El vino es una bebida alcohólica de graduación intermedia. Las bebidas alcohólicas más consumidas en el mundo se encuentran en los dos extremos: la cerveza de muy bajo contenido alcohólico y las espirituosas de alta graduación.
Durante mucho tiempo se abonó la ‘teoría de la convergencia‘, que decía que el consumo de alcohol (en litros de alcohol puro) tendía a converger en un punto medio, y de esto se beneficiaba el vino. Los países consumidores de cerveza subían la graduación alcohólica de sus bebidas y los consumidores de espirituosas se inclinaban hacia bebidas de menor graduación. Sin embargo, en el último tiempo se está registrando un resurgimiento de las bebidas espirituosas, de la mano del lanzamiento de nuevos productos.
Según un informe del Observatorio Vitivinícola Argentino basado en publicaciones de la consultora Euromonitor International, el consumo de bebidas alcohólicas se incrementará en 15% hasta el año 2017, cuando alcance los 25,4 billones de litros, medidos en litros puro de alcohol.
En general, se estima que todas las categorías seguirán creciendo, pero serán las espirituosas y la sidra (de manzana y pera) las principales beneficiadas, mientras que la cerveza continuará siendo la gran perdedora. Aún así, para 2017 la cerveza seguirá siendo la bebida alcohólica más popular en términos de litros puro de alcohol, seguido cada vez más de cerca por las espirituosas, mientras que el vino ocupará un distante tercer lugar; y mucho más abajo en el cuarto puesto las RTDs (Readytodrink, bebidas que se comercializan ya mezcladas y listas para su consumo) y HS (High StrenghtPremixes, premezclas con un porcentaje de alcohol superior al 15% y combinado con jugos), y sidras de manzana y pera el quinto lugar.
El abandono del consumo de la cerveza es un fenómeno extendido por todo el mundo, con la excepción de Latinoamérica y Europa del Este. En estas regiones su consumo es relativamente ‘nuevo‘, por lo que aún se ve beneficiada por el reemplazo de bebidas ‘tradicionales‘.
Esta tendencia de abandonar productos tradicionales es la que impera en el mundo y es la principal responsable de la mala performance de la cerveza. En las regiones en las que el consumo de bebidas alcohólicas tiene características de madurez (Norteamérica, Europa Occidental, Australia), la cerveza está siendo reemplazada principalmente por espirituosas, pero también cada vez más por sidra.
También dentro de cada categoría esta tendencia cambia el escenario: dentro del proceso global declinante de la cerveza, las artesanales ganan importancia, dentro de las espirituosas se reemplazan las tradicionales por las internacionalmente reconocidas, principalmente whisky, y vodka en Latinoamérica. El vino también se está beneficiando en estos mercados maduros, a excepción de la Europa Occidental (donde el consumo de vinos es en sí sumamente tradicional).
Retomando el caso de la cerveza en Latinoamérica, son llamativas las previsiones que dicen que en todos los países de esta región el consumo per cápita está en aumento. Por el otro lado, en Norteamérica el consumo de cerveza disminuye a medida que sus habitantes buscan productos de mayor valor agregado. En el caso del vino, en ambas regiones, el consumo per cápita crecerá 10% en el periodo 2012-2017.