La industria minera es uno de los sectores de la economía global con mayor innovación, que se aceleró en los últimos años debido a la mayor demanda de materiales críticos. A la vez, se encuentra expuesta a exigencias de mayor sustentabilidad al igual que otras actividades, para poder alcanzar los estándares internacionales que exigen los mercados y el Acuerdo de París (2015). Algunos de estos cambios que se dieron en la forma de producir ya se ven en San Juan en sus minas en actividad y otros tendrán mayor impacto en los proyectos mineros de cobre que podrían empezar. Es que, en la actualidad, cumplir con objetivos renovables es parte de las pautas que piden las economías que adquieren materias primas, y no actualizar estos objetivos implica una pérdida de rentabilidad.
1 – Menos agua para los procesos
Los proyectos mineros en general y los de San Juan en particular han tomado medidas en los últimos años para reducir el uso de agua en sus procesos. En minería, el uso del agua se divide entre la que se utiliza para la extracción del mineral, la de mantenimiento de las instalaciones y caminos y aquella que se destina a consumo humano. En los proyectos locales, la cantidad de agua que pueden destinar a cualquiera de los tres usos se acuerda con las autoridades.
Las dos únicas minas en producción de la provincia, Veladero y Hualilán, se encuentran en la cuenca Norte, por lo que no consumen agua del Río San Juan ni de sus afluentes ni acuíferos subterráneos. Ambos proyectos tienen una concesión máxima para el uso del recurso, esto quiere decir que pueden extraer hasta cierto caudal de las fuentes que les aprobaron. En el caso de Veladero la concesión es de 110 litros por segundo y en Gualcamayo de 116 l/s. En comparación, para riego se destinó un promedio de 40.000 litros por segundo en verano. Pero los procesos de mejora en el uso del agua hicieron que las empresas usen mucho menos aun.
Es que las dos minas implementaron reducciones en la incorporación de agua en sus procesos. Esto fue gracias a que incorporaron más tecnología, que al momento del inicio de operaciones no existía, como reguladores y controladores de presión, más procesos de mecanización. Si bien la concesión es el límite máximo de extracción de agua nueva, las minas no siempre usan esto porque la mayor parte del fluido se recircula en el proceso y no siempre necesitan recurso fresco para operar.
2 – Energía renovable, para metales verdes
La generación de energía es el mayor productor de gases de efecto invernadero, debido a que la mayor parte de la misma se hace quemando combustibles fósiles. La minería hizo dos adaptaciones en su trabajo para reducir este impacto: procesos más eficientes para consumir menos y contratos para usar renovables. Es que estas últimas son las que generar electricidad a partir de procesos que no emiten dióxido de carbono a la atmósfera. Por eso, la alianza entre los productores fotovoltaicos y mineros en San Juan es una de las grandes apuestas a futuro.
Tanto en las minas en producción como los proyectos en exploración o en camino a la construcción hay ejemplos respecto a estos objetivos. Veladero generaba su electricidad a partir de combustibles fósiles hasta 2022. En ese momento terminó el proceso de construcción y electrificación de su línea de alta tensión a Chile. La empresa, si bien aportó fondos para las líneas de 500 kV de San Juan, nunca se conectó a la red nacional y en cambio eligió hacer un tendido propio al país vecino. Esto le permitió conectarse a la matriz energética chilena, que tiene un mayor porcentaje de generación verde.
Los proyectos nuevos, en cambio, cuentan con más alternativas en el lado argentino, que desde hace algunos años avanza en este sentido. Es que el país se encuentra ampliando su producción de energías renovables. Así, Los Azules tiene programado abastecerse de energía eléctrica local casi 100% de renovables, tanto comprando al sistema nacional como a través de producción propia. En su proyecto presentando al RIGI, Gualcamayo analiza un mega parque de energía fotovoltaica tanto para abastecer su producción como para convertirse en generador. Josemaría, por su parte, planifica una línea eléctrica de alta tensión que será la de mayor altura del país, con la que también tendrá esa oportunidad.
3 – Reducción de huella de carbono y mitigación
Los objetivos vinculados al cuidado del ambiente ponen a las empresas mineras, y a todos los actores de la economía, frente a desafíos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Es que para reducir el impacto del cambio climático y mantener la temperatura global en los parámetros definidos en el Acuerdo de París, es necesario cambios en todos los niveles de la producción. Frente a esto, el sector privado tiene una serie de objetivos, entre ellos reducir el uso de combustibles fósiles, modernizando sus flotas, bajar el impacto de sus procesos y, en caso de que no sea posible, mitigar las emisiones.
