siempre tuvieron problemas de demarcación -políticamente hablando-, sobre todo porque el criterio básico fue decidido a fines del siglo XIX por “expertos” de ambos países que jamás habían pisado las áreas en cuestión (cómodamente sentados en oficinas de Buenos Aires y Santiago).
A lo largo del siglo XX, las relaciones entre Argentina y Chile sufrieron varios roces diplomáticos-políticos y hasta algunas escaramuzas en la frontera entre ambos países hermanos, durante la década del “60 y el “70.
Históricamente, ambos países cordilleranos se diputaron regiones de la Patagonia. Chile ambicionaba territorio comprendido dentro de la Patagonia Argentina, así como una salida hacia el Atlántico Sur. A su vez, Argentina veía con buenos ojos el contar con un puerto en el Pacifico. Los ejes de la frontera, eran objeto de discusión constante.
La mayoría de los diferendos geográficos habían sido zanjeados entre ambas naciones a principio del siglo XX. Restaban algunos pedazos de territorio que ambos países reclamaban como propio. Sin embargo, para 1982, las relaciones entre ambos países se habían deteriorado enormemente.
Chile estaba convencido de que Argentina iba a invadirlos una vez que finalizara la Guerra de Malvinas. El anterior conflicto de 1978 por el Estrecho del Beagle los tenía muy preocupados y temían que Argentina intentara nuevamente hacerse de una salida al Pacifico mediante el uso de la fuerza, con un pacto secreto entre las misma Argentina, Bolivia y Perú.
La HV3 la “Hipótesis Vecinal Tres”, en jerga militar es, la Hipótesis de Conflicto se refiere a las proposiciones de posibilidades de conflicto entre países limítrofes, respecto de la Hipótesis Vecinal Tres o HV3, que consistía en la Hipotética Guerra resultante entre Chile versus Argentina, Perú y Bolivia a la vez. Ese fantasma ha circulado, hasta la actualidad en Chile. Algunos en uno y otro lado de la Cordillera de los Andes, se tratan de “traidores”, pero cuál es el punto de vista que tenemos cada uno, nos educan con odio o nos dicen que aquel o cual, somos diferentes, como que fuéramos extraterrestres los países hermanos y no seremos humanos, que pasamos lo mismo en lugar que habitamos geográficamente hablando.
El gobierno militar de Chile, imperante en esa época, claramente ayudo a Gran Bretaña, por los miedos a pelear solo, contra los gobiernos militares de los países vecinos.
Hago notar la diferencia entre pueblos y gobierno militares de turno de la época.
En las décadas de los 60 y los 70, los golpes militares se hicieron algo corriente en toda América Latina y en especial en el cono de sudamericano. Pero ya no era un general, o un coronel, el que con apoyo de sus compañeros se lanzaba a la conquista del poder, sino la corporación militar en pleno la que intervenía en la vida política. Esta situación se vio facilitada por el surgimiento de una conciencia corporativa entre la oficialidad, la creciente burocratización de los ejércitos y una mayor participación en la vida económica. Pero el intervencionismo militar no era un fenómeno autónomo, sino que era fomentado desde la sociedad civil, dada la incapacidad de los partidos y del propio sistema para resolver determinadas cuestiones políticas. Si bien algunos golpes fueron impulsados desde Washington, lo más normal era que los golpistas buscaran el visto bueno de la embajada norteamericana antes de quebrar el orden institucional, algo más frecuente que la participación abierta del Departamento de Estado. Por este camino se esperaba obtener una mayor legitimidad y el rápido reconocimiento internacional. Los regímenes militares surgidos a partir de la segunda mitad de la década del 60 fueron conocidos como burocráticos-autoritarios. El Estado, controlado por los militares, buscaba completar la industrialización del país y la administración se dejaba en manos de tecnócratas. La alianza entre los militares y el poder económico, junto con las corporaciones transnacionales, fue decisiva y los militares pasaron a ocupar puestos clave en las empresas vinculadas con la defensa y la seguridad nacional. Los pueblos fueron relegados en su opinión personal e ideología la voluntad popular su libre albedrio se restringió.
En la actualidad existe incluso en los ejércitos de Argentina y Chile la Fuerza Conjunto Combinada “Cruz del Sur”. El ejercicio Cruz del Sur se gestó a raíz de la idea de que Argentina y Chile desempeñen sus funciones militares en pos del mantenimiento de la paz, la comprensión y aplicación de los valores fundamentales de las Naciones Unidas.
Trabajamos y seguiremos trabajando juntos entre países y vecinos estratégicos:
* Argentina es el principal socio de la infraestructura turística de Chile.
* Chile es destino comercial preferido para un millón de argentinos por año, que encuentran más variedad y menor precio en el retail chileno.
* Se está gestando la construcción de un corredor bioceánico entre la Provincia de San Juan y la Región de Coquimbo, para ayudar a Argentina y Brasil a acceder al mercado de Asia a través de puertos Chilenos.
* Los inmigrantes argentinos se integran bien. Generalmente son bien calificados y obtienen trabajos mejor pagados que los de otros países.
* Chile exporta gas a Argentina.
* Argentina es un viejo invitado a nuestros ejercicios militares, el único vecino con acceso a algunas instalaciones “estratégicas”. Fuerzas de Paz Binacional; “Cruz del Sur”.
* Somos el único caso del mundo en que dos países que reclaman el mismo territorio antártico, mientras mantienen una fuerza naval conjunta de rescate en aguas antárticas (PANC), y realizan ejercicios militares conjuntos en el mismo territorio “disputado”.
Hablar de un solo país en conjunto creo sería una tremenda utopía por mil razones, pero una integración económica y social son algo deseable y perfectamente posible, creo que las condiciones son inmejorables para ello en estos tiempos, como hermanos y vecinos eternos.

