Las llamas, alpacas, vicuñas y guanacos de países andinos de América del Sur tienen gran resiliencia para criarse en ambientes adversos y es por eso que autoridades y Naciones Unidas buscan promover su valor, no solo cultural sino también económico y ecológico.

Con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Chile organizó en mayo un encuentro en Antofagasta con autoridades de Ecuador, Argentina, Bolivia y Perú para fortalecer estrategias de manejo y mejorar la gestión económica del sector.

“Son animales que se consideran héroes para poderse desenvolver en ecosistemas adversos como es el ambiente altiplánico”, dijo Andrés González, oficial regional de Salud y Producción Animal de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe.

“Representan una rusticidad natural que les permite adaptarse y seguir desarrollándose en estas condiciones adversas, aportando a la resiliencia de los sistemas de producción animal”, agregó.

La distribución de camélidos sudamericanos se concentra principalmente en Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Perú, donde cumplen funciones clave para las comunidades locales y los ecosistemas.

Perú lidera la producción regional con el 80% de las alpacas (casi cinco millones), mientras que Bolivia concentra más del 60% de las llamas. En Chile, aunque en menor escala, decenas de miles de camélidos generan entre el 40% y 80% de los ingresos de predios altoandinos, complementando la crianza de ovinos, caprinos y otros animales, según cifras de la FAO.

“Los camélidos desempeñan un papel crucial en la alimentación y el sustento de los pueblos altiplánicos”, dijo un informe de la FAO publicado recientemente que resalta los conocimientos ancestrales sobre su crianza que han desarrollado los pueblos indígenas Aymara, Likanantay, Quechua y Colla.

Estos conocimientos han sido transmitidos a través de generaciones mediante tradiciones orales y prácticas rituales, señaló el reporte.

En Argentina hay dos provincias con el mayor número de camélidos. Se trata de Jujuy con 221.263 y Salta con 18.608, según el Ministerio de Economía de la Nación.

Fauna autóctona de San Juan
Según datos oficiales compartidos por los gobiernos de la Provincia como de la Nación, en San Juan, se estima que existen 398 camélidos (principalmente vicuñas y guanacos). Tanto vicuña como guanaco son las más comunes. La vicuña habita en estepas de altura, entre los 3.500 y 5.750 metros sobre el nivel del mar, mientras que la llama y el guanaco también se adaptan a zonas más bajas.

San Juan posee una rica fauna autóctona que ha conseguido, a través de una extensa evolución, adaptarse a una geografía predominantemente árida y de temperaturas extremas.

Llama
La llama es uno de los pobladores más antiguos de los Andes. Los pueblos originarios supieron sacar buen provecho de este animal ya que lo utilizaron como animal de carga y se valieron de su lana para tejer las prendas que los protegía del frío y también para comerciar.

Vicuña
La vicuña es físicamente muy parecida al guanaco aunque de menor porte. De hecho es el más pequeño de los camélidos ya que apenas llega a los 70 kilos de pesos. Como sus parientes, la vicuña tiene grandes ojos cercados por gruesas pestañas que lo ayudan a mantener el polvo y la arena fuera de ellos.

Guanaco
Otro animal muy representativo de la geografía sanjuanina es el guanaco, un mamífero perteneciente también a la familia de los camélidos. Parecido a la llama, el guanaco es algo más chico y posee una apariencia distinguida debido a sus largas patas y cuello. Habita sobre todo regiones áridas, semiáridas y montañosas y sus hábitats tienden a ser abiertos, como pastizales desérticos, praderas y matorrales en donde encuentra su alimento preferido por tratarse de un herbívoro. El guanaco es el herbívoro más grande de las zonas áridas de América del Sur.

El desarrollo de la actividad minera de la zona de San Guillermo le ha servicio de protección a este animal que ha incrementado notablemente su población en el norte de San Juan.

Como animal social, vive en manadas compuestas regularmente por hasta 30 hembras, sus crías y un macho que ejerce el papel de dominante y que defiende su grupo de machos intrusos. Las crías reciben el nombre de chulengos.

* Importancia de la conservación
La conservación de estos camélidos es crucial para la biodiversidad de la región, ya que son parte importante del ecosistema árido de San Juan, que contiene muchas especies endémicas y/o amenazadas.

* Distribución geográfica en San Juan: la vicuña se encuentra en el norte y oeste de la provincia, mientras que la llama y el guanaco se adaptan a diferentes altitudes y zona. Se ha registrado la presencia de vicuñas y guanacos en la provincia, con un mayor número de vicuñas.

San Juan presenta una fauna con especies andinas, patagónicas y pampeanas, incluyendo guanacos y vicuñas. En ese sentido, tanto guanacos como vicuñas se pueden observar en la Reserva de San Guillermo, en el Departamento Iglesia, como también en lugares inhóspitos de Calingasta, Jáchal como en el cordón montañoso de Angaco y Caucete, por ejemplo.

Se trata de animales silvestres que no se dejan ver mucho y que suelen ser víctimas de la caza furtiva, por tal motivo esta actividad se combate con fuerzas de seguridad porque hay leyes que los protejen para evitar su extinción.

El guanaco es una especie que a través de la historia habitó y lo sigue haciendo en zonas del sur del continente como Argentina y Chile.

Por Nicolas Cortés Guerrero
Agencia Reuters y Redacción
DIARIO DE CUYO
Fuentes: ONU, Gobierno de la Provincia de San Juan y Gobierno de la Nación.