Las mineras que operan en San Juan han hecho cambios en sus formas de producir. Un ejemplo, además de los vinculados al uso de energías verdes, fue la certificación que consiguió Hualilán en 2023 y 2024 de huella de carbono neutral. A través de la compra de bonos de carbono y de mejorar sus procesos internos, la firma acreditó que todas sus emisiones se neutralizaron. Además, tienen un plan para trabajar con los proveedores para que ellos también puedan hacer el primer paso en la cadena: medir cuántos gases de efecto invernadero generan en la producción de bienes y servicios.
Otro ejemplo fueron los avances Caleras San Juan, que inició un proceso para mitigar su emisión de gases de efecto invernadero. Para esto la empresa, que también instaló un parque fotovoltaico para proveer de energía sus procesos y está cambiando sus hornos tradicionales por otros que tienen mucho menos impacto, forestó 4 hectáreas de bosque nativo. Este tipo de estrategias busca que aquellas emisiones que no pueden reemplazarse, como las vinculadas al uso de gas en los hornos para hacer la cal, son compensadas por los efectos positivos de la vegetación que ellos se encargan de conservar.
4 – Economía circular en todas las escalas
Parte de las mejoras que se pueden hacer para tener un impacto positivo tiene que ver con disminuir los desechos que surgen de las minas. Además del tratamiento de los residuos sólidos urbanos de los campamentos y la recuperación de agua, en los últimos años los proyectos incorporan circuitos para darle uso a aquellos residuos de las operaciones. El objetivo es darle una segunda vida productiva a cosas que ya no sirven en la mina. Esto incluye tanto los productos clásicos, como piezas y repuestos de la maquinaria pesada que no pueden destruirse con facilidad.
Veladero implementó varios procesos de este tipo, uno de los más llamativos fue la recuperación de las cubiertas, incluso las de los camiones fuera de ruta. Este tipo de piezas son difíciles de reciclar, debido al tamaño y los componentes internos. Desde 2021 existe un acuerdo entre la minera y la empresa Indram, que ubicó su planta en el Parque Industrial Pitar. Ahí desarman los neumáticos y separan caucho, metal y textiles. La recicladora vende cada una de estas partes ya listas para la utilización industrial en otro tipo de tareas. Incluso, desde 2023 existe una empresa de emprendedores sanjuaninos que compran el caucho para hacer baldosas blandas que se usan en gimnasios o plazas blandas para niños.
Similar fue el caso de Hualilán, que reutilizó las barras de perforación usadas durante las etapas de exploración para hacer juegos infantiles para una plaza. La minera donó 32 piezas metálicas, que ya no podían utilizarse para el proceso minero pero sí se podían aprovechar, y con estas crearon 15 elementos nuevos, entre ellos juegos para niños y equipo para que los vecinos de Ullum puedan hacer ejercicio en el espacio público. Los mismos fueron soldados por una metalúrgica de la localidad y preparados y pintados para.
5 – Biolixiviación: innovación para el futuro
Además de las mejoras implementadas en proyectos locales, la industria minera busca formas de ser más eficiente y reducir su impacto. Un ejemplo de esto es el proyecto que tiene Nuton, parte de Rio Tinto, que busca implementar un nuevo sistema de tratamiento de minerales que podrá reducir en un 70% el uso de agua y energía. Se trata de un desarrollo que todavía están investigando, que permitirá tratar yacimientos en los que solo se puede hacer flotación, con lixiviación. Es que este último proceso es más eficiente en el uso de recursos naturales.
El proyecto de la minera internacional tiene dos ensayos en proceso en San Juan. Es que lo que están probando es una tecnología, por ahora secreta, que utiliza bacterias para poder ayudar a extraer metales, en especial cobre, de yacimientos en los que no se puede lixiviar. El nombre de este proceso es biolixiviación, ya que utiliza microorganismos para “sacar” aquello que rodea al metal que se busca extraer, para dejarlo más disponible. Si bien hay varios puntos que son secretos sobre cómo trabaja la tecnología, se sabe que de esta manera se podrá tratar luego el material con ácido sulfúrico y conseguir que luego se extraiga el metal.
En la provincia hay dos proyectos que fueron elegidos por la empresa para probar esta tecnología. En Los Azules, Rio Tinto invirtió dos veces para probar en el material no oxidado (que puede ir automáticamente a lixiviación). Además están trabajando en Altar, donde llegaron a un acuerdo millonario en el que Nuton aportará fondos para que el proyecto sanjuanino avance en sus informes económicos y luego la factibilidad. A cambio, hay técnicos que extraen parte del material que se usa para la exploración y se lo llevan para hacer las pruebas de cómo reacciona a la biolixiviación.

