La pregunta acerca de si puede morir un sujeto político colectivo, es para abrir una búsqueda esclarecedora sobre algo que de pronto copó la escena nacional, a raíz de la condena a Cristina Fernández de Kirchner. En efecto, la pregunta involucra a la fuerza política conocida por el nombre de su fundador Néstor Kirchner, “el kirchnerismo”, e inquiere acerca de si puede morir, y, en su caso, en qué medida, o, no, a raíz de la conmoción innegable que implica dicha condena sobre su actual lideresa CFK, en tanto, la inhabilita de por vida para la actividad política. Esta muerte referida no es literal cuando aquí se usa esa palabra, y, apunta, a significar si un movimiento por cualquier causa conmocionante que lo impacta, puede perder capacidad de acción y adhesión ciudadana. Y, en su caso, en que medida, y, con qué sentido, puede ocurrir ese eventual fenómeno de minoración de la capacidad de adhesión o atención de la ciudadanía a dicha entidad política.
El sujeto político kirchnerista
El sujeto político kirchnerista no es una entidad independiente nacida desde la nada, sino, que es una especificidad advenida a la historia dentro de otra entidad prexistente más profunda y más extensa que la contiene. Ese “otro” continente ideológico, se denomina peronismo.
Por lo tanto, la postulación de la muerte del sujeto político kirchnerista que se vocifera como deseo, pronóstico u objetivo de estrategia impulsado por sectores opuestos de tipo político, partidario y no partidario, conlleva a situar la pregunta de la muerte del kirchnerismo, en el contexto del propio peronismo como sujeto anterior en cuyo devenir de vida política se explica el nacimiento de la especificidad del kirchnerismo.
La relación de distintas especies de peronismo con el género peronismo
Entonces, el peronismo es la sustancia y el kirchnerismo es una especificidad nacida dentro de aquella entidad madre. Pero el kirchnerismo como una especificidad del peronismo, no es la primera ni la última que se registra, ya que, en la historia más o menos reciente, se advierte que también tuvo lugar otra especificidad diferente nacida en el marco del peronismo, como fue el caso del menemismo. Entonces, aunque, kirchnerismo y menemismo, sean especificidades diferente entre sí, en términos descriptivos históricos ambas nacieron, se vehicularizaron y se desarrollaron en el marco de la perspectiva histórica del peronismo. Lo cual indica que a pesar de las experiencias divergentes y hasta contrapuestas de distintas especificidades de peronismos que signan una época: menemismo, kirchnerismo, hay una esencia más trascendente que destaca al peronismo como un sujeto más constante y estable en la historia hasta aquí transcurrida. Quizá por ello aunque se disuelva el menemismo el peronismo sigue, y quizá pueda ocurrir que el kirchnerismo se disuelva o no, pero, si lo hace seguro que seguirá peronismo y en el peronismo seguirá lo mejor del kirchnerismo.
Perón explica que el peronismo se debe a la línea nacional y popular
Pero la sustancia fundacional del peronismo tampoco nació desde la nada en al año 1945. Ya que, es sabido que el mismísimo líder del movimiento, General Juan Domingo Perón, en sus obras escritas en varios párrafos, plantea que el peronismo se explica en el marco de una extensa línea histórica que arranca enraizado en el mismo nacimiento de la argentinidad. Explicando que el peronismo esta llamado a ser la continuación futura de una línea histórica antecedente a la que denominaba la línea nacional, o, la línea nacional y popular. Tales referencias históricas eran San Martín, Juan Manuel de Rosas e Hipólito Irigoyen.
Controversial, o, no, es dato histórico de que Perón explicaba el peronismo en el marco de las enseñanzas y experiencias de esos líderes, en tanto, entendía, que eran una fuente prístina y real para inspirarse, y, a partir de allí, formular una doctrina política cuyo centro de gravedad este fijado en la independencia, la soberanía y la justicia social para la construcción de una mejor argentina.
El riesgo de perder capacidad de acción y adhesión de un movimiento político, en este caso, el kirchnerismo, es lo normal en la historia porque nada se mantiene intacto e inoxidable para siempre.
Pero como el kirchnerismo es una forma de peronismo, y, éste, es una sustancia y una esencia que está ligada a la línea nacional y popular que enseñara Perón, es más que probable que la esencia de esa línea histórica por tener más peso específico, se prolongue, asumiendo al kirchnerismo, como una experiencia más que intenta realizar la esencia del peronismo y de la línea nacional.
– Partidismo político
Excluyendo en gran parte al General José de San Martín que fue héroe militar fundacional de la Patria y no generó partidismo político, pues, su misión histórica era otra, el resto de los líderes introdujeron en la historia un movimiento político, tal como el rosismo o los federales y el yrigoyenismo o el radicalismo en su versión personalista.
Entonces, es dable ver cómo a estos movimientos se les planteó la misma cuestión que estamos tratando aquí, a saber, si perderían vigencia sin más ante una situación límite que sufrieran por causa de la muerte, la cárcel, o el exilio del líder del movimiento o continuarían más o menos transformados en vista de la nueva situación, pero sin abandonar su misma sustancia fundacional.
Por ejemplo, Cantoni, en su momento, disuelve el partido porque entendía que el rol histórico del cantonismo estaban contenidos en el peronismo. También Jauretche como radical y defensor de Irigoyen y el grupo FORA, ante la aparición del peronismo, se sumaron a este, en la idea, de que había una continuidad en el peronismo del yrigoyenismo.
De estas breves referencias históricas citadas lo que se observa, más que la muerte de un sujeto político, sea cual sea la causa de su conmoción, lo que ocurre es que se mantiene en la historia un mismo núcleo referencial, pero donde el cambio de nombres y formas, no implica modificar ese núcleo fundacional de orientación en el mundo de la política.
Por el Dr. Mario A. Luna
Abogado, ex Pte. del
Concejo Deliberante de Jáchal